SÓLO LES VALE EL HOMBRE CANALLA
“Hay mujeres que hacen lo que sea por tener pareja"
Rosetta Forner, escritora y 'coach'. (Mao)
.“El feminismo radical de mayo del 68 decía que la mujer tenía que pasar del hombre, tratándole desde el odio y la revancha. Esto ha generado mucho daño. Los hombres sinvergüenzas se han aprovechado de esta situación, y los buenos para muchas mujeres son sosos. Se cree que lo que vale es el hombre canalla”. Así explica Rosetta Forner, escritora, coach y, como ella suele definirse, “hada madrina”, la evolución que ha tenido el feminismo y, en general, las relaciones de pareja. En su nuevo libro, Las damiselas son de Venus y las reinas son del planeta que les da la gana (Zenith), Forner aboga por un "feminismo de dignidad" y distingue dos tipos de mujeres: damiselas y reinas.Cuando hay una mujer inteligente o atractiva van todas contra ellaLas damiselas son aquellas mujeres que se quejan, acusan al resto de sus problemas, y hablan mal de sus parejas. Las reinas son las mujeres libres, sin complejos, responsables y exigentes, pero sin odios hacia el hombre. El problema es que vivimos en una sociedad en la que hay muchas más damiselas que reinas y, además, estas no aceptan a las segundas, pues las ven como una amenaza a su estilo de vida.
La escritora no es muy amable con el comportamiento de las damiselas, pues “generan infelicidad y problemas para las otras mujeres”. En su opinión, “ir de víctima por la vida se ha normalizado y por eso nos tienen que poner unas cuotas, que es el peor insulto que se nos puede hacer”. Forner cree que el famoso “techo de cristal”, esa barrera invisible e infranqueable que impide a las mujeres escalar en el mundo laboral, es un invento de las damiselas, “que quieren victimizar su complejo de inferioridad”. En realidad, según la escritora, son las propias mujeres las que no dejan a sus compañeras escalar en los entornos empresariales: “En las oficinas las damiselas se unen como pirañas contra las reinas. Cuando hay una mujer inteligente o atractiva van todas contra ella”.
El hombre, “asustado y perdido”
Los hombres han copiado los patrones disfuncionales de las mujeresLa proliferación de la mujer damisela, tal como explica Forner, afecta también a los hombres. “La mujer damisela en vez de completarse a sí misma busca su otra mitad. Somete al hombre y basa su relación en el miedo. El hombre se acomoda y no sabe relacionarse con una mujer completa”. Esto ha hecho que “estén muy asustados y muy perdidos”. En definitiva, “las mujeres se han hecho daño a sí mismas haciendo daño a los hombres”. Y estos “han copiado los patrones disfuncionales de las mujeres y se han vuelto damiselas”. Un drama, que lleva a la proliferación de relaciones en los que ambos miembros se martirizan, cortan y vuelven a tener parejas en las que se copia el mismo esquema. Esquema que a su vez se trasmite a los hijos de estas parejas disfuncionales.
Puede que la mujer damisela haya existido siempre, pero Forner cree que hay un momento preciso en que se popularizan estas actitudes. Las damiselas por excelencia son para la escritora las mujeres del baby boom de los 70, “mujeres frustradas y enfadadas con la vida, que se divorciaron con 40 o 45 años y le han dedicado más tiempo a encontrar pareja que a sus hijos. Enseñándoles que hay que perder el culo por un hombre, en vez de dignificarse”. Y así es como la idea de que “hay que tragar con lo que sea con tal de tener pareja” se trasmite a los hijos. Y, tal como dice Forner, “besando sapos y polveteando no se descubre al Príncipe Azul”.
De damisela a reina
La 'reina' está curada de heridas emocionales y va con precaución; sabe que las cosas no son lo que parecenLa intención de Forner es que las damiselas consigan convertirse en reinas, un camino nada sencillo: “Hay mujeres que se empeñan en ser damiselas y hombres misóginos que quieren que las mujeres sean imbéciles”. La solución pasa por ponerse la corona de reina. En primer lugar creyendo en una misma, algo que “tiene una parte de fe y de valentía” y, una vez logrado esto, asumiendo unas obligaciones: “cuidar de ti misma, pensar en ti misma, asumir los resultados de tu vida y no permitir que nadie te inferiorice”. ¿Y el fracaso? “Puede aparecer, pero hay que afrontarlo con compasión”. Una vez logrado esto, tal como explica la escritora, “la reina está curada de heridas emocionales y va con precaución. Sabe que las cosas no son lo que parecen”.
La monogamia, ¿en crisis?
Se ha hablado mucho del fin de la monogamia como única forma aceptada de relación amorosa. Forner cree que no hay una sola forma de relación y cada uno debe encontrar la suya, pero al mismo tiempo rompe una lanza a favor de las parejas sentimentales monogámicas: “Tanta modernidad, o intento de convencernos de que todos tenemos que estar con todos, y al final la gente sólo quiere relacionarse con una persona”. En el fondo amar no debería ser algo tan difícil pero, según Forner, “estamos inmersos en una crisis espiritual tremenda”.
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