lunes, 12 de noviembre de 2018

MAS RENTABLE QUE ASALTAR JOYERÍAS

Más de 2.000 medicamentos para el cáncer desaparecidos en cuatro años

Salud


Medicamentos incautados en la operación Cueva Rubia en julio de 2018 Guardia Civil

Se han denunciado 88 robos y 134 extravíos de medicamentos a la AEMPS desde 2014
Los fármacos con mayor número de robos son tratamientos oncológicos y hormonas de crecimiento
En la calle del Serpis número 8, Valencia, oculta en los aledaños de la universitaria avenida Blasco Ibáñez, se encuentra la Clínica Valnefron. Apenas se ven una puerta y una ventana de aluminio blanco con los cristales opacos. Si no se fija detenidamente en un pequeño y sobrio cartel del tamaño de un folio, no podría saber que se trata de una clínica privada de hemodiálisis. Posiblemente ignore que el centro lleva más de 40 años en activo y que pertenece a una multinacional alemana proveedora de material sanitario.
El 8 de marzo de 2016, en esa misma clínica se robaron 248 unidades de Aranesp, un fármaco utilizado para el tratamiento de la anemia causada por insuficiencia renal. El principio activo de este fármaco es la darbepoetina alfa, un sustitutivo sintético de la eritropoyetina (hormona encargada de la creación de glóbulos rojos). A este medicamento también se le conoce como "EPO" y es una de las sustancias más utilizadas en el dopaje deportivo para aumentar el rendimiento físico. Casi tres semanas después, la Agencia Española de Medicamentos (AEMPS) alertaba al Colegio de Médicos sobre la posible reintroducción de los lotes robados en el mercado.
Desde la Clínica Valnefron declinan dar detalles sobre lo ocurrido durante aquel incidente.


No se trata de un caso aislado. En los últimos cuatro años se han denunciado a la AEMPS 222 hechos similares. De estos, 37 robos y 126 extravíos de medicamentos ocurrieron en territorio español. Esta información, obtenida por una solicitud de información a través de la Ley de Transparencia, responde a un protocolo de comunicación de incidentes relacionados con medicamentos para prevenir su desvío al tráfico ilícito.
Desde 2014, la AEMPS realiza un llamamiento a estrechar la colaboración entre los actores de la cadena de distribución farmacéutica, las autoridades sanitarias y cuerpos de seguridad a comunicar cualquier robo, extravío o conducta sospechosa. Esta base de datos también registra 39 robos ocurridos en otros estados miembros de la Unión Europea como Italia, Bélgica o Portugal. En otros 20 incidentes, el lugar de robo es desconocido.


En total, más de 217.000 unidades de medicamentos desaparecieron en 88 robos. De hecho, en los últimos cuatro años, nueve de cada diez unidades de todas las notificadas a la AEMPS fueron robadas.
Los tipos de fármacos con mayor incidencia de robos son los fármacos oncológicos y las hormonas de crecimiento. Estos medicamentos han sido robados hasta en 11 ocasiones distintas. Les siguen en número de robos las vacunas (9), los fármacos inmunosupresores (8) como tratamientos para la esclerosis múltiple, las artritis psoriásica o el VIH, y calmantes (7), en su mayoría opiáceos.
Teniendo en cuenta el número total de unidades en lugar de los incidentes, los fármacos más robados han sido comprimidos de ibuprofeno, calmantes, hormonas sexuales, ansiolíticos y antipsicóticos.
En España, la AEMPS alerta sobre las sustancias con más probabilidad de ser desviadas al tráfico ilícito, aunque en la mayoría de casos no coinciden con las encontradas en la base de datos. Según declaraciones de la agencia: "los anabolizantes, derivados hormonales, tratamientos para la disfunción eréctil o adelgazantes son muy susceptibles al tráfico ilícito. Son medicamentos sujetos a prescripción médica y su consumo fuera del ámbito terapéutico puede suponer un grave riesgo para la salud".
En la última circular difundida, categorizan 50 principios activos como atractivos para el mercado ilegal, de los cuales, en la base de datos sólo aparecen 13 de ellos, con 7.050 unidades intervenidas en el periodo analizado.

La mayoría de incidentes ocurren durante el transporte

Según Juan Nieto, responsable de comunicación de FEDIFAR (Federación de Distribuidores Farmacéuticos), la mayor parte de los robos acontecen durante el reparto de pedidos a las farmacias.
Y los datos le avalan: 96 de los 222 incidentes registrados en la base de datos corresponde a la fase de transporte. En estos sucesos desaparecieron más del 80% de todas las unidades notificadas. También hay 30 acontecimientos en almacenes y 21 en hospitales. 71 de estos robos y extravíos ocurrieron durante la distribución dentro de España a clínicas, hospitales, oficinas de farmacia o almacenes.
"En todo momento, tanto los almacenes como las farmacias saben qué tipos de medicamentos se están distribuyendo, pero los transportistas no saben qué hay en los cargamentos", declara el representante de la patronal de almacenes mayoristas y transportistas del sector farmacéutico.
En cuanto a los robos en almacenes, se trata de cantidades relativamente pequeñas y robos concretos. Por ejemplo, en mayo de 2016, se robaron unas 300 unidades de Rivotril de 60 comprimidos, un potente ansiolítico, del almacén mayorista de Novaltia en Zaragoza. Junto a este robo, la AEMPS notificó que el destino más probable de estas unidades era el mercado ilegal, dados los antecedentes de los últimos meses y el potencial riesgo de abuso de este medicamento.
El 13 de marzo de 2016, COFAGA,(Cooperativa Farmacéutica de Galicia) denunció el robo de 13 unidades de Bexsero, una polémica vacuna para la meningitis y la septicemia. Una semana después, en los almacenes de COFARES en Móstoles, se notificó otro robo de la misma vacuna. Se trataba del mismo número de lote.

Italia es el país donde más medicamentos se han robado

El mayor botín en cuanto a unidades de fármacos se refiere es reciente: 62.190 unidades de Mandolgin, un potente opiáceo similar a la morfina. Fue en enero de 2018, en Italia. Dos años antes, en febrero de 2016, la agencia italiana de medicamentos (AIFA) comunicó a la AEMPS otros dos grandes robos entre los que destacaban fármacos para el tratamiento de enfermedades graves como el cáncer o la hepatitis. También había un gran cargamento de antidepresivos y ansiolíticos. Ambos ocurrieron durante el transporte.
Más de la mitad de medicamentos robados lo han sido en territorio italiano. No es casualidad, pues en Italia, entre el 2012 y 2013, el robo de medicamentos se conviritó en un grave problema de de salud pública.
Según el estudio "El robo de medicamentos en hospitales italianos" publicado en 2014 por Transcrime (grupo de investigación de criminología transnacional de la Università Cattolica del Sacro Cuore de Milán), en que se analizaron 68 robos en hospitales entre 2006 y 2013, los tipos de fármacos que más se robaron fueron los oncológicos, los inmunosupresores, los antirreumáticos y los biológicos, es decir, medicamentos de alto coste o difícil acceso en otros países, que en muchos casos eran cubiertos por el servicio sanitario italiano.
Las organizaciones criminales implicadas tenían un esquema definido: camuflaban los medicamentos robados con falsificaciones y los vendían a distribuidores italianos para exportarlos principalmente a Alemania de forma directa o indirecta a través de otros países. A raíz de eso, la AIFA y los Carabinieri iniciaron una colaboración a nivel europeo y se enviaron recomendaciones de distribución que aplicaron países como Reino Unido, España, Holanda o Austria.
La AEMPS valora que no existen similitudes entre el caso italiano y el español. "España siguió activamente la información recibida y desarrolló las actuaciones pertinentes" declara la agencia española.
Alrededor de dos tercios de las unidades registradas pertenecen a robos de medicamentos en el extranjero. Los robos ocurridos en los estados miembros de la UE se comunican al resto de la red de agencias estatales a través del sistema de alerta rápida HMA-WGEO con el fin de que extremen las precauciones por si se procurase la reintroducción de los lotes robados o desviados en la cadena legal. La decisión de notificar a través de la red WGEO depende de cada autoridad nacional en función del riesgo asociado al evento (volumen y tipo de medicamentos).


España, estrategia anti-falsificación y tráfico ilegal

En España, los esfuerzos en la lucha contra el tráfico ilícito de medicamentos están principalmente centrados en la prevención de entrada de medicamentos falsificados en la vía legal. Para la AEMPS, cualquier medicamento del que no se pueda determinar su trazabilidad, es considerado medicamento falsificado.
"Actualmente introducir un medicamento falsificado es muy complicado. Se puede decir que no hay medicamentos falsos en el mercado legal en España" afirma Juan Nieto, el responsable de comunicación de FEDIFAR.
Pese a las perspectivas optimistas del sistema español, a partir de febrero de 2019 entra en vigor la nueva directiva anti-falsificación. Con la nueva medida, se implantarán sistemas de 'anti-tampering' (precintos) y cada unidad llevará asociado un código que irá a una base de datos nacional y a nivel europeo para garantizar esta trazabilidad. "Estas medidas prácticamente imposibilitan su vuelta al cauce legal", reitera Juan Nieto. La entidad jurídica encargada de la supervisión del sistema será el SEVeM (Sistema Español de Verificación de Medicamentos).
Dentro del canal legal de dispensación no se han observado casos de medicamentos falsificados o adulterados, pero fuera de él, sí. Internet tiene un importante papel en el acceso a estos productos y por ello se desarrolla una campaña contra webs ilegales.
"El uso de empresas legales por parte de las organizaciones es habitual, e internet se usa de forma mayoritaria, tanto para adquirir como para vender medicamentos de forma ilegal", dice Andrea Giménez-Salinas Framis, presidenta e investigadora de la Fundación para la Investigación Aplicada en Delincuencia y Seguridad.
En 2015 participó en el estudio "El tráfico ilícito de medicamentos. Un nuevo mercado ilegal para el crimen organizado". En esta publicación hicieron un análisis de las agrupaciones delictivas que se lucran con medicamentos falsos a través de 22 informes de operaciones policiales.
Desde el Departamento de Control e Inspección de la Guardia Civil se concluye que los tipos mayoritarios de fármacos incautados en las operaciones contra el tráfico ilegal son potencializadores sexuales, anabolizantes y psicotrópicos.
"Esos tres grandes grupos de medicamentos tienen distinto modus operandi, distintas organizaciones, distintos modos de introducción y de delitos", afirma un cargo del departamento. Destaca también que el tráfico de fármacos para el dopaje suele salir de España a otros países de Europa, mientras que los psicotrópicos para uso recreativo tienden a ser enviados al norte de África.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) lanzó en 2008 la Operación Pangea para luchar contra el tráfico ilegal de medicamentos a nivel mundial. En el marco de esta operación, la Guardia Civil en colaboración con la Interpol intervino más de cuatro millones de dosis de medicamentos falsificados o ilegales. La finalidad de la operación policial consistía en identificar, vía sitios web, los canales de distribución de medicamentos de origen ilícito para luego incautarlos y detener a los traficantes.


Vida y pasión de un hombre polémico | 21 SEP 18
El joven profesor Mario Bunge
Una vida dedicada al estudio sistemático y riguroso de la filosofía y de la ciencia. Una entrevista con IntraMed donde recorre el itinerario de su biografía y de las pasiones que aún lo animan a sus jóvenes 99 años

Fuente: IntraMed 

 Duración: 19:45 minutos
Por Magela Demarco. Edición: Roxana Lavazza. Fotos: Ary Kaplan Nakamura.
Mario Bunge. (21 Septiembre, 1919, Buenos Aires) es un físico, filósofo de la ciencia y humanista argentino; defensor del realismo científico y de la filosofía exacta. Es conocido por expresar públicamente su postura contraria a las pseudociencias, entre las que incluye al psicoanálisis, la homeopatía y la microeconomía neoclásica (u ortodoxa), además de sus críticas contra corrientes filosóficas como el existencialismo, la fenomenología, el posmodernismo, la hermenéutica y el feminismo filosófico.
Biografia: nació en Buenos Aires el 21 de septiembre de 1919. Interesado en la filosofía de la física, Bunge comenzó sus estudios en la Universidad Nacional de La Plata, graduándose con un doctorado en ciencias físico-matemáticas en 1952. El tema de su tesis doctoral versó sobre Cinemática del electrón relativista. Allí, y en la Universidad de Buenos Aires, fue profesor de física teórica y filosofía desde 1956 hasta 1963 cuando, insatisfecho con el clima político de su país, tomó la decisión de emigrar. Por unos pocos años enseñó en universidades de México, EE. UU. y Alemania. Finalmente, en 1966 se instaló en Montreal (Canadá), donde enseña en la Universidad McGill desde entonces, ocupando la cátedra Frothingam de lógica y metafísica (es Frothingham Professor of Logic and Metaphysics).
Tal vez su obra más importante sean los ocho tomos de su Tratado de filosofía (Treatise on Basic Philosophy), pero se trata de un autor enormemente prolífico que, tras exponer sus posiciones generales en el Tratado, ha ido publicando en forma regular las aplicaciones de su filosofía a diversas ciencias, tanto naturales como sociales (ver más abajo en Publiciones).
Mario Bunge ha sido honrado con dieciséis doctorados honoris causa otorgados por instituciones como la Universidad de Salamanca (España) en 2003, la Universidad Nacional de La Plata (Argentina) y la Universidad de Buenos Aires (Argentina) en 2008. También recibió el Premio Príncipe de Asturias en 1982.
Interesado principalmente por la lógica de la ciencia y los problemas del conocimiento científico, ha tratado de construir una filosofía científica (más precisamente, una metafísica) que tuviera en cuenta tanto el conocimiento elaborado por la ciencia como el método utilizado por quienes la practican, entendiendo que este último es un proceso que no está exclusivamente supeditado ni a la experiencia ni a la teoría.
Aunque la concepción de la ciencia elaborada por Bunge concede importancia al desarrollo de la investigación científica en la historia, su orientación está principalmente dirigida al análisis formal de dicho desarrollo, y se aparta de la insistencia en los aspectos históricos, psicológicos y sociales propia de enfoques como los de T. S. Kuhn y P. K. Feyerabend.
Defensor de un realismo crítico basado en una ontología materialista y pluralista, ha mantenido una actitud beligerante ante el psicoanálisis, al que considera una pseudociencia supeditada a la aceptación acrítica de la doctrina de Freud como argumento de autoridad; en un sentido análogo, considera que el marxismo no ha conseguido superar la condición ideológica de sistema de creencias a causa de su repetición también acrítica de las enseñanzas de Marx.
Sin duda, la obra por la cual Bunge se ha distinguido especialmente en el ámbito de la filosofía profesional es el extenso Treatise on Basic Philosophy (Tratado de filosofía). Se trata de un esfuerzo por construir un sistema que abarque todos los campos de la filosofía contemporánea, enfocados especialmente en los problemas que suscita el conocimiento científico.
La semántica (de la ciencia) está tratada en los primeros dos tomos (Semantics 1. Sense and Reference y Semantics 2. Interpretation and Truth) y la ontología en los siguientes dos (Ontology 1. The Furniture of the World y Ontology 2. A World of Systems).
La gnoseología ocupa los tres volúmenes posteriores (Epistemology and Methodology 1. Exploring the World, Epistemology and Methodology 2. Explaining the World y Epistemology and Methodology 3. Philosophy of Science and Technology).
Finalmente, el volumen 8 del Tratado se ocupa de la ética (Ethics. The Good and the Right).
Su hincapié en el rigor metodológico—buscado con el uso de herramientas formales (lógico-matemáticas) y de conocimiento fundado científicamente--, su amplitud temática, su originalidad y su mencionado carácter sistémico hacen del Treatise uno de los emprendimientos filosóficos más ambiciosos de los últimos siglos.