viernes, 7 de septiembre de 2018

LA CHISPA DE LA CORRUPCION



Coca-Cola ha pagado ocho millones de euros a asociaciones médicas y científicas en España

Una investigación acusa a la compañía de financiar estudios que sirven a sus intereses comerciales



Oficinas de Coca-Cola en Madrid.Ampliar foto
Oficinas de Coca-Cola en Madrid.

Coca-Cola ha entregado ocho millones de euros a decenas de organizaciones científicas y médicas españolas entre 2010 y 2017, según los datos de la propia compañía. Las que más dinero recibieron fueron la Fundación Iberoamericana de Nutrición (835.000 euros), la Fundación Española Del Corazón (640.000 euros) y la Fundación Española de Nutrición (567.000 euros). También aparece en la lista la Fundación SHE (363.000 euros), presidida por el prestigioso cardiólogo Valentín Fuster. Una nueva investigación, publicada ahora en la revista de la Asociación Europea de Salud Pública, sostiene que estos estudios científicos financiados por Coca-Cola “sirven a sus intereses comerciales y, en muchos casos, no concuerdan con los esfuerzos para mejorar la salud de la población”.
La Organización Mundial de la Salud ha instado a los gobiernos a aumentar al menos el 20% el precio de las bebidas azucaradas para reducir su consumo, vinculado a la epidemia de obesidad que azota al mundo. El abuso de estos productos está asociado con 133.000 muertes al año por diabetes, 45.000 por enfermedades cardiovasculares y otras 6.450 por diferentes tipos de cáncer, según las estimaciones de un equipo de la Universidad de Harvard. En un litro de Coca-Cola original hay 106 gramos de azúcar.

González y su colega Juan Pablo Rey, de la Universidad de Sídney, han analizado 20 investigaciones científicas financiadas por Coca-Cola. La mayor parte de ellas, 14, están alineadas con las estrategias de marketing empleadas por la empresa, como señalar a la inactividad física como principal culpable de la obesidad, según destacan los autores. Las otras seis investigaciones restantes serían más neutrales. Fuentes de Coca-Cola afirman que “en todas las colaboraciones se garantiza totalmente la independencia de las sociedades científicas y las universidades” y además estos patrocinios se declaran anualmente desde 2016 “en un ejercicio de transparencia”.
“Nadie se imagina un congreso de la Sociedad Española de Oncología Médica financiado por Philip Morris [la tabaquera dueña de Marlboro]. Y esto está pasando en la nutrición”, denuncia el epidemiólogo Carlos Alberto González, del Instituto Catalán de Oncología. “No hay consciencia de que esto es un escándalo”, sostiene.
“Coca-Cola está copiando las estrategias de las tabaqueras”, opina González, encargado en 1992 de coordinar en España el Estudio prospectivo europeo sobre nutrición y cáncer, de la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer. Los autores del nuevo trabajo recuerdan que una conversación aireada recientemente entre dos antiguos vicepresidentes de Coca-Cola —Michael Ernest Knowles y Alex Malaspina— demuestra los esfuerzos de la industria para influir en las organizaciones científicas. “Tenemos buenos contactos en algunas [asociaciones médicas] y debemos alentarlos a abordar asuntos de salud pública y 'sugerir' temas apropiados”, le escribió Knowles a Malaspina.
En España, Coca-Cola ha entregado 420.000 euros a la Sociedad Española de Nutrición Comunitaria, 400.000 a la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria, 357.000 a la Fundación para la Diabetes y 350.000 a la Asociación Española de Pediatría. La financiación se dedica habitualmente a la organización de congresos y a la realización de estudios científicos, una práctica habitual en algunas multinacionales alimentarias, como Danone y las mayores empresas de la industria cervecera.

El presidente de la Fundación Española de la Nutrición,
 Gregorio Varela, cree que los 567.000 euros que su organización ha recibido de Coca-Cola no ensucian su imagen. El dinero se ha destinado, explica, para financiar el estudio científico ANIBES sobre el balance energético en España. “El subgrupo compuesto por los refrescos con azúcar aporta el 2,0 % de la ingesta total de energía (36 kcal/día de un total de 1.810 kcal/día)”, asegura uno de sus informes.“Yo soy una científica independiente. Coca-Cola jamás me ha dicho lo que tengo que hacer”, sostiene la catedrática Marcela González Gross, de la Universidad Politécnica de Madrid, una entidad que ha recibido 243.000 euros de la empresa de bebidas azucaradas. La profesora es la principal autora del llamado Estudio de la Pirámide Alimentaria, financiado con 13.700 euros por Coca-Cola. “A los niños les gusta consumir distintos tipos de bebidas, especialmente las dulces como los zumos y los refrescos. Ello se debe a que tienen una preferencia gustativa por los alimentos dulces y a que sus necesidades energéticas son mayores que las de los adultos. Estas bebidas pueden ser ofrecidas con moderación, pero no deberían ser las únicas que consuman”, afirma una guía para padres firmada por González Gross y colgada en la web de Coca-Cola.
“Un estudio de esta envergadura no se habría podido hacer sin la colaboración de Coca-Cola”, apunta Varela, catedrático de Nutrición en la Universidad CEU San Pablo. El investigador cree que las bebidas azucaradas, “tomadas en cantidades excesivas son, sin duda, nocivas para la salud pública, pero tomadas de vez en cuando no tiene por qué”. A su juicio, “no es necesario poner un impuesto a las bebidas azucaradas” en España, a la espera de ver cómo funciona la medida en otros países.

“Yo creo que no hay ningún alimento que sea nocivo para la salud, excepto si se toma en cantidades inapropiadas. Las bebidas azucaradas se deben tomar de forma esporádica. Yo me puedo tomar una horchata de chufa, que también tiene el 10% de azúcar, o una Coca-Cola”, opina el biólogo
 Ángel Gil, catedrático de la Universidad de Granada y presidente de la Fundación Iberoamericana de Nutrición.“Coca-Cola en España ofrece una alternativa sin azúcar añadido en cada una de sus marcas, está reduciendo el contenido de azúcar de las variedades clásicas y ha diseñado nuevos envases más pequeños para reducir cantidad de azúcar por unidad de consumo”, aseguran fuentes de la compañía. “En los últimos 17 años se ha logrado reducir el 45% de contenido de azúcar por litro en el total de ventas de Coca-Cola en España. De hecho, el 38% de las ventas de bebidas de Coca-Cola en España son ya sin azúcar añadido”, añaden.
El gerente de esta entidad, Miguel Fernández, matiza que la cantidad recibida por su fundación es 123.000 euros menor a la que aparece en la web de Coca-Cola (835.000 euros). Una tercera parte de estos fondos se dedicó a la creación de la exposición itinerante Nutrición, impulso vital, dedicada a promocionar hábitos de vida saludable. Ángel Gil considera que “hay que exigirle a Coca-Cola y a Pepsi que reduzcan su cantidad de azúcar”, pero tampoco es partidario de establecer un impuesto a las bebidas azucaradas como sí recomienda la OMS.
“Los científicos que trabajan en el campo de la salud pública no pueden tener conflictos de intereses, no pueden recibir dinero de empresas que están produciendo daños a la salud”, clama Juan Pablo Rey por teléfono desde su despacho en la Universidad de Sídney. El epidemiólogo recuerda que la obesidad es “una enfermedad socialmente transmisible”, vinculada a la pobreza. “Una Coca-Cola de dos litros es prácticamente más barata que una botella de agua. Hay población, sobre todo de nivel socioeconómico bajo, que se sienta a comer con una botella de dos litros de Coca-Cola encima de la mesa. Y esto es malo para la salud”, sentencia Carlos Alberto González.


VALENTÍN FUSTER Y COCA-COLA


En octubre de 2010, el prestigioso cardiólogo español Valentín Fuster fue una de las estrellas invitadas al I Congreso Internacional de la Felicidad, organizado por Coca-Cola. El 20 de enero de 2014, la Fundación SHE, presidida por Fuster, recibió 363.000 euros de la compañía líder en la venta de bebidas azucaradas. El administrador general de la entidad, Carlos Peyra, explica que el dinero financiará una iniciativa de promoción de la salud en Cardona, una pequeña localidad de 5.000 habitantes de Barcelona. “El proyecto tiene como objetivo mejorar la salud de los habitantes de Cardona utilizando una combinación innovadora de eventos, programas y diseño urbano que construyan una cultura de la salud en la ciudad”, señala Peyra. “Las colaboraciones entre profesionales de la salud e industrias que dañan la salud pública deben considerarse estrategias de marketing que la industria despliega para proteger sus beneficios”, alertan los epidemiólogos Juan Pablo Rey y Carlos Alberto González.
El Papa se la saca

EL PRIMER QUESO FUE CROATA

Hallazgo arqueológico

La primera producción de queso en el Mediterráneo fue hace más de 7.000 años

La investigación sugiere que ese y otros productos lácteos ayudaron a la expansión humana por toda Europa.


La producción de leche y queso entre los primeros agricultores redujo la mortalidad infantil. (Lucía Me
La primera producción de queso en el Mediterráneo tendría más de 7.000 años de antigüedad, según evidencias encontradas en vasijas de cerámica de un sitio arqueológico en la costa de Dalmacia (Croacia), lo que sugiere que ese y otros productos lácteos ayudaron a la expansión humana por toda Europa.
Un estudio que publica hoy la revista Plos One, a cargo de la Universidad estatal de Pensilvania (EE.UU), presenta "la primera evidencia de la producción de queso a través de etapas identificadas de fermentación láctea en recipientes funcionalmente específicos en la región mediterránea hace más de 7.000 años".
El acceso a la leche y el queso ha sido vinculado a la expansión de la agricultura en Europa hace unos 9.000 años, pero la evidencia de la producción de queso en el Mediterráneo se había situado, hasta ahora, hace unos 5.000 años.
En este nuevo estudio el equipo dirigido por Sarah McClure analizó isótopos de carbono estables procedentes de ácidos grasos preservados en vasijas procedentes de dos aldeas neolíticas en la costa dálmata, al este del mar Adriático, y encontraron "evidencias directas de una producción de queso mucho más temprana".

El queso comenzó a producirse en el Mediterráneo hace 7.200 años
El queso comenzó a producirse en el Mediterráneo hace 7.200 años
Las aldeas de Pokrovnik y Danilo Bitinj estuvieron habitadas hace entre 6.000 y 4.800 años antes de Cristo y preservan algunos tipos de cerámica procedentes de todo ese arco temporal.
Los análisis arrojaron evidencias de leche, carne y pescado durante todo ese periodo, así como de la existencia de queso hace unos 5.200 años antes de Cristo.
Los residentes en esas aldeas parece que usaron tipos específicos de cerámica para la producción de los diferentes alimentos y los residuos de queso son más comunes en ritones -un recipiente usado para beber- y tamices.
Estos datos indican que el queso comenzó a producirse en el Mediterráneo hace 7.200 años, cuando los productos lácteos fermentados, fácilmente almacenables y con un contenido relativamente bajo en lactosa, habrían sido una fuente importante de nutrición para todas las edades en las poblaciones de los primeros años de la agricultura.
El estudio apunta a que la producción de leche y queso entre los primeros agricultores redujo la mortalidad infantil y ayudó a estimular los cambios demográficos que impulsaron a las comunidades agrícolas a expandirse por latitudes septentrionales.
Los autores sugieren, por consiguiente, que la producción de queso y la tecnología asociada para la cerámica fueron "factores clave" que ayudaron a la expansión de los primeros agricultores en el centro y norte de Europa. 

COMIENDO" FAKE FOOD"ESPECIAL PARA BOLUDOS/AS

"Ningún alimento es una píldora mágica que nos vaya a curar de todo" 
La farsa de los superalimentos
Los expertos desmienten que productos exóticos de moda como las semillas de chía o las bayas de goji tengan propiedades especiales
Resultado de imagen para superalimentos
Quinoa, bayas de goji o de açaí, semillas de chía, té de maca, aceite de coco, espirulina, kale o espelta: cada vez más productos de nombre extraño y procedencia casi siempre exótica se amontonan en los estantes de tiendas de alimentación y supermercados. Son algunos de los llamados superalimentos, según los expertos una categoría creada más bien por el márketing y las redes sociales que por la comunidad científica. Ver atribuidas en Internet a estos productos supuestas propiedades beneficiosas con efectos hasta milagrosos para la salud es frecuente.
Pero en la gran mayoría de los casos no hay evidencias científicas que confirmen estas virtudes. Los nutricionistas aseguran que ningún producto en sí puede ser un superalimento y que una dieta saludable debe ser equilibrada y variada. Los alimentos sanos son abundantes en nuestro entorno habitual y no es necesario buscarlos al otro lado del mundo, coinciden.
"Es una nueva moda. ¿Por qué les llamamos superalimentos?
Tienen prácticamente las mismas características que otros, pero unos lo son y otros no", reflexiona la experta en industria alimentaria Gemma del Caño. Las características principales de los productos que se suelen incluir en la categoría son el hecho de ser "nuevos y desconocidos", "exóticos" y "con algún componente nutricional que les diferencie o al que podamos atribuir una función específica", según Del Caño.
La atracción por lo exótico descrita por esta experta parece verse reflejada en los datos. Según el último informe anual sobre alimentación en España del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, entre 2012 y 2017 las ocasiones de consumo de comida diferente de la "occidental tradicional", como quinoa, sushi, ceviche, guacamole o tacos, han subido un 132% como entrante, un 105% como plato principal y un 223% como plato para compartir.
Los superalimentos "de repente irrumpen y parece que van a ser los salvadores de nuestra salud", afirma Miguel Ángel Lurueña, doctor en tecnología de los alimentos y divulgador científico. "Son percibidos como una forma de compensar una mala dieta y unos malos hábitos", agrega Lurueña. Para Estefanía Toledo, de la Universidad de Navarra, la necesidad de encontrar "soluciones fáciles" a una cuestión compleja como lo es adoptar una dieta equilibrada genera falsas expectativas en muchos consumidores.
"El mensaje que se transmite es que da igual con qué se acompañen [los superalimentos] y el resto de la dieta", asegura esta investigadora, que también forma parte del Centro de Investigación Biomédica en Red de la Fisiopatología de la Obesidad y Nutrición. "Pero es lo contrario a lo que hay que buscar", zanja.
En su opinión, hay que alimentarse de forma saludable y equilibrada "en su conjunto" para tener un aporte de nutrientes adecuado. Entre las claves para lograrlo, la experta indica como ejemplo favorecer el consumo de cereales integrales, verduras, legumbres, frutos secos, pescado y alimentos con grasas polisaturadas o monosaturadas como el aceite de oliva con respecto a los procesados, las carnes rojas, las bebidas azucaradas y los productos abundantes en grasas saturadas.
El peso del márketing
"Ningún alimento es una píldora mágica que nos vaya a curar de todo"
Toledo asegura que algunos productos incluidos en la categoría de superalimentos "tienen un valor nutritivo muy interesante" y pueden ser incluidos en una dieta variada, siempre y cuando se tenga en cuenta que "ningún alimento es una píldora mágica que nos vaya a curar de todo", agrega. Ante el auge de estos productos, también la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) ha advertido de que "no existe ningún alimento milagroso ni curativo" y que "esta idea suele ser fruto de estrategias de márketing o leyendas sin fundamento".
"Gran parte de la responsabilidad de esto es de la industria, que fomenta en el consumidor una necesidad que en realidad no tiene", asegura Gemma del Caño, que trabaja en el sector. "Durante mucho tiempo se han sacado productos seguros, pero no todos saludables. Ahora intentamos resarcirnos y hemos cambiado un montón de azúcar por un montón de propiedades, para que no se piense que somos tan malos", afirma esta experta. "Estamos teniendo la misma falta de ética por un lado que por el otro", considera. Del Caño cree que a veces las empresas utilizan datos científicos sacados de estudios patrocinados por ellas mismas con fines comerciales.
Seguir una alimentación saludable "requiere constancia", afirma Estefanía Toledo. "Hay cosas que pueden no ser saludables pero tienen un fuerte márketing, y el márketing nos lleva a consumir, está diseñado para eso", agrega esta investigadora. La científica hace autocrítica. "Quizás en salud pública no hemos sabido hacer un buen contramárketing", reflexiona. Aunque subraya que también influye la escasez de recursos que se pueden destinar a las campañas de información por parte del sector público con respecto a los presupuestos para la publicidad de las empresas privadas.
"La innovación forma parte de la identidad de la industria de alimentación y bebidas, que pone a disposición del público productos e ingredientes hasta hace poco desconocidos", afirma la Federación Española de Industrias de la Alimentación y Bebidas (FIAB). "Se está trabajando intensamente en todo lo relacionado con alimentación, composición, salud y calidad alimentaria, así como en productos por sectores de población y en nuevos aromas e ingredientes. La oferta alimentaria nunca ha sido tan amplia", agrega la patronal del sector.
Por el otro lado, la FIAB asegura que "el término superalimento no es un concepto científico y en ningún caso hay productos milagrosos". La patronal recomienda "llevar una dieta variada y equilibrada en su conjunto y practicar actividad física de manera regular". También asegura que lo importante es que los estudios "estén basados en evidencias científicas" y que los que se publican en revistas especializadas "tienen que cumplir unos criterios rigurosos y son evaluados por revisores independientes".
En la UE "tenemos un marco legislativo estricto sobre información al consumidor y declaraciones nutricionales y de propiedades saludables", recuerda. Pero no contesta directamente a las acusaciones de los expertos de fomentar falsos mitos como estrategia de márketing.
Contrarrestar la desinformación
Hay que impulsar más campañas de información y gravar con impuestos diferenciados "los alimentos saludables y los alimentos menos saludables"
Los expertos alertan de los peligros de la desinformación. Para Del Caño la desconfianza en la producción alimentaria tradicional y la inquietud que provocan los problemas de salud hacen vulnerable a la población frente a la desinformación proporcionada por quienes se aprovechan de "medios estudios o medias verdades". Toledo propone que la publicidad directa esté más regulada para que no se puedan hacer "afirmaciones que no están fundamentadas". También cree que hay que impulsar más campañas de información y gravar con impuestos diferenciados "los alimentos saludables y los alimentos menos saludables".
"Si algo parece demasiado bonito como para ser verdad es muy probable que no lo sea", afirma Lurueña, que en su blog Gominolas de petróleo divulga información científica y desmiente mitos sobre alimentación y nutrición. Este experto invita a ser conscientes de que la intención de anuncios de productos milagrosos suele ser un intento de vender algo a través del engaño. “La realidad no es sencilla como tomarse un brócoli y pensar que así los problemas van a desaparecer”, recuerda.