Se han denunciado 88 robos y 134 extravíos de medicamentos a la AEMPS desde 2014
Los fármacos con mayor número de robos son tratamientos oncológicos y hormonas de crecimiento
En la calle del Serpis número 8, Valencia, oculta en los aledaños de la universitaria avenida Blasco Ibáñez, se encuentra la Clínica Valnefron. Apenas se ven una puerta y una ventana de aluminio blanco con los cristales opacos. Si no se fija detenidamente en un pequeño y sobrio cartel del tamaño de un folio, no podría saber que se trata de una clínica privada de hemodiálisis. Posiblemente ignore que el centro lleva más de 40 años en activo y que pertenece a una multinacional alemana proveedora de material sanitario.
El 8 de marzo de 2016, en esa misma clínica se robaron 248 unidades de Aranesp, un fármaco utilizado para el tratamiento de la anemia causada por insuficiencia renal. El principio activo de este fármaco es la darbepoetina alfa, un sustitutivo sintético de la eritropoyetina (hormona encargada de la creación de glóbulos rojos). A este medicamento también se le conoce como "EPO" y es una de las sustancias más utilizadas en el dopaje deportivo para aumentar el rendimiento físico. Casi tres semanas después, la Agencia Española de Medicamentos (AEMPS) alertaba al Colegio de Médicos sobre la posible reintroducción de los lotes robados en el mercado.
Desde la Clínica Valnefron declinan dar detalles sobre lo ocurrido durante aquel incidente.
No se trata de un caso aislado. En los últimos cuatro años se han denunciado a la AEMPS 222 hechos similares. De estos, 37 robos y 126 extravíos de medicamentos ocurrieron en territorio español. Esta información, obtenida por una solicitud de información a través de la Ley de Transparencia, responde a un protocolo de comunicación de incidentes relacionados con medicamentos para prevenir su desvío al tráfico ilícito.
Desde 2014, la AEMPS realiza un llamamiento a estrechar la colaboración entre los actores de la cadena de distribución farmacéutica, las autoridades sanitarias y cuerpos de seguridad a comunicar cualquier robo, extravío o conducta sospechosa. Esta base de datos también registra 39 robos ocurridos en otros estados miembros de la Unión Europea como Italia, Bélgica o Portugal. En otros 20 incidentes, el lugar de robo es desconocido.
En total, más de 217.000 unidades de medicamentos desaparecieron en 88 robos. De hecho, en los últimos cuatro años, nueve de cada diez unidades de todas las notificadas a la AEMPS fueron robadas.
Los tipos de fármacos con mayor incidencia de robos son los fármacos oncológicos y las hormonas de crecimiento. Estos medicamentos han sido robados hasta en 11 ocasiones distintas. Les siguen en número de robos las vacunas (9), los fármacos inmunosupresores (8) como tratamientos para la esclerosis múltiple, las artritis psoriásica o el VIH, y calmantes (7), en su mayoría opiáceos.
Teniendo en cuenta el número total de unidades en lugar de los incidentes, los fármacos más robados han sido comprimidos de ibuprofeno, calmantes, hormonas sexuales, ansiolíticos y antipsicóticos.
En España, la AEMPS alerta sobre las sustancias con más probabilidad de ser desviadas al tráfico ilícito, aunque en la mayoría de casos no coinciden con las encontradas en la base de datos. Según declaraciones de la agencia: "los anabolizantes, derivados hormonales, tratamientos para la disfunción eréctil o adelgazantes son muy susceptibles al tráfico ilícito. Son medicamentos sujetos a prescripción médica y su consumo fuera del ámbito terapéutico puede suponer un grave riesgo para la salud".
En la última circular difundida, categorizan 50 principios activos como atractivos para el mercado ilegal, de los cuales, en la base de datos sólo aparecen 13 de ellos, con 7.050 unidades intervenidas en el periodo analizado.
La mayoría de incidentes ocurren durante el transporte
Según Juan Nieto, responsable de comunicación de FEDIFAR (Federación de Distribuidores Farmacéuticos), la mayor parte de los robos acontecen durante el reparto de pedidos a las farmacias.
Y los datos le avalan: 96 de los 222 incidentes registrados en la base de datos corresponde a la fase de transporte. En estos sucesos desaparecieron más del 80% de todas las unidades notificadas. También hay 30 acontecimientos en almacenes y 21 en hospitales. 71 de estos robos y extravíos ocurrieron durante la distribución dentro de España a clínicas, hospitales, oficinas de farmacia o almacenes.
"En todo momento, tanto los almacenes como las farmacias saben qué tipos de medicamentos se están distribuyendo, pero los transportistas no saben qué hay en los cargamentos", declara el representante de la patronal de almacenes mayoristas y transportistas del sector farmacéutico.
En cuanto a los robos en almacenes, se trata de cantidades relativamente pequeñas y robos concretos. Por ejemplo, en mayo de 2016, se robaron unas 300 unidades de Rivotril de 60 comprimidos, un potente ansiolítico, del almacén mayorista de Novaltia en Zaragoza. Junto a este robo, la AEMPS notificó que el destino más probable de estas unidades era el mercado ilegal, dados los antecedentes de los últimos meses y el potencial riesgo de abuso de este medicamento.
El 13 de marzo de 2016, COFAGA,(Cooperativa Farmacéutica de Galicia) denunció el robo de 13 unidades de Bexsero, una polémica vacuna para la meningitis y la septicemia. Una semana después, en los almacenes de COFARES en Móstoles, se notificó otro robo de la misma vacuna. Se trataba del mismo número de lote.
Italia es el país donde más medicamentos se han robado
El mayor botín en cuanto a unidades de fármacos se refiere es reciente: 62.190 unidades de Mandolgin, un potente opiáceo similar a la morfina. Fue en enero de 2018, en Italia. Dos años antes, en febrero de 2016, la agencia italiana de medicamentos (AIFA) comunicó a la AEMPS otros dos grandes robos entre los que destacaban fármacos para el tratamiento de enfermedades graves como el cáncer o la hepatitis. También había un gran cargamento de antidepresivos y ansiolíticos. Ambos ocurrieron durante el transporte.
Más de la mitad de medicamentos robados lo han sido en territorio italiano. No es casualidad, pues en Italia, entre el 2012 y 2013, el robo de medicamentos se conviritó en un grave problema de de salud pública.
Según el estudio "El robo de medicamentos en hospitales italianos" publicado en 2014 por Transcrime (grupo de investigación de criminología transnacional de la Università Cattolica del Sacro Cuore de Milán), en que se analizaron 68 robos en hospitales entre 2006 y 2013, los tipos de fármacos que más se robaron fueron los oncológicos, los inmunosupresores, los antirreumáticos y los biológicos, es decir, medicamentos de alto coste o difícil acceso en otros países, que en muchos casos eran cubiertos por el servicio sanitario italiano.
Las organizaciones criminales implicadas tenían un esquema definido: camuflaban los medicamentos robados con falsificaciones y los vendían a distribuidores italianos para exportarlos principalmente a Alemania de forma directa o indirecta a través de otros países. A raíz de eso, la AIFA y los Carabinieri iniciaron una colaboración a nivel europeo y se enviaron recomendaciones de distribución que aplicaron países como Reino Unido, España, Holanda o Austria.
La AEMPS valora que no existen similitudes entre el caso italiano y el español. "España siguió activamente la información recibida y desarrolló las actuaciones pertinentes" declara la agencia española.
Alrededor de dos tercios de las unidades registradas pertenecen a robos de medicamentos en el extranjero. Los robos ocurridos en los estados miembros de la UE se comunican al resto de la red de agencias estatales a través del sistema de alerta rápida HMA-WGEO con el fin de que extremen las precauciones por si se procurase la reintroducción de los lotes robados o desviados en la cadena legal. La decisión de notificar a través de la red WGEO depende de cada autoridad nacional en función del riesgo asociado al evento (volumen y tipo de medicamentos).
España, estrategia anti-falsificación y tráfico ilegal
En España, los esfuerzos en la lucha contra el tráfico ilícito de medicamentos están principalmente centrados en la prevención de entrada de medicamentos falsificados en la vía legal. Para la AEMPS, cualquier medicamento del que no se pueda determinar su trazabilidad, es considerado medicamento falsificado.
"Actualmente introducir un medicamento falsificado es muy complicado. Se puede decir que no hay medicamentos falsos en el mercado legal en España" afirma Juan Nieto, el responsable de comunicación de FEDIFAR.
Pese a las perspectivas optimistas del sistema español, a partir de febrero de 2019 entra en vigor la nueva directiva anti-falsificación. Con la nueva medida, se implantarán sistemas de 'anti-tampering' (precintos) y cada unidad llevará asociado un código que irá a una base de datos nacional y a nivel europeo para garantizar esta trazabilidad. "Estas medidas prácticamente imposibilitan su vuelta al cauce legal", reitera Juan Nieto. La entidad jurídica encargada de la supervisión del sistema será el SEVeM (Sistema Español de Verificación de Medicamentos).
Dentro del canal legal de dispensación no se han observado casos de medicamentos falsificados o adulterados, pero fuera de él, sí. Internet tiene un importante papel en el acceso a estos productos y por ello se desarrolla una campaña contra webs ilegales.
"El uso de empresas legales por parte de las organizaciones es habitual, e internet se usa de forma mayoritaria, tanto para adquirir como para vender medicamentos de forma ilegal", dice Andrea Giménez-Salinas Framis, presidenta e investigadora de la Fundación para la Investigación Aplicada en Delincuencia y Seguridad.
En 2015 participó en el estudio "El tráfico ilícito de medicamentos. Un nuevo mercado ilegal para el crimen organizado". En esta publicación hicieron un análisis de las agrupaciones delictivas que se lucran con medicamentos falsos a través de 22 informes de operaciones policiales.
Desde el Departamento de Control e Inspección de la Guardia Civil se concluye que los tipos mayoritarios de fármacos incautados en las operaciones contra el tráfico ilegal son potencializadores sexuales, anabolizantes y psicotrópicos.
"Esos tres grandes grupos de medicamentos tienen distinto modus operandi, distintas organizaciones, distintos modos de introducción y de delitos", afirma un cargo del departamento. Destaca también que el tráfico de fármacos para el dopaje suele salir de España a otros países de Europa, mientras que los psicotrópicos para uso recreativo tienden a ser enviados al norte de África.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) lanzó en 2008 la Operación Pangea para luchar contra el tráfico ilegal de medicamentos a nivel mundial. En el marco de esta operación, la Guardia Civil en colaboración con la Interpol intervino más de cuatro millones de dosis de medicamentos falsificados o ilegales. La finalidad de la operación policial consistía en identificar, vía sitios web, los canales de distribución de medicamentos de origen ilícito para luego incautarlos y detener a los traficantes.
Más de 1.200 unidades de medicamentos huérfanos robadas o extraviadas
Los medicamentos huérfanos, destinados a pacientes con enfermedades raras, son un botín codiciado. En los últimos cuatro años, al menos siete tipos y 1.250 unidades fueron robados o extraviados. Los fármacos desaparecieron en tres robos, cuatro extravíos y una incidencia más que se desconoce cómo fue.
En el segundo robo más grande reportado a la AEMPS y que ocurrió en Italia, se robaron 936 unidades de Esbriet. Este medicamento huérfano tiene como principio activo pirfenidona y es prescrito para tratar la fibrosis pulmonar idiopática, enfermedad crónica que disminuye la función pulmonar y respiratoria.
En este mismo robo también desaparecieron los otros dos medicamentos huérfanos Tasigna (224 unidades), que trata un tipo de leucemia, y Opsumit (60 unidades), para la hipertensión arterial pulmonar.
Por ejemplo, del medicamento Imnovid fue robada una sola unidad que tiene un precio de venta de 9.730 euros, según la AEAL (Asociación Española de Afectados por Linfoma, Mieloma y Leucemia). El medicamento se utiliza para tratar el mieloma múltiple y el tratamiento al año puede llegar a costar 116.762 euros, según estimaciones de EL MUNDO en el reportaje "Medicamentos huérfanos: la odisea de tratarse cuando tienes una enfermedad rara".
En el segundo robo más grande reportado a la AEMPS y que ocurrió en Italia, se robaron 936 unidades de Esbriet. Este medicamento huérfano tiene como principio activo pirfenidona y es prescrito para tratar la fibrosis pulmonar idiopática, enfermedad crónica que disminuye la función pulmonar y respiratoria.
En este mismo robo también desaparecieron los otros dos medicamentos huérfanos Tasigna (224 unidades), que trata un tipo de leucemia, y Opsumit (60 unidades), para la hipertensión arterial pulmonar.
Por ejemplo, del medicamento Imnovid fue robada una sola unidad que tiene un precio de venta de 9.730 euros, según la AEAL (Asociación Española de Afectados por Linfoma, Mieloma y Leucemia). El medicamento se utiliza para tratar el mieloma múltiple y el tratamiento al año puede llegar a costar 116.762 euros, según estimaciones de EL MUNDO en el reportaje "Medicamentos huérfanos: la odisea de tratarse cuando tienes una enfermedad rara".
Metodología
A partir de la base original, se identificaron todos los incidentes y se clasificaron los fármacos en función de su principio activo y su uso. En varios registros, la información facilitada no detalla los fármacos. En este caso, se ha categorizado como "desconocido".
La base de datos utilizada está disponible aquí.
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