La sanidad madrileña pagará 250.000 euros por no detectar un cáncer
Los médicos le diagnosticaron una úlcera a la paciente, que perdió al bebé que esperaba y no podrá tener hijos
La Sección Octava del Tribunal Superior de Justicia de Madrid ha condenado al Servicio Madrileño de Salud (SERMÁS) a indemnizar con 250.000 euros a una mujer a la que no se detectó adecuadamente un cáncer, lo que conllevó que perdiese el bebé que esperaba y que no pueda tener más hijos.
Según ha informado hoy la asociación el Defensor del Paciente, la sentencia es del 10 de marzo de 2010 y desestima un recurso interpuesto por la Consejería de Sanidad de la Comunidad de Madrid contra una sentencia anterior, ya que considera que existe responsabilidad patrimonial por parte la misma y debe indemnizar a la demandante.
Según el relato de los hechos incluido en la sentencia, la demandante, de 34 años, seguía controles ginecológicos desde 1999 en el Centro de Salud Hermanos García Noblejas de Madrid. En la citología del año 2000 se detectaron "alteraciones nucleares de significado incierto en células escamosas. Paraqueratosis", y en las que le practicaron entre 2001 y 2005 se constató una "ligera inflamación inespecífica con Metaplasia inmadura y Paraqueratosis", a pesar de lo cual la ginecóloga le dijo que todo era normal.
En mayo de 2005 la demandante comenzó a sufrir algunos sangrados y lo comunicó a su médico de familia, que le recomendó un examen citológico a los seis meses, a pesar de que la paciente acudió a su consulta en varias ocasiones. El 4 de enero de 2006 la paciente acudió a la cita con su ginecóloga, le explicó que persistían las coitorragias y que probablemente estuviera embarazada, y la médico le diagnosticó que tenía una úlcera y que no era necesario hacer otra citología hasta junio de 2006.
No puede tener más hijos
El 3 de febrero de 2006, cuando la mujer ya había confirmado que estaba embarazada de más de dos meses, sufrió otro sangrado y decidió ir a Urgencias del Hospital Santa Cristina, donde le realizaron varias pruebas que determinaron que tenía cáncer de útero.
La única opción era la extirpación del útero y anejos, lo que conllevó que perdiese el bebé que esperaba y que no pueda tener más hijos. Por eso la sentencia aprecia que hubo error en el diagnóstico y una demora importante en el descubrimiento del cáncer.
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