martes, 30 de octubre de 2018

YO ME PIENSO IR ANTES DEL PETARDAZO

¿Y si los multimillonarios planean dejarnos tirados en este planeta?

Los más ricos –liderados por Elon Musk– tienen una hoja de ruta para cuando la Tierra se agote. Algunos van más allá, y ya están trabajando en hacerse inmortales

Elon Musk
“Una base lunar y otra en Marte tal vez podrían ayudar a regenerar la vida aquí en la Tierra", aseguró Elon Musk. WILL SWEENEY
Lo contaba Douglass Rushkoff, aquel miembro de la primera hornada ciberpunk que hoy es un respetable profesor universitario. Invitado –por una pasta– a dar una conferencia sobre “el futuro de la tecnología”, se encuentra con que en la sala solo hay cinco millonarios blancos como público. Tras unas preguntas que define como “inanes”, pasan a lo que realmente les interesa: cómo sobrevivir después de lo que llaman “el acontecimiento”. “Este era el eufemismo que empleaban para el colapso medioambiental, la agitación social, la explosión nuclear, la propagación imparable de un virus o el momento en que el hacker de Mr. Robot acabe con todo”, escribía Rushkoff en un artículo para Medium (traducido al español por Ctxt), antes de concluir: “Para ellos, el futuro de la tecnología en realidad consiste en una cosa: la capacidad de huida”.
No crea que es algo de cuatro locos: “El siglo pasado tuvimos dos guerras mundiales, tres si cuentas la Guerra Fría”, explicaba Elon Musk en marzo en una conferencia en el festival SXSW de Austin, Texas. “Creo que es poco probable que nunca más haya otra guerra mundial”. Él, añadió, no es que diga que ese conflicto apocalíptico es inminente, pero tiene una solución para el hipotético caso. “Una base lunar y otra en Marte tal vez podrían ayudar a regenerar la vida aquí en la Tierra. Por eso es realmente importante tenerlas antes de una posible Tercera Guerra Mundial”.

Claro que, como decía mi abuela: “Hechos son amores”. Y el hecho es que el 17 de septiembre Musk anunciaba el nombre del primer turista espacial que dará la vuelta a la Luna en 2023 a bordo de un cohete privado de su empresa, Space X. Yusaku Maezawa es un multimillonario japonés que pagará varios cientos de millones de dólares por la excursión. Maezawa afirma que invitará a acompañarle, gratis, a “seis o siete artistas”. Eso nos da una aproximación de cómo podría funcionar la base marciana: siete humanos, elegidos de forma discrecional por un millonario. Recuerda al feudalismo.
Musk se explayó a gusto en aquella conferencia. Fiel a su papel de científico excéntrico que un día recuerda a Tony Stark y el siguiente a Lex Luthor, aseguró que cuando dijo que su título en la colonia sería el de “emperador” estaba siendo irónico, que la forma de gobierno en Marte sería la democracia directa. También dijo que no se tratará de “un escape para un puñado de millonarios”. Los primeros expedicionarios se enfrentarán a situaciones extremas, peligrosas y poco glamurosas, más parecidas a las expediciones a la Antártida del XIX que a unas vacaciones en Barbados.
Al menos, Musk planea una salida global. Pero no todos comparten esa visión. Los hay que no ven inevitable “el acontecimiento”, pero planean su huida individual. No quieren escapar del planeta, sino del presente. Es el caso de los millonarios obsesionados con el paso del tiempo. Peter Andreas Thiel (Alemania, 1967), actual presidente de Clarium Capital, un fondo de inversión libre que administra más de dos mil millones de dólares, fue cofundador de PayPal, se le considera el mentor de Mark Zuckerberg y fue el primer gran inversor de Facebook.

Ha entregado más de seis millones de euros a la Fundación Sens, del gerontólogo Aubrey de Grey, dedicada a extender la vida humana y apuesta por la parabiosis, un procedimiento que consiste en inyectarse sangre de jóvenes. Alguna vez ha hablado de Ambrosia, una compañía californiana que ha realizado un ensayo titulado
 Transferencia de plasma de donantes jóvenes y biomarcadores relacionados con la edad. Los participantes, personas sanas de 35 años en adelante, reciben una transfusión de plasma sanguíneo de donantes menores de 25. Los investigadores les monitorizan dos años en busca de indicadores moleculares de salud y envejecimiento. El estudio está financiado por los pacientes; los participantes pagaron 8.000 dólares (unos 7.000 euros) para someterse a él. Y los resultados son casi milagrosos.Thiel está obsesionado con revertir el envejecimiento y vivir hasta los 120 años. En una entrevista identificó tres formas principales de afrontar la muerte. “Puedes aceptarla, puedes negarla o puedes luchar contra ella. Creo que nuestra sociedad está dominada por personas que están en la negación o la aceptación, y yo prefiero luchar”. Thiel le dijo a Bloomberg Television que tomó la hormona del crecimiento humano como parte de su régimen para llegar a los 120.
Pero esa salida tiene un problema. Por más que la prolongues, toda regeneración celular acaba. Si uno quiere durar eternamente ha de desprenderse del cuerpo. Por 10.000 dólares (8.700 euros), un poquito más que los pacientes de Ambrosia, Sam Altman, otro megamillonario de Silicon Valley, se ha hecho con parte de Nectome, una empresa dirigida por dos licenciados del MIT, ese lugar donde han estudiado todos los genios-que-toman-por-locos-pero-en-realidad-son-unos-incomprendidos de las películas de Hollywood.
“Nuestra misión es preservar su cerebro lo bastante bien como para preservar sus recuerdos intactos”, dice su web. Básicamente es un suicidio asistido con la promesa de que un día todo el contenido del cerebro se cargará en un ordenador para que se conserve para siempre. Algo parecido a la idea de Ray Kurzweil, alias la máquina de pensar suprema, que pretende subir su mente a una supercomputadora. Asegura que llegará el día en que seamos capaces de hacer una copia de seguridad de nuestro cerebro y subirla a la nube, o crear un avatar idéntico a alguien ya fallecido. Como se escribió en EL PAÍS, “así de radical es Kurzweil en sus ideas: no solo quiere conseguir la inmortalidad, sino que se atreve a resucitar a los muertos”. Aunque quizás solo a cadáveres seleccionados.

VARIOS MILLONES DE AÑOS DE ADAPTACIÓN


Reconstruyen por primera vez en 3D el tórax de un neandertal


La primera reconstrucción virtual en 3D del tórax de un neandertal adulto ha permitido demostrar que el tórax de los neandertales tenía un tamaño similar al de los humanos modernos, pero tenía una forma diferente. El nuevo estudio revela así que los neandertales pudieron haber tenido un mecanismo de respiración sutilmente diferente a los humanos modernos.

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Izquierda: Fotografía de un molde del esqueleto neandertal de Kebara 2 tal y como fue encontrado./ J. Trueba/Madrid Scientific Films<br />Derecha: Imagen de la reconstrucción del tórax de Kebara 2. Barra de escala = 5 cm. / A. Gómez-Olivencia, A. Barash and E. Been</p><p><em> </em></p>
Izquierda: Fotografía de un molde del esqueleto neandertal de Kebara 2 tal y como fue encontrado./ J. Trueba/Madrid Scientific Films
Derecha: Imagen de la reconstrucción del tórax de Kebara 2. Barra de escala = 5 cm. / A. Gómez-Olivencia, A. Barash and E. Been

La columna vertebral de los neandertales era más estable que la de los humanos modernos. Asimismo tenían las costillas inferiores orientadas de manera más horizontal lo que hace suponer a los investigadores que su respiración dependía en mayor medida del diafragma frente al caso de Homo sapiens donde intervienen tanto el diafragma como la caja torácica. Estas son algunas de las conclusiones de un estudio publicado hoy en Nature Communications.

El equipo se basó tanto en las observaciones directas del esqueleto de Kebara 2, guardado actualmente en la Universidad de Tel Aviv, así como en escáneres (tomografía axial computerizada) de las vértebras, costillas y huesos pélvicos. Una vez reunidos todos los elementos anatómicos la reconstrucción virtual se hizo por medio de un software 3D especificamente diseñado para este fin.
Para este trabajo, liderado por Asier Gómez-Olivencia, investigador Ikerbasque en la UPV/EHU y Ella Been, investigadora del Ono Academic College de Tel Aviv en la que también participa el Museo Nacional de Ciencias Naturales (MNCN-CSIC), los investigadores crearon un modelo virtual del tórax con los restos fósiles del yacimiento de Kebara (Israel), en concreto con los restos del individuo Kebara 2.  
“Este fue un trabajo meticuloso –dice Alon Barash de la Bar Ilan University en Israel– tuvimos que escanear cada una de las vértebras y todos los fragmentos de costillas para después recolocarlos virtualmente en 3D”.
“En el proceso de reconstrucción, fue necesario ‘cortar’ y volver a alinear de manera virtual algunos huesos que mostraban deformación, así como hacer imágenes especulares de las costillas mejor conservadas para sustituir aquellas peor conservadas del otro lado”, comenta Asier Gómez-Olivencia, Ikerbasque research fellow en la Universidad del País Vasco-Euskal Herriko Unibertsitatea (UPV/EHU).
“Las diferencias entre un tórax neandertal y un humano moderno son llamativas. En los neandertales, la posición de columna vertebral respecto a las costillas indica una columna vertebral más estable. Además, el tórax es más ancho en su parte inferior”, comentan Daniel García Martínez y Markus Bastir, investigadores del Museo Nacional de Ciencias Naturales (MNCN-CSIC), coautores del trabajo.
“Un tórax más ancho en su parte inferior y unas costillas orientadas de manera más horizontal, tal y como se puede ver en la reconstrucción, sugiere que la respiración de los neandertales dependía en mayor manera del diafragma”, comenta Ella Been del Ono Academic College.
“Nuestra especie depende tanto del diafragma como de la expansión de la caja torácica. En este estudio podemos ver cómo el uso de nuevas tecnologías y metodologías en el estudio de los restos fósiles proporcionan nueva información para entender especies extintas”, añade Mikel Arlegi (UPV/EHU).
Estos nuevos resultados son coherentes con un reciente trabajo de dos de los co-autores, Markus Bastir y Daniel García-Martínez (Grupo de Paleoantropología, MNCN), en el que apoyan la presencia de una mayor capacidad pulmonar para los neandertales.
Patricia Kramer de la Universidad de Washington resume: “Esta es la culminación de 15 años de investigación en el tórax neandertal, y esperamos que futuros análisis genéticos nos den pistas adicionales sobre su fisiología respiratoria”.
Avanzando en el conocimiento de los neandertales
Los neandertales fueron cazadores-recolectores que habitaron Eurasia occidental durante más de 200.000 años, tanto durante periodos glaciares como interglaciares hasta que se extinguieron hace unos 40.000 años. Mientras que algunas de las regiones anatómicas de estos humanos extintos se conocen relativamente bien, otras como la columna vertebral y las costillas son menos conocidas porque estos elementos son más frágiles y no se conservan bien en el registro fósil.

En cambio, preserva todas las vértebras y las costillas, así como otras regiones anatómicas frágiles como la pelvis o el hueso hioides (un hueso situado en el cuello donde se insertan algunos de los músculos de la lengua). Es por tanto el esqueleto que, hasta el momento, conserva el tórax más completo del registro fósil de los neandertales.
En 1983, un esqueleto neandertal parcial (denominado oficialmente Kebara 2, y apodado Moisés) perteneciente a un individuo masculino joven que murió hace aproximadamente 60.000 años, fue descubierto en el yacimiento de Kebara (Monte Carmelo, Israel). Este esqueleto no conserva el cráneo, ya que tiempo después del enterramiento el cráneo fue retirado, probablemente como consecuencia de un ritual funerario.
Durante más de 150 años se han recuperado restos neandertales en muchos lugares en Europa y Asia occidental (incluyendo Oriente medio), y la forma del tórax de esta especie humana ha sido objeto de debate desde 1856, cuando se encontraron las primeras costillas pertenecientes a este grupo humano.
En la última década, las reconstrucciones virtuales se han convertido en una nueva herramienta, cada vez más usada, en el estudio de los fósiles. Esta metodología es especialmente útil con restos fósiles frágiles como las vértebras y costillas que conforman el tórax. Hace casi dos años, el mismo equipo de investigación presentó una reconstrucción de la columna vertebral de este mismo individuo, que indicaba la presencia de una columna con curvaturas menos acentuadas en estos humanos con respecto al Homo sapiens.
Referencia bibliográfica:
Gómez-Olivencia, A., Barash, A., García-Martínez, D., Arlegi, M., Kramer, P., Bastir, M., Been, E. "3D virtual reconstruction of the Kebara 2 Neandertal thorax". Nature Communications. DOI: 10.1038/s41467-018-06803-z

Y CÁRCEL PARA LOS QUE SIGAN PRESCRIBIENDO O VENDIENDO


El Gobierno ha publicado este martes la lista de productos homeopáticos que han solicitado autorización para ser comercializados legalmente para el consumo humano. Son 2008 referencias, según el anexo aparecido en el Boletín Oficial del Estado. Todo lo que no aparece en esta lista debe desaparecer: " Se ordena la retirada del mercado de los medicamentos homeopáticos" fuera del listado. Sin un dato concreto sobre la cantidad de productos, se estima que afecta a miles.
En abril pasado, el Ministerio de Sanidad, aún dirigido por la popular Dolors Montserrat, reguló la comunicación a la que se obligaba a los fabricantes de homeopatía a seguir un procedimiento para recibir licencia y regulaba las condiciones de registro y dispensación para el consumo humano. Se trataba de dar cumplimiento a una disposición legal de 20017.
Además, estar en este relación no garantiza que vayan a ser certificados como productos aptos para venderse y consumirse, son los que los fabricantes consideran que pueden adecuarse a la normativa sobre medicamentos de uso humano fabricados industrialmente. Eso les va a permitir presentarse como medicamentos. La orden también establece el calendario para que los fabricantes soliciten la autorización de comercialización.
Este calendario comienza el 1 de noviembre de este año para el grupo de productos "con indicación terapéutica o inyectables" y se va sucediendo hasta abril de 2022.

EL DOLOR ES NUESTRO Y LOS HIJOS SON AJENOS


VIOLENCIA OBSTÉTRICA (2/)La violencia en el parto que sufren algunas mujeres, ¿otro tipo de violencia de género?

La Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia (SEGO) rechaza la violencia obstétrica, asegura que la asistencia médica ha avanzado y defiende que hoy la mujer es la “protagonista” del parto: “Asociar ciertas incidencias al machismo es un modelo superado en una sociedad moderna”, afirma Juan Luis Delgado, presidente de la sección de Medicina Perinatal.



Imagen de archivo de un parto. / EFE

La asociación El Parto es Nuestro trabaja por mejorar la atención a madres e hijos durante el embarazo, el alumbramiento y el posparto. Para ello, su portavoz, Elena Gil, cree que la parturienta tendría ser atendida por una matrona, mientras que los ginecólogos [o las ginecólogas; como también hay matrones] sólo deberían mediar si ocurriese “algo que se desvíe de la normalidad”. Sin embargo, según ella, “los médicos intervienen como si fuese un problema”, una actuación bienvenida en el caso de que sea necesaria, pero no como algo preestablecido. “Se ha perdido la capacidad de gestar y de parir de manera normal. Es decir, dar a luz se ha patologizado sin razón”.
Quizás sí haya motivos. El Parto es Nuestro sostiene que “hemos pasado del extremo de jugártela en el parto al de la intervención excesiva, como algo necesario para que todo salga bien”. Sin embargo, las defensoras de los derechos sexuales y reproductivos la califican como violencia obstétrica, un término que rechazan los ginecólogos y obstetras, quienes lo consideran “confrontacionista”. La patologización —o medicalización— consistiría en considerar como un problema de salud un proceso natural, como podría ser el parto de bajo riesgo.

Pese a que en ocasiones algunas intervenciones son ineludibles para garantizar la salud de la madre y el niño, entienden que detrás de esa evolución hay un "sesgo machista" de la medicina. “El varón siempre ha estado en el centro de la investigación, una deformación que también se trasladó a la atención en el paritorio. Gran parte de los profesionales —o, mejor dicho, quienes mandan— son hombres, y ellos establecen los protocolos. En resumen, los hospitales están masculinizados”.
Es más, las prácticas invasivas son consideradas por las activistas como una forma de violencia contra ellas, que se manifiesta en “la apropiación del cuerpo y de los procesos reproductivos de las mujeres por prestadores de salud, que se expresa en un trato jerárquico deshumanizado” y en la citada medicalización del alumbramiento, lo que acarrearía una “pérdida de autonomía y capacidad de decidir libremente sobre sus cuerpos y su sexualidad”.
De ahí al parto como supuesto escenario, según las activistas, de la violencia obstétrica: “Una rama más de la violencia de género, producida por el sistema patriarcal, que se reproduce en cualquier estamento de la sociedad, incluidos los centros médicos”, sentencia Elena Gil. “Debemos reclamar otro tipo de atención. La mujer tiene que tomar conciencia de sus derechos, porque el embarazo no es una enfermedad y nosotras también debemos tomar decisiones en muchos aspectos del parto”, afirma la portavoz de la citada asociación, quien también critica la “infantilización” a la que son sometidas desde que se quedan preñadas.
“Me molesta que nos llamen mamis o barriguitas, porque nadie se imagina a un urólogo tratando así al padre. Esos diminutivos te reducen a algo infantil. Entiendo que puedan ser cariñosos y tiernos, pero hablamos de una persona que no quiere verse reducida a una vasija”, añade la portavoz. De sujeto activo, a sujeto pasivo: “Sí, se nos trata como si fuésemos objetos”. El símil recuerda a la conclusión de una matrona durante uno de los grupos de discusión organizados por Berberecheira durante la preparación de la obra teatral Anatomía dunha serea: “Una vez embarazada, la mujer pasa a ser un contenedor”.

"Visión masculina, proceso femenino"

¿Hablamos de un problema no sólo médico, sino también cultural? “Absolutamente. No se va a la raíz del asunto, al tiempo que se parte de una ciencia misógina, con un sesgo de género profundo”, cree Jesusa Ricoy, profesora de educación perinatal en Londres, quien denuncia que en un espacio como el paritorio, a su juicio, “hay demasiada iatrogenia” [alteración negativa o daño en la salud de la paciente provocados por un acto médico].
Jesusa Ricoy Olariaga —“que conste también mi segundo apellido, por una razón de activismo”— respalda que se cambie la cultura de fondo, porque si su producción corre a cargo del hombre “la contaminación es permanente”. De eso habla en su libro, a punto de publicarse, Mujeres de película, partos de ciencia ficción, prologado por la actriz Iria Pinheiro, quien ha denunciado públicamente las secuelas supuestamente provocadas por una episiotomía. “Las mujeres creen que el parto es lo que un cineasta, obviamente hombre, les muestra en una pantalla de cine”, ironiza Ricoy, fundadora del movimiento The Roses Revolution Movement.Por ello, antes de centrarse en el nacimiento en sí, aboga por cegar la “visión de género masculina en un proceso femenino”. Su postura es tajante: “Dejemos que las mujeres hablen, pero no entremos en negociaciones absurdas: ¿debo luchar para que me otorguen derechos o para que me devuelvan los que ya me pertenecían? Es una cuestión errónea en origen, porque no se trata de negociar o cooperar con los profesionales sanitarios, pues equivaldría a poner parches. ¡Tiremos la casa y construyamos una nueva! Y, a ser posible, quiero elegir yo los colores”, zanja la feminista alicantina, madre de dos hijos y una hija.
Ella, en cambio, plasma su visión en un lienzo donde sólo caben pinturas negras. Una tela oscura donde las cesáreas y las episiotomías son un “síntoma de una sociedad sometida”, a su juicio, “por el machismo, la misoginia y el patriarcado”. Incluso llega a forzar la comparación cuando habla de algunas prácticas invasivas: “Hay mujeres que se sienten violadas en una sala de paritorios”. Esos “traumas”, según activista matriarcal, deberían llevar a los médicos a reflexionar sobre el asunto.

“Nos desvivimos por nuestro trabajo”
Juan Luis Delgado
 lo ha hecho y no puede estar más en desacuerdo. “La mujer hoy es el centro de la asistencia. Es cierto que antes el doctor tomaba las decisiones y había paternalismo, pero la medicina ha cambiado, girando hacia la protagonista, o sea, hacia la parturienta. Ahora los profesionales informan a la pareja y es ella quien toma las decisiones”, deja claro este miembro de la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia (SEGO), a quien le incomoda el concepto de violencia obstétrica.
El presidente de la sección de Medicina Perinatal de SEGO pide que sus asociados, entre los que se cuentan muchas mujeres, sean respetados: “Nos desvivimos por nuestro trabajo, cuyo el objetivo es cuidar a la madre y al niño”. Además, recuerda que el personal está compuesto en su mayoría por féminas, que muchas forman parte de su entidad y que, dentro de la sección de medicina perinatal —encargada de elaborar protocolos—, hay menos hombres, pues la proporción depende de la calificación obtenida en el examen del MIR. “Además, en la junta directiva también hay paridad, por lo que resulta infantil llevar la confrontación a ese terreno. Asociar ciertas incidencias al machismo es un modelo superado en una sociedad moderna”.

El responsable de Medicina Perinatal asegura que la matrona lleva siempre las riendas, excepto cuando “el proceso deja de ser fisiológico y hay signos de alarma que ponen en riesgo la vida de madre e hijo”, momento en el que intervienen el ginecólogo y el obstetra. La
 Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia, según él, ha asumido como protocolo la Guía de Práctica Clínica sobre la Atención al Parto Normal en el Sistema Nacional de Salud, aunque “luego cada médico obrará según su criterio, por lo que podría ser ser más o menos intervencionista”. De hecho, el manual advierte de que supone “una ayuda a la toma de decisiones en la atención sanitaria”, si bien “no es de obligado cumplimiento ni sustituye el juicio clínico del personal sanitario".Delgado, coordinador de la Unidad de Medicina Fetal en el Hospital Virgen de la Arrixaca (Murcia), trata de explicar la evolución del parto: desde que se paría en casa hasta que se inaugura el primer centro pediátrico en España: el Hospital Materno-Infantil de La Paz, que abrió sus puertas en Madrid allá por 1965. “El parto es una vivencia familiar y social, con sus riesgos y complicaciones, aunque el hospitalario tiene una ventaja: la seguridad para la madre y el hijo. ¿El peaje? Que esa protección implica una monitorización muy exhaustiva durante el proceso y un intervencionismo mayor. Así, se pasó de una situación natural, asistida por una matrona o una familiar, a un acto medicalizado, cuando se trata de un acto fisiológico de la mujer”, aclara.
Delgado insiste en que la guía práctica ha sido elaborada por ginecólogos, obstetras, matronas, anestesistas, pediatras y otros especialistas, aunque también han participado —tanto en la autoría como en la revisión externa— asociaciones como El Parto es Nuestro. “Claro que la asistencia no es generalizable, por lo que puede haber malas experiencias, pero es algo a extinguir. En un nacimiento normal, y hablo en líneas generales, nosotros simplemente hacemos el acompañamiento. La obstetricia es moderna y somos profesionales que tratamos de hacer el mejor trabajo posible”.

Matronas: del parto en casa al hospital

Dolores Ruiz Berdún ejerció de matrona durante veinte años en la sanidad madrileña. Actualmente participa en un proyecto internacional que investiga qué pueden hacer los profesionales para reducir las intervenciones en los partos. “El número es alto. A veces son ineludibles, pero pese a ello siguen siendo demasiadas. Ahora bien, ¿quién decide si es necesaria y o no? La respuesta es complicada, aunque resulta evidente que hemos pasado del parto fisiológico al parto patologizado”.
La profesora de Historia de la Ciencia en la Universidad de Alcalá de Henares recuerda que antaño había más mortalidad materna y fetal, pero también subraya que algunos nacimientos que antes serían “absolutamente naturales” ahora terminan en cesáreas. “Cuando tienes la tecnología a tu alcance, es difícil no utilizarla. Por ello, hay que aprender a usarla y, a veces, incluso no hacer nada”. La conclusión de las defensoras de los derechos sexuales y reproductivos es que se trata el parto como una enfermedad y a la embarazada, como a una enferma.
¿Y qué los diferencia de las comadronas? “Su visión suele ser más patológica por norma general, pues están preparados para la enfermedad”, explica Ruiz Berdún. “Ahora bien, depende de en qué manos hayan caído. La educación es importante, por lo que si las matronas que les enseñaron —cuya formación va más encaminada hacia la fisiología— eran intervencionistas, podrán repetir esas pautas y ser menos respetuosos. Eso ya depende de cada persona, porque hay médicos muy defensores de la mujer y matronas muy intervencionistas”.La excomadrona rechaza que durante los partos sólo intervengan sus colegas y señala la presencia de médicos internos residentes (MIR) durante nacimientos sin riesgo, aunque no lo considera una intromisión, sino como una práctica razonable. “Para formarse como especialistas, tienen que aprender, por lo que sus primeros partos son fisiológicos. Es decir, los ginecólogos atienden alumbramientos que no presentan complicaciones y me parece bien que lo hagan”.
Sea como fuere, el parto se ha institucionalizado, como recordaba Juan Luis Delgado. “Cuando tenía lugar en casa, el protagonismo recaía sobre las matronas. Sin embargo, en el hospital hay ciertas jerarquías que provocan que actualmente figuren en un escalón inferior de la pirámide, aunque la comadrona está volviendo a recuperar protagonismo”, añade Dolores Ruiz Berdún, quien en 2016 recibió el Premio de Investigación María Isidra de Guzmán por su libro Compromiso social y género: la historia de las matronas en España en la Segunda República, Guerra Civil y Autarquía (1931-1955).

Lo que tanto las activistas como él mismo, en representación de los ginecólogos y obstetras, califican una y otra vez como peaje. “Cuando tratas de garantizar la seguridad de la madre y el bebé, surge inevitablemente un aspecto negativo: la falta de vivencia del parto”, reconoce Delgado. Recuerda, por ejemplo, cuando el padre no podía estar presente en la sala, hoy algo inconcebible para las parejas de las parturientas. “Cada día estamos avanzando, pero debemos tener presente que venimos de la concepción de que el intervencionismo garantizaba que el parto terminase bien”.
 En la obra, explica que en el pasado siglo comenzaron unas prácticas de intervención en el parto que desembocarían en su institucionalización. “Sin embargo, debe quedar claro que —tras ese proceso pendular, de lo natural a lo hospitalario— la Organización Mundial de la Salud (OMS), el Ministerio de Sanidad y las consejerías regionales abogan por la humanización del acto de dar a luz”, asegura el presidente de la sección de Medicina Perinatal de SEGO, quien reconoce que hay un precio a pagar por salvar vidas.

EL COCHE,EL PEOR ENEMIGO DE LOS SERES VIVOS Y SÍMBOLO DEL INDIVIDUALISMO FASCISTA

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