En julio de 2009, la FDA anunció oficialmente lo que los médicos saben desde hace tiempo, que la colchicina es eficaz en los brotes agudos de la artritis gotosa. La planta de la colchicina se utiliza en el tratamiento de la gota desde hace más de 3.000 años, y su uso en tabletas está en el mercado desde el siglo XIX, ahora como tratamiento de segunda línea. Sorprende, por tanto, que la FDA haya aprobado una nueva versión de la colchicina (Colcrys), otorgando al fabricante (URL Pharma) 3 años de exclusividad de mercado, sobre la base de que. a pesar de su longevidad, nunca había sido oficialmente aprobada para una indicación determinada, aunque la FDA había evaluado y aprobado una píldora con colchicina y probenecid (Laboratorios Watson) para su uso en la gota. Una vez obtenida la licencia, el fabricante de Colcrys demandó a las otras versiones de la colchicina para eliminarlas del mercado y aumentó el precio, de 0,09 dólares por pastilla a 4,85 (50 veces más). Los programas estatales de Medicaid, con 100.000 recetas de colchicina al año, pasarán de 1 millón a 50 millones de dólares anuales. El caso de la colchicina es muy expresivo, pone de manifiesto las graves limitaciones en la identificación de la innovación en el mercado farmacéutico. En el NEJM
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