domingo, 13 de enero de 2019

SON LAS CLASES,NO LOS COÑOS O LAS PIJAS O LAS TETAS



ENTREVISTA CON ALI ABBASI"El problema del mundo es la diferencia de clases, no la de identidades o géneros"

El cineasta, inspirado “en lo grotesco de la realidad”, firma la película más transversal y gran sorpresa de 2018, ‘Border’, y con ella se sacude todos los prejuicios de esta Europa del siglo XXI. Ganadora de Un Certain Regard en Cannes y aspirante al Oscar por Suecia.





Un instante en 'Border'.



Es la película sorpresa de 2018. Ali Abbasi, cineasta iraní emigrado a Suecia y que vive hoy en Dinamarca, ha hecho la película más transversal de los últimos tiempos. Con Border, que ganó el Premio a la Mejor Película en Un Certain Regard de Cannes y ha sido candidata a Mejor Película Europea, pasa por encima de diferencias de género, se sacude los prejuicios sobre las tendencias sexuales, rebasa las limitaciones del cine de género, deja bien claro que la idea de identidad es una imposición del mundo de hoy y, sobre todo, obliga al espectador a preguntarse qué nos hace humanos.
Interesado en “lo grotesco de la realidad”, Abbasi no disimula su intención: tal vez lo grotesco de esta sociedad y de sus comportamientos somos nosotros mismos y no ‘los otros’, los que son diferentes. Ello desde una historia que es fundamental no desvelar –el secreto de la película esconde un gran significado-.
Sí se puede adelantar que la protagonista es Tina (maravillosa la interpretación de Eva Melander), una agente de aduanas infalible gracias a su prodigioso olfato, al menos hasta que aparece Vore (estupendo también el actor finlandés Eero Milonoff). Tina sabe que Vore oculta algo, pero no logra identificar qué es. Suspense, trama policial, relato íntimo, naturaleza, romance, elementos fantásticos… para pisotear todos los prejuicios de esta Europa siglo XXI. El director y escritor iraní-sueco Ali Abbasi nos habla de este proyecto:
'Border'

Esta es la película más transversal que he visto en los últimos años. ¿Ha sido su intención?

No. Pero yo vengo de la literatura y un libro de Tolstoi es un libro de Tolstoi y uno de Camus es un libro de Camus. Nadie agradece el género a un escritor. En el cine hay diferentes tradiciones, pero hoy está muy orientado al mercado. Yo creo que es una película muy transgresora porque es la que más transgrede el mercado. Recuerdo Los idiotas, un drama que luego tenía una escena de sexo que querían cortar para que la película pudiera ser para todos los públicos.

¿La escena de sexo de ‘Border’ es esencial en su historia?

Si hubiera cortado esa escena, hubiera quedado una película para toda la familia en Navidad. Pero yo hago lo necesario para tener la mejor película, intento no rellenar con cosas raras.

¿Quiere decir que el sexo se usa mucho como relleno?

Los espectadores están divididos. Muchos no quiere sexo en el cine y la verdad es que yo creo que hay un exceso. En realidad, en Border no es solo una escena de sexo. En ese momento se caen las máscaras, es una gran revelación. La escena es práctica. A mí me interesa el realismo. Los personajes trabajan, comen, andan… y el sexo es natural también.

Es natural, pero nada convencional.

Cuando leí la historia pensé que lo que no se podía aceptar era que tuvieran sexo en un sofá, no me pregunté por qué uno de los dos personajes tiene pene.

Es una película muy pro transgénero, ¿es premeditado? 

No había ninguna intención, pero me siento muy feliz de que sirva para eso. Cuando empecé a pensar en esta película yo no tenía ni idea de que todo lo de transgénero existía.

¿Su película habla de imposición de identidades más que de búsqueda de identidad?

Así es. Estoy en contra de esa idea de identidad, de la que han construido. En la película pasa igual que conmigo mismo, que soy como una mesa de bufé, iraní, pero criado en Suecia y vivo en Dinamarca. Creo que Border es sobre todo una de las películas más europeas del año. Me acuerdo de La tormenta de hielo, de Ang Lee. Solo un extranjero podría haber hecho una película tan americana.

Volviendo a la identidad…

Sí, parece que todo conduce a que creamos que hay una identidad real por algún sitio, cuando en realidad se trata siempre de construir una identidad. Es cuestión de seleccionar, ella elige. Para mí, yo no elijo ni iraní ni sueco ni danés.

‘Border’ habla mucho más de diferencias de clase que de género o nacionalidad o raza… ¿es lo que de verdad nos diferencia?

Tuve una profesora de Literatura que hablando de cultura y su relación con la economía nos preguntó cuál era el problema del mundo. Y uno de los principales problemas es la distribución desigual de la riqueza. Nos hacen creer que los diferentes géneros, creencias, religiones… están en la base del problema, cuando en realidad las dinámicas económicas están en las diferencias de clase no en la política de identidades. Hoy es tan fácil mentir.

De alguna manera, hay una pregunta esencial en la película, ¿qué nos hace humanos?

Cuando hicimos la película, nos lo preguntamos. Había que definir qué era ser humano. En los próximos 30 años se preguntarán lo mismo, porque habrá gente o cosas que actúen como personas pero no lo serán legalmente. Somos una especie animal, pero nosotros podemos empatizar con otras especies y vivir en familia.
'Border'

Muchos críticos hablan de realismo mágico para referirse a su película, pero ¿no hay más H.P.Lovecraft?

El término realismo mágico es también una marca de mercado. En la película hay elementos fantásticos y de realismo. Sí, es verdad y me gusta mucho Lovecraft y la larga tradición americana de Poe. Además, hay algo más, algo que es diferente, entre los escandinavos las banalidades de la vida ocupan un lugar importante.

Y en el cine, ¿cuáles han sido sus referentes?

La inspiración más importante es Luis Buñuel. Mi hijo se llama Luis por él. Estoy muy interesado en lo grotesco de la realidad, me inspiran algunos elementos de la realidad, pero no del realismo mágico.

Por ejemplo, ¿el olfato, como en la protagonista?

Sí. En Sevilla, en los Premios Europeos del Cine, dando un paseo, se me acercó una mujer con una flor, yo pensé que quería que la oliera, no me di cuenta de que lo que quería era sacarme la pasta. Por curiosidad, le seguí el juego, quise saber qué iba a hacer para sacar dinero, y me hipnotizó. Eso mismo es lo que yo quiero hacer desde el cine. Ser capaz de convencer a un extraño que habla otro idioma en unos minutos.

LAS ESTADÍSTICAS NO HAN CAMBIADO Y LOS ASESINOS SON MAYORITARIAMENTE ESPAÑOLES


Francisca Verdejo, jueza titular del juzgado de violencia sobre la mujer número 2 de Barcelona, recibe a eldiario.es en la Ciudad de la Justicia. La magistrada tiene muy claro el porqué de los discursos retrógrados, con datos falsos incluidos, sobre la violencia de género que PP y Vox han jaleado en las últimas semanas: captar votos. "Lo hacen obviando el contenido de la Constitución y la jurisprudencia del Tribunal Supremo y la doctrina constitucional", añade.
En la entrevista, Verdejo también hace balance de los 15 años de la aprobación de la ley integral contra la violencia de género. "No se ha conseguido reducir la violencia de género conforme a las expectativas que se habían generado", lamenta, además de reclamar más medios en la prevención del delito: "Cuando la mujer llega aquí a los juzgados la bofetada, el empujón o el insulto ya se han producido, y sería mucho mejor que se evitaran".
Este 2019 se cumplen 15 años de la ley integral contra la violencia de género. ¿Qué balance hace desde el juzgado?
La ley supuso un hito legislativo importantísimo. Intentó combatir la violencia de género desde una perspectiva integral y transversal implicando a todos los agentes tanto en la prevención como en el momento en que se produce el hecho y, posteriormente, a nivel de erradicación. Y esto está totalmente vigente. La ley ordenaba al poder legislativo alrededor de 70 reformas que afectaban al ámbito sanitario, educativo, social o la publicidad pero no todas se han hecho. Es verdad que hubo retoques en la ley de publicidad o en las leyes laborales y que ha habido avances como el pacto del Estado, pero yo creo que no se ha conseguido reducir la violencia de género conforme a las expectativas que se habían generado.
¿Por qué?
Porque la ley no ha conseguido implicar a la sociedad y que la sociedad vea la violencia de género como un problema que nos afecta absolutamente a todos. Hasta que no haya este reconocimiento posiblemente no hagamos muchas cosas. Sin embargo, el reconocimiento no se va a producir si no se actúa como dice la ley, y no se ha actuado así hasta ahora en el ámbito preventivo, lo que implica a médicos, familia, escuela y a una gran variedad de actores.
El artículo I de la ley dice: "La violencia de género no es un problema que afecte al ámbito privado. Al contrario, se manifiesta como el símbolo más brutal de la desigualdad existente en nuestra sociedad".
Es una declaración muy solemne y rimbombante pero que limita el concepto de violencia de género y se queda corta.  Ya desde la exposición de motivos y el preámbulo de la ley se está eliminando del concepto de violencia de género, un tipo de violencia que es bastante importante y que las mujeres sufren de manera indirecta. Por ejemplo, en el delito de impago de pensiones el sujeto que sufre el impago no es la mujer, es el menor, pero en muchas acciones se deja de pagar la pensión para fastidiar a la mujer. Este delito está extraído del ámbito competencial de los Juzgados de Violencia sobre la Mujer y además la ley excluye expresamente la violencia económica.
¿Habría que cambiar la ley en este sentido?
No. El cambio legislativo prioritario tiene que llevar a que se invierta más dinero donde se tiene que invertir, que es en la prevención del delito y en la educación. Hay que empezar por la escuela y por la familia. Muchas veces los padres desplazan la responsabilidad de la educación a los maestros, pero la educación tiene que ser algo compartido. Es verdad que no se han introducido o se han introducido poco en los programas y leyes de educación asignaturas que enseñen en igualdad, que expliquen el concepto de género y que expliquen cómo se tiene que eliminar la violencia.
Pero imaginemos una situación casi utópica con asignaturas y programas con una periodicidad semanal sobre violencia de género en todos los centros educativos. Tendríamos una situación contradictoria: el niño en la escuela está recibiendo este mensaje y llega a casa y ve el padre pegar a la madre. ¿Cómo conseguir esa implicación, que vayamos todos de la mano y que el tratamiento sea integral y transversal? Ojalá lo supiera, es muy difícil. Pero la realidad es que no estamos consiguiendo erradicar la violencia de género porque las conductas se están retirando y reproduciendo, muchas veces por imitación. Científicamente está probado que el niño que está viendo en su casa el maltrato a la madre tiene bastantes posibilidades de ser un maltratador.
¿Qué opina sobre el movimiento para ampliar el concepto de violencia de género, por ejemplo las violencias no infligidas por la pareja o expareja?
Yo diría que para qué vamos a poner etiquetas. El asesinato de esa chica en la que todos estamos pensando tiene la misma pena que si el hombre mata a la mujer en el ámbito de la pareja e incluso puede tener el agravante de género si en el procedimiento penal y más concretamente en el juicio se acredita que los elementos de la agravante de género se han dado en la comisión del delito. A veces esto de poner etiquetas a las cosas queda bien, ayuda a lo mejor a conseguir otras, pero no es tan importante. Lo que sería importante sería poner en consonancia ese concepto de violencia de género con la realidad y con la exposición de motivos de la ley integral.
¿En los juzgados de violencia de género hay un problema de medios? Hay casos en los que se tarda más de un año en llegar a juicio.
En determinados casos los informes de los equipos de asesoramiento técnico penal y de familia tardan mucho porque se han incrementado las peticiones y los técnicos se han reducido, pero no todo lo que investigamos es maltrato habitual. Hay muchos procedimientos que llegan al juzgado de violencia de género que terminan el mismo día que se reciben en una guardia.
Es verdad que se está incumpliendo la ley pero no porque los miembros del Poder Judicial queramos. Aquí en Barcelona lo que debiera ser el juicio que se celebrará en 15 días porque ha sido un trámite urgente se está señalando al cabo de un año. Se dilata el acto de enjuiciamiento porque no hay medios los informes. En los juicios donde se investiga un delito de maltrato habitual desgraciadamente se tarda mucho porque los técnicos no pueden hacer más de lo que hacen. Desde que empezó la crisis tengo tres funcionarios menos. Claro que hay que incrementar los medios judiciales, pero no en mi juzgado, sino en todos.
El mayor problema, a su juicio, es en la prevención.
El problema es que no se está invirtiendo y actuando en prevención. Cuando la mujer llega aquí a los juzgados la bofetada, el empujón o el insulto ya se han producido, y sería mucho mejor que se evitaran. Cuando alguien incumple un contrato entre un banco y un particular, si nos preguntamos cómo podemos prevenirlo pues a lo mejor se puede dar más educación a las partes para no caer en las artes de los bancos. Pero en el caso de la violencia de género, donde se tienen que incrementar los medios no es sólo a nivel judicial, es sobre todo antes, para evitar la bofetada. Si vamos a depender de que el juzgado vaya más rápido o menos rápido estamos olvidando la esencia de la lucha que es prevenir la violencia de género. La prevención del delito es lo fundamental.
¿Qué piensa cuando un excompañero de carrera como el líder andaluz de Vox, el exjuez Serrano, dice que se dan ayudas a 100 mujeres maltratadas "cuando sólo tres son reales"?
Me da igual que sea el juez Serrano o quien sea, son unos impresentables. El delito peor que puede cometer un juez, y no lo digo por él, al margen de un delito contra la vida, es un delito de prevaricación. Y este señor fue condenado por un delito de prevaricación. Desde el momento en que hay unos hechos probados en que se ve claramente que este señor cometió un hecho subsumible en el delito de prevaricación, su opinión me merece la misma opinión que otro representante de su partido político. Es absolutamente reprobable, pero no me paro ni 30 segundos en escucharlo. Cuando lo veo en el telediario, cambio de canal, aunque sea para ver anuncios, no me van a condicionar.
¿ Cuándo el PP o Vox no hablan de violencia de género sino de "violencia doméstica" o "intrafamiliar", van contra el espíritu de la ley integral contra la violencia de género?
Lo hacen para captar votos. Saben perfectamente de lo que hablan, y cuando hablan en estos términos están yendo en contra de sus propios actos, en contra de lo que algunos de ellos mismos firmaron en el Pacto de Estado y en contra de la ley integral. Van en contra de lo que han dicho para captar votos, porque saben que son conceptos absolutamente diferentes y precisamente uno de los méritos de la ley integral fue dar visibilidad a la violencia de género, a la violencia que se producía en el ámbito de la pareja.
Pero saben perfectamente lo que dicen, lo dicen intencionadamente sabiendo que es una manera de captar votos. La ley integral tuvo, entre otros efectos, dividir ideológicamente a la sociedad entre los que estaban a favor de la ley y los que estaban en contra. Son unos mentirosos y están haciendo unas declaraciones obviando el contenido de la Constitución y la jurisprudencia del Tribunal Supremo y la doctrina constitucional, porque saben que la ley fue declarada constitucional. Lo hacen para captar votos, única y exclusivamente.
¿Se siente presionada por los discursos de los últimos días de Vox y el PP?
No no me siento presionada ni por ellos ni por nadie. Si me sintiera presionada creo que no sería libre y en todos los actos de mi vida, no solamente en los juzgados, lo más valioso que tengo además de la vida es la libertad de decir siempre lo que quiero. Cuando me pronuncio a través de las resoluciones que dicto estoy convencida de que lo hago totalmente ajustada derecho, a derecho con mayúsculas.  Sé que desde diferentes sectores soy muy criticada pero si yo tuviera que estar pendiente de lo que dicen de mí estaría con las manos atadas.
¿Cómo desplazar estos discursos del debate público?
No hay que hacerles ni caso, este protagonismo que han conseguido es porque se les ha hecho caso y se lo tenemos que quitar entre todos. Los medios de comunicación también tenéis una responsabilidad para quitarles el protagonismo. Captan votos diciendo cosas que son absolutamente falsas y que alguna gente no se preocupa en comprobar. Dicen 'es verdad, si hay denuncias falsas todos los recursos se van por ahí', lo que genera una opinión falsa a partir de una información falsa.
El discurso de Vox sobre que en los juzgados de violencia de género se va contra la presunción de inocencia les pone en la picota.
Es verdad, indirectamente también dicen que los jueces están prevaricando. Yo siempre invito a la gente a que vea cómo estamos trabajando. En este sentido, creo que el Consejo lo hace bien con programas como 'Educando en Justicia'. A lo mejor también tenemos que dejar que la gente vea de forma neutral lo que estamos haciendo en el juzgado diariamente para que vean que lo que están diciendo estos sujetos es mentidas.
En una declaración, yo digo a las mujeres que lo que les voy a preguntar les puede molestar y les molesta, pero es que se lo tengo que preguntar porque yo tengo la obligación de investigar lo que ellas me dicen. La propia ley integral dice que en los procedimientos, como no puede ser de otra manera porque si no sería inconstitucional, se respetarán todos los derechos del imputado y los derechos de la víctima. Este equilibrio está en todos los procedimientos penales, y por primera vez con la ley integral se crea el estatuto de la víctima de violencia de género. Tenemos que hacer el contraataque con lo que sabemos, que es el trabajo que hacemos. Será complejo, pero comunicar nuestro trabajo a la gente puede tener un efecto multiplicador y desacreditar el discurso que está haciendo esta gente.
Las estadísticas oficiales señalan un porcentaje de 0,078% de condenas por denuncia falsa frente a las 1.222.172 denuncias interpuestas desde el 2009 por mujeres. ¿Cree que el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) como institución del Estado, debería tener un papel más proactivo en desmontar con datos las tesis de Vox?
No. El Consejo hace lo que tiene que hacer, los pronunciamientos del Consejo se reflejan en las estadísticas oficiales y los datos son los que son: un 0,07% de denuncias falsas. A mí me gustaría tener delante a esa gente y preguntarle cuántas denuncias falsas de robo hay para cobrar las indemnizaciones de las compañías de seguros. Cuando las compañías aseguradoras presentan sus balances, la vía por la que pierden mas dinero es por las denuncias falsas por robo. A esta gente ésto no le interesa porque no son votos. ¿Alguien de ellos ha dicho alguna vez que se refleje en las estadísticas judiciales las denuncias falsas por los delitos de robo? No. Si el Consejo tuviera que salir al paso de estas declaraciones olvidaría cosas en las que tiene que estar atento: reforzar la planta judicial, atender y ver si los juzgados están debidamente atendidos, etc.