viernes, 7 de diciembre de 2018

que esperan para prohibirles el ejercicio'?

Unos 10.000 médicos estarían recetando pseudoterapias

La Organización Médica Colegial estima que el 5% de los facultativos podría recomendar su uso

Los colegios de médicos alertan de un aumento de expedientes por este tipo de malas prácticas

Valentina Raffio / Olga Pereda
Unos 10.000 médicos estarían recetando pseudoterapias
Un consultorio, un estetoscopio y una bata blanca no siempre son sinónimos de confianza. Y es que en el mundo de los tratamientos no avalados por la evidencia científica, no todo son intrusos sin formación. También hay médicos -de los de carrera oficial y diploma en la pared- que recurren a las denominadas ‘terapias alternativas’ como parte habitual de su práctica médica. Según las primeras aproximaciones que baraja la Organización Médica Colegial (OMC), solo en España habría entre 10.000 y 12.000 médicos colegiados que podrían hacer uso de todo tipo de terapias no avaladas por la evidencia para tratar a sus pacientes. Esto supondría en torno a un 5% de todo el colectivo.
Los colegios de médicos de toda España, entidades que ejercen tanto de asociación profesional como de garantes de buenas prácticas de sus colegiados, reconocen estar al tanto de la situación. De hecho, son estas mismas instituciones las que inician las acciones disciplinarias contra aquellos facultativos que ejercen fuera de las prácticas avaladas por la evidencia. En los últimos tres años y medio, solo en Madrid se han abierto 10 expedientes relacionados con pseudociencias. En Barcelona, ha habido 21 en los últimos nueve años. El recuento en las demás provincias añade un par de casos más en localidades como Málaga o Jaén. Todo ello, recubierto por un velado secreto profesional con el que se protege la confidencialidad tanto del proceso como de los doctores involucrados.
"No es que desde los colegios no se quiera actuar más. Es que tenemos que atenernos a las potestades que nos atribuye la ley y ejercer de la forma más garantista posible", explica Gustavo A. Tolchinsky, secretario del Col·legi de Metges de Barcelona (COMB). "Cuando iniciamos un expediente es porque que disponemos de todos los elementos necesarios para que el caso pueda aguantar hasta la última instancia judicial", argumenta el médico. "Y si no actuamos más es porque estamos con las manos atadas. Solo podemos intervenir cuando se trata de médicos colegiados, tenemos pruebas contundentes de que su actuación va en contra del código deontológico y si los pacientes afectados interponen una denuncia. El problema es que no siempre se dan todas estas condiciones", añade Mercedes Martínez, de la asesoría jurídica del COMB.

Malas praxis del colectivo

Hace aproximadamente un año y medio, la Organización Médica Colegial (OMC) creó un Observatorio contra las Pseudociencias, Pseudoterapias, Intrusismo y Sectas Sanitarias para prevenir contra la irrupción de propuestas curativas que estaban siendo utilizadas aun sin contar con el respaldo de la evidencia científica. Hasta ahora, a través del apartado de notificaciones abierto al público, la institución ha registrado unas 500 comunicaciones. La mayoría de ellas son de pacientes y familiares de enfermos que se sienten engañados por todo tipo de charlatanes. Pero también hay incidencias que apuntan directamente hacia algunos médicos. Así lo explica el presidente del Observatorio, Jerónimo Fernández, que insiste en que los profesionales colegiados, con sus batas blancas, ofrecen un plus de confianza y seguridad al paciente. O al menos deberían.
Pero hay ocasiones en las que, sin embargo, el eco de las pseudociencias viene de dentro del propio colectivo. Y es ahí donde los colegios profesionales entran en juego. "En el 2016 abrimos un expediente contra un médico que había estado tratando un paciente con cáncer terminal con ‘agua de luz’ para aliviar el dolor de la metástasis y que, además, le había alejado de los cuidados paliativos. Consideramos que los hechos eran muy graves, por lo que pedimos un año y medio de inhabilitación, el máximo que podíamos pedir según la tipificación de las faltas", explica Mercedes Martínez. "El caso está ahora mismo en manos del Tribunal Superior de Justicia y prevemos que se solucione el año que viene. Mientras tanto, el médico en cuestión ha seguido ejerciendo, contra el criterio del colegio. Además, dado que no tenemos capacidad inspectora, no sabemos si ha seguido promoviendo estas mismas prácticas", añade la abogada.
"Ni siquiera en los casos más extremos, como los de pacientes terminales o con enfermedades muy graves, podemos permitir que los facultativos actúen de una manera que no sea honrada. Las personas que acuden a una consulta en estas condiciones son extremadamente vulnerables y deben poder confiar en que lo que les propone su médico es la mejor opción para hacer frente a su enfermedad", argumenta Tolchinsky.

Expedientes abiertos

Una denuncia de un paciente, familiar, juez, médico o medio de comunicación puede ser suficiente para encender las alarmas dentro de los colegios de médicos. A partir de ese momento arranca un procedimiento que pasa por recabar pruebas, iniciar diferentes pesquisas internas y atender a la valoración de la comisión deontológica. Este proceso puede llevar a involucrar a entre 40 y 45 profesionales. Todo ello, dando al médico acusado la posibilidad de defenderse. "Se trata de un proceso garantista. No es una caza de brujas, ni es una herramienta para dar rienda suelta a las manías personales que pueda haber entre los colegiados", recalcan desde COMB.
Pero las malas praxis relacionadas con pseudoterapias no son, ni de lejos, el principal foco de expedientes de los colegios de médicos. En Barcelona, de los 300 casos que se trabajan por año en el Col·legi de Metges, son muy pocos los que corresponden al uso de alternativas terapéuticas sin evidencia. Su incidencia, sin embargo, ha ido aumentando en los últimos años. "El número de denuncias que nos llegan sobre pseudoterapias ha ido creciendo, por lo que entendemos que los ciudadanos están perdiendo la vergüenza de explicar que han sido estafados en momentos de especial debilidad", explica el secretario del COMB. "Aun así, también hay que decir que recibimos muchos mensajes relatando casos de especial gravedad que al final se quedan en nada. O bien por la falta de pruebas, o bien porque la persona afectada no se atreve a interponer denuncia", matiza la abogada de la institución.
En esta misma línea, Jerónimo Fernández, del Observatorio contra las Pseudociencia, anima a todos aquellos que se sientan engañados o estafados a denunciar. Ya sea ante el propio observatorio, la policía, o el colegio de médicos de la comunidad autónoma. Y subraya que especial atención hay que presentar cuando el paciente tiene patologías graves, psiquiátricas, infecciosas, o se trate de un menor. "Hay que denunciar. O, por lo menos, tratar de hablar con el médico de cabecera y contarle lo que está tomando o la técnica que le están practicando", concluye.

¿Dónde está el límite?

Desde que el Ministerio de Sanidad anunció la ‘expulsión’ de las pseudoterapias de los centros sanitarios, son muchos los que se preguntan dónde está el límite que divide las terapias avaladas por la ciencia de las que no. “No podemos hablar de forma tan contundente sobre dónde está el punto de corte de la ciencia. Como mucho, podemos decir que los médicos debemos basar nuestra práctica en la mejor evidencia científica disponible hasta la fecha”, reflexiona Gustavo A. Tolchinsky, secretario del Col·legi de Metges de Barcelona (COMB). “Lo que está claro es que recetar un tratamiento sin evidencia frente a uno que ha demostrado su eficacia es indiscutiblemente una mala práctica, como también lo es aconsejar un tratamiento alternativo como sustituto de las recomendaciones terapéuticas avaladas”, añade.
Entre los ejemplos de malas prácticas, el 5% de los facultativos que, según las primeras estimaciones de la Organización Médica Colegial (OMC) hacen uso de pseudoterapias. “Hay quienes tratan a sus pacientes con terapias no avaladas, algunas más peligrosas que otras e, incluso, algunas prohibidas, como el polémico MMS (clorito de sodio, un derivado de la lejía)”, añade Jerónimo Fernández, el máximo responsable del Observatorio contra las Pseudoterapias de la institución. “No puede ser que ese 5% quiera imponer sus criterios al resto de la profesión. Tampoco es normal que un profesional de la sanidad se ponga a recetar homeopatía o trate a sus pacientes con imposición de manos. Eso es confundir a la gente”, concluye Fernández.

LOS RACISTAS NAZIS Y LOS FACHAS DE VOX FUERON UNA VEZ NEGROS................


Cuando todos los europeos eran negros

El mayor estudio genético de europeos de la prehistoria desvela un pasado complejo y violento en el que poblaciones enteras tuvieron que emigrar o desaparecer para siempre



Tres cráneos hallados en la República Checa asociados a la cultura gravetiense
Tres cráneos hallados en la República Checa asociados a la cultura gravetiense M. FROUZ / J. SVOBODA

El estudio genético de restos mortales de europeos que murieron hace miles de años ha abierto una ventana única a la prehistoria del continente. El trabajo abarca gran parte del Paleolítico Superior, desde hace 45.000 años hasta hace 7.000, y desvela varios episodios hasta ahora desconocidos.
“Lo que vemos es una historia de las poblaciones no menos compleja que la de los últimos 7.000 años, con múltiples momentos de poblaciones que reemplazan a otras, inmigración en una escala dramática y en un tiempo en el que el clima estaba cambiando de forma radical”, ha resumido David Reich, genetista de la Universidad de Harvard y autor principal del estudio, publicado en la revista Nature.
El trabajo ha analizado el ADN de 51 euroasiáticos, una muestra 10 veces mayor que cualquier estudio anterior. Abarca desde los humanos modernos más antiguos de los que se tiene constancia a los cazadores recolectores que vivieron poco antes de la revolución neolítica que trajo consigo la agricultura al continente.
La primera conclusión que se desprende del estudio es que, a pesar de que neandertales y humanos modernos (los Homo sapiens) se cruzaron y tuvieron hijos fértiles, el porcentaje de ADN de esa otra especie que lleva la nuestra ha disminuido rápidamente, pasando del 6% hasta el 2% actual. Esto implica cierta incompatibilidad evolutiva que ya habían destacado otros estudios recientes.
Aunque los primeros sapiens llegaron a Europa hace unos 45.000 años, su huella genética ha desaparecido por completo en las poblaciones actuales. Las primeras poblaciones con las que los europeos de hoy tienen algún parentesco se remontan a hace 37.000 años. Los autores del trabajo identifican a esta población con la cultura auriñaciense.

En esa época, Europa vivía en la última edad de hielo, con los glaciares avanzando desde el norte de europa y empujando a pueblos enteros a la migración o el exterminio. Según los datos del trabajo, hace 33.000 años aparece otro grupo que reemplaza casi totalmente al anterior y que se asocia con la cultura gravetiense, caracterizada por las pinturas con manos en negativo y las orondas venus paleolíticas esculpidas en hueso, explica González.
“A esta cultura se asocian los primeros ejemplos de arte y música, como las pinturas de la cueva de Chauvet en Francia o las flautas de hueso”, explica Manuel González Morales, investigador de la Universidad de Cantabria y coautor del trabajo.
De forma inesperada, hace unos 19.000 años, reaparecen los descendientes de la cultura auriñaciense. Los restos humanos encontrados en Cantabria demuestran ahora que los habitantes de esta zona estaban directamente emparentados con ellos.
Una de las posibles explicaciones es que aquel pueblo migrase a refugios cálidos del sur de Europa, especialmente la Península Ibérica. Pasado lo más frío de la última glaciación esta población vuelve a expandirse hacia el norte de europa, recuperando el territorio perdido y reemplazando a sus habitantes.

Última oleada

De nuevo, hace unos 14.000 años, otra población llegada desde Oriente Próximo desembarca en el continente y se convierte en dominante, sustituyendo a buena parte de las anteriores. Esta última oleada, de la que no se tenía noticia hasta ahora, se ha identificado gracias a los restos de un cazador y recolector encontrado en Villabruna, Italia, y que le ha dado nombre a esta población.
La marca genética de este grupo se perpetuó durante milenios, ya que, por ejemplo, el cazador recolector de La Braña (León) que vivió hace 7.000 años estaba emparentado con este grupo.
Los genes del hombre de La Braña muestran que tenía la tez oscura y ojos azules. Según González, hasta la llegada de sus ancestros a Europa, hace unos 14.000 años, todos los europeos tenían la piel oscura y los ojos marrones. “El trabajo muestra que los primeros individuos con genes de piel clara vivieron hace unos 13.000 años”, explica el investigador de la Universidad de Cantabria. Después, con la llegada de los primeros agricultores desde Oriente Medio se inaugura el Neolítico y la tez blanca se hace mucho más común. En otras palabras, los europeos fueron negros durante la mayor parte de su historia.


LA MISTERIOSA DAMA ROJA


Hace 19.000 años alguien enterró en Cantabria a una de las mujeres más misteriosas de la prehistoria europea. Se trata de la Dama Roja, que a sus 35 o 40 años recibió una sepultura muy extraña, que podría apuntar a un significado sagrado. Su cadáver se había descompuesto al aire libre y después habían recubierto sus huesos con pintura roja. Tanto debían de respetar a aquella mujer que alguno de sus huesos fue cuidadosamente devuelto a la tumba después de que un animal salvaje la profanase en busca de alimento. Más allá de unos dibujos esquemáticos y la presencia de polen, poco más se sabe sobre aquella mujer y el significado que la cultura a la que perteneció quiso darle a su tumba. La dama es uno de los 51 individuos que se han analizado en este estudio. El equipo de Manuel González Morales está preparando una reconstrucción del aspecto que tuvo esta mujer, cuyos genes muestran que era negra, explica.

Documentados 17 casos inéditos de herencia de ADN mitocondrial paterno

Un nuevo estudio desbarata un dogma central de la biología, al encontrar transmisión genética de las mitocondrias masculinas



Los científicos ahora estiman que uno de cada 5000 bebés podría heredar mitocondrias de su padre.Ampliar foto
Los científicos ahora estiman que uno de cada 5000 bebés podría heredar mitocondrias de su padre.UNSPLASH

Cuando los padres de un niño de cuatro años lo llevaron al Hospital Infantil de Cincinnati, Ohio (EE UU) por su fatiga y debilidad muscular, nadie esperaba que su caso fuera a desatar una investigación científica que reescribirá los libros de texto. Eso es justamente lo que ha ocurrido: en un estudio publicado la semana pasada en la revista PNAS, los médicos describen cómo encontraron en el niño ADN mitocondrial heredado por vía paterna, algo que hasta ahora se creía imposible.

Inicialmente, el pediatra y genetista Taosheng Huang, que es el autor principal del estudio, sospechó que el pequeño podría tener una enfermedad mitocondrial. Las mitocondrias, los orgánulos encargados de dar energía a las células, portan un complemento propio de ADN, diferente al que se guarda en el núcleo celular. Ciertas mutaciones en alguno de los 37 genes mitocondriales, heredados en casi todos los animales exclusivamente por vía materna, producen enfermedades raras. Gracias a la secuenciación de su genoma, los médicos observaron que el niño no tenía ninguna mutación conocida de enfermedad mitocondrial, pero había diferencias entre el ADN de algunas de sus mitocondrias y las demás. Incrédulo, Huang pidió repetir la muestra genética y envió partes a dos laboratorios independientes para analizarla.
La transmisión de mitocondrias por parte del padre solo se ha observado, de manera excepcional, en un grupo muy reducido de animales, que incluye a las ovejas, los ratones y las moscas del vinagre. Descubrirlo en personas echa por tierra uno de los dogmas centrales de la genética y tiene implicaciones para el estudio de la evolución humana y para el diagnóstico y tratamiento de ciertas enfermedades. En análisis sucesivos, los médicos observaron el mismo fenómeno en nueve familiares del chico, además de otras siete personas ajenas a la familia.
Los resultados volvieron sin dejar lugar a dudas: sus células portaban dos tipos de mitocondrias con genomas diferentes. El motivo, destapado tras examinar a toda la familia, es que su madre había heredado algunas mitocondrias paternas, además de las habituales por línea femenina. Solamente un caso estudiado por investigadores daneses en 2002 —verificado en Estados Unidos dos años más tarde— había documentado herencia mitocondrial paterna en una persona. Sin embargo, en todo el tiempo que ha pasado desde entonces, no se había vuelto a observar el fenómeno, lo cual ha llevado a muchos a pensar que hubo un error en el análisis original.
Cuando un espermatozoide fecunda un óvulo, normalmente se activan mecanismos moleculares para destruir todas las mitocondrias masculinas. Se cree que esto puede ser una adaptación evolutiva para facilitar la coordinación entre el genoma mitocondrial y el nuclear. Otra teoría postula que la herencia exclusivamente materna ofrece protección contra el ritmo elevado de mutaciones que se da en el ADN mitocondrial de los espermatozoides. En cualquier caso, el embrión normalmente crece solo con mitocondrias de la madre.
Huang y su equipo creen que los casos de herencia mitocondrial biparental se deben a la mutación de un gen en el núcleo, no en las mitocondrias. Desde el genoma nuclear se coordina el proceso de destrucción de los componentes celulares que sobran una vez completada la fecundación. Según contó al canal estadounidense Nova la bióloga del desarrollo Florence Marlow, de la Escuela de Medicina de Icahn en el Monte Sinaí de Nueva York, un fallo en este proceso puede permitir la supervivencia de las mitocondrias masculinas que se infiltran en el óvulo. El cigoto acaba con mitocondrias genéticamente distintas, una por cada progenitor, y estas proliferan en las divisiones celulares posteriores. Los autores del estudio estiman que uno de cada 5000 bebés podría heredar ADN mitocondrial paterno de esta forma.

Estos cálculos se basan en la suposición —ahora demostrada incorrecta— de que los hombres nunca pasan mitocondrias de los espermatozoides a sus hijos. Queda por determinar si los casos excepcionales de herencia biparental afectarán a la eficacia de las técnicas de estudio genealógico, aunque los autores afirman que estos casos “no parecen haber dejado una marca detectable en el registro genético de la humanidad”.
Si es así, los descubrimientos podrían afectar al conocimiento científico sobre la evolución humana. Dado que el ADN mitocondrial de una madre en principio nunca se recombina con el del padre, constituye un certificado de identidad genética estable para cada línea materna de la genealogía humana. Al identificar dos poblaciones humanas con genomas mitocondriales parecidos en distintos puntos del planeta, se puede inferir que tuvieron un ancestro femenino común, y se puede calcular aproximadamente hace cuánto, conocido el ritmo al que se acumulan nuevas mutaciones en el ADN mitocondrial.
Por otra parte, el hallazgo abre nuevas posibilidades médicas. “Dada la implantación cada vez más amplia de las metodologías de secuenciación genómica en el ámbito clínico, los laboratorios clínicos que analicen ADN mitocondrial deben prestar atención a los datos de secuenciación para detectar esta rara, aunque posible, herencia biparental”, dice Miguel Ángel Martín, investigador clínico de enfermedades mitocondriales en el Hospital 12 de octubre de Madrid.
Actualmente, las mujeres con enfermedades mitocondriales tienen la posibilidad en algunos países de gestar bebés sanos con la técnica de “tres padres genéticos”, gracias a una donante de mitocondrias. Si se descubren los genes nucleares que regulan la herencia mitocondrial, en un futuro se podría inducir la transmisión de las mitocondrias paternas para prescindir de la donante. Además, dice Martín, “si se encontrara ese factor o gen responsable nuclear, las posibilidades de tratamiento y asesoramiento genético es predecible que serían similares a las existentes para otras enfermedades genéticas”.

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Un pulpo en el acuario francés de Brest CreditFred Tanneau/Agence France-Presse — Getty Images
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Para demostrar lo inteligentes que son los pulpos, Piero Amodio usa un video de YouTube. Muestra a un pulpo que jala dos mitades de una concha para esconderse adentro. Luego el animal guarda las conchas como si fueran platos y se las lleva.
“Esto sugiere que el pulpo lleva consigo estas herramientas porque tiene un entendimiento de que pueden ser útiles en el futuro”, dijo Amodio, estudiante de posgrado enfocado en la inteligencia animal en la Universidad de Cambridge.
Esa característica del pulpo no solo lo sorprende: lo confunde.
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Durante décadas, los investigadores han analizado de qué manera evolucionaron algunos animales para ser inteligentes, entre ellos los monos, los elefantes, los delfines y algunos pájaros, como cuervos y pericos.
Pero las teorías científicas al respecto se quedan cortas para los cefalópodos, el grupo que incluye a pulpos, calamares y sepias. Tienen muestras de creatividad, pero no cumplen con las marcas de inteligencia observadas en otras especies.
“Es una paradoja que ha sido ignorada en gran medida en el pasado”, dijo Amodio. Él y otros cinco expertos en inteligencia animal analizan esta misma paradoja en un artículo publicado en noviembre en la revista Trends in Ecology and Evolution.
La inteligencia animal, explican los científicos que la estudian, implica el uso de herramientas cognitivas sofisticadas para prosperar.
Estas incluyen la capacidad de idear soluciones a problemas como la búsqueda de comida o poder planificar formas de afrontar retos futuros. Los animales inteligentes no dependen de respuestas fijas para sobrevivir, sino que pueden improvisar conductas.
Para medir la inteligencia animal, los científicos observan a las especies salvajes; por ejemplo, si un delfín usa una esponja marina para proteger su pico de cortes con rocas o coral. O también llevan a los animales a un laboratorio y les dan un rompecabezas o algo qué resolver, como premiar a un cuervo si aprende a cortar pedazos de papel en un tamaño específico.

Solamente algunas especies han destacado en esos estudios. Al compararlas, los científicos han identificado factores compartidos: el tamaño del cerebro de esos animales es más grande en relación con sus cuerpos, tienden a vivir por más tiempo y pueden formar vínculos sociales duraderos.
Esas similitudes han apuntado a posibles explicaciones generales sobre cómo evolucionó el intelecto de ciertos animales.
Una de las posibles explicaciones es la hipótesis de la inteligencia ecológica. Esta tesis postula que la inteligencia evolucionó de manera adaptativa para encontrar comida. Algunos animales tienen un suministro de alimentos fiable y para otros es impredecible.
“Si comes fruta, debes recordar dónde están los árboles con esa fruta y cuándo maduran”, dijo Amadio. “Eso es mucho más demandante en términos cognitivos que comer hojas”. Con herramientas, los animales pueden alcanzar alimentos a los que no tendrían acceso de otro modo. Y si pueden hacer planes a futuro, pueden almacenar comida para los momentos en los que no estaría disponible.
Otra explicación posible es la hipótesis de la inteligencia social: los animales más inteligentes “cooperan y aprenden con otros integrantes de la misma especie”, dijo Amadio.
En conjunto, estos desarrollos evolutivos parecen haber resultado en cerebros de mayor tamaño y capacidad.
Los cefalópodos salvajes se comportan de maneras observables que también sugieren inteligencia. Por ejemplo, las sepias alejan a los depredadores formando cavidades que se asemejan a ojos en sus cuerpos para hacer parecer que son pescados cuando el depredador usa la vista para cazar. Sin embargo, si el depredador utiliza el olfato, las sepias toman otra decisión: huyen.
Los pulpos también muestran esta flexibilidad cognitiva en laboratorios. Investigadores de la Universidad Hebrea les presentaron a pulpos una caja en forma de ele con alimento, y los animales se las arreglaron para saber cómo empujar la comida por un orificio pequeño que estaba en el muro de su tanque.
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Un pulpo que usó dos conchas para esconderse en la costa indonesia de Célebes CreditEthan Daniels vía Getty Images
Los cefalópodos, como otros animales inteligentes, tienen un cerebro relativamente grande. Pero ahí se terminan las similitudes. Por ejemplo, los pulpos tienen sus neuronas en los brazos o tentáculos, no tienen vidas más longevas y no forman vínculos sociales duraderos.
Amodio y sus colegas creen entonces que la inteligencia de los cefalópodos se debe a su historia evolutiva; hace unos quinientos millones de años, sus ancestros evolucionaron de tal modo que sus caparazones podían usarse para flotar y quedarse cerca de la superficie.
Un cefalópodo, el nautilo, aún vive de esta manera, aunque no parece tener ni de cerca el mismo nivel de inteligencia que los pulpos. Sin embargo, los ancestros de casi todos los cefalópodos perdieron ese caparazón exterior hace unos 275 millones de años. No queda claro por qué, pero esta mutación hizo posible que el animal pudiera explorar lugares que las especies previas no tenían y buscar alimento.
Al mismo tiempo, perder el caparazón los dejó más expuestos a los depredadores, lo cual habría impulsado que desarrollaran capacidades para esconderse o escapar y para resolver nuevos problemas o tener previsión (por ejemplo, saber que las conchas podrían ser prácticas para esconderse).
Pero la inteligencia no ha sido solución suficiente para los cefalópodos, según Amodio, porque de cualquier manera pueden volverse presas y por ello quizá no viven tanto tiempo.
Con su investigación, Amodio y sus colegas podrían arrojar luz no solamente sobre los orígenes de la inteligencia de los cefalópodos, sino de la inteligencia animal en general.
“No podemos dar por sentado que hay un solo tipo de inteligencia”, dijo Amodio. “Puede que haya diferentes caminos”.