Detenido un médico por vender pastillas prohibidas y dañinas para adelgazar
Eran sustancias ilegales, que obtenía de forma fraudulenta en otros países
Las mezclaba con medicamentos prohibidos, psicotrópicos, antidepresivos, diuréticos y laxantes
Entre 450 y 500 personas cayeron en la red, de las que cuatro fueron hospitalizadas
Hay cuatro arrestados y dos personas más imputadas
La Guardia Civil ha desarticulado en Madrid una banda liderada por un médico que vendía presuntamente pastillas para adelgazar hechas con sustancias que están prohibidas expresamente o que son consideradas peligrosas para la salud. Se calcula que entre 450 y 500 personas de toda España cayeron en manos de la red, de las que al menos cuatro tuvieron que ser hospitalizadas tras seguir el tratamiento, por el que pagaban entre 60 y 80 euros al mes. El caso más grave es el de una mujer residente en Madrid que el verano pasado estuvo 15 días ingresada en el hospital La Paz, de los que pasó siete inconsciente.
La red fabricaba, prescribía, almacenaba, envasaba, etiquetaba y distribuía sustancias ilegales, que eran obtenidas de forma fraudulenta en otros países de fuera de la Unión Europea. También las mezclaba y adulteraba con sustancias peligrosas como psicotrópicos, hipnóticos, ansiolíticos, laxantes o diuréticos. Según ha informado esta mañana la Comandancia de la Guardia Civil de Madrid, en la operación, bautizada Moscardó, han sido arrestadas por un delito contra la salud pública cuatro personas y hay otras dos imputadas —D.S.L.R., A.L.C.S., L.A.C.G., M.R.T, F.L., y J.B.Z, cuatro varones y dos mujeres, con edades comprendidas entre los 39 y 56 años, uno de ellos ecuatoriano, otro lituano y una mujer es colombiana, mientras que otros dos hombres y una mujer tienen nacionalidad española aunque son de origen argentino—.¡¡¡¡yo no fui,a mi que me registren¡¡¡
La operación se inició hace un año tras una denuncia interpuesta ante el Servicio para la Protección de la Naturaleza por parte de la Dirección General de Ordenación de Inspección de la Consejería de Sanidad de Madrid, con el apoyo técnico de la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS) a raíz de la hospitalización de la mujer en La Paz. Un informe del Instituto de Toxicología reveló que las pastillas contenían sustancias prohibidas.
La red estaba perfectamente jerarquizada y estructurada. Uno de los cabecillas era el médico, de nacionalidad española pero de origen argentino, y de unos 50 años, que tenía una consulta a su nombre en Madrid capital, en la que prescribía las sustancias, hechas con fórmulas magistrales y que él no vendía directamente en la consulta. El otro cabecilla era su pareja, una mujer que hacía de administradora de la empresa. Otro miembros entregaba las píldoras en la región y realizaba envíos mediante empresas de mensajería a provincias limítrofes y otro se encargaba de la gestión de los paquetes y de los inmuebles donde almacenaban la sustancias. Otras dos personas ejercían labores de distribución a pequeña escala y de elaborar las fórmulas magistrales prohibidas.
Posteriormente, los tratamientos se solicitaban por teléfono al médico que los había prescrito. Algunas de las víctimas, tras tomar la sustancia y tener que ser hospitalizadas o sufrir efectos secundarios como sequedad de boca o piernas nerviosas, comunicaban al médico que se las había recetado los efectos adversos. Este los despachaba asegurándoles que eran síntomas normales y que, si querían, les cambiaba el tratamiento por otro más suave, eso sí, sin ir de nuevo a consulta y sin coste adicional alguno. Algunos de los compuestos contenían sibutramina, cuya comercialización está suspendida por la AEMPS desde 2010. Según el capitán Sierra, que ha explicado en rueda de prensa los detalles de la operación, no es mortal pero provoca problemas cardiovasculares cuya gravedad depende de la persona que la ingiera.
Los dos cabecillas de la red cambiaban la dirección de la consulta a menudo para no ser localizados por las victimas ni por la policía. Los cuatro detenidos y los dos imputados pasaron a disposición judicial y quedaron en libertad. El caso está en manos del Juzgado de Instrucción número 23 de Madrid, que no ha cerrado la clínica. De momento se desconoce a cuántas personas han tratado en total, pero la Guardia Civil apunta que la consulta tenía entre 450 y 500 pacientes. Hay constancia de cuatro ingresos hospitalarios —dos en Madrid, otro en Extremadura y el cuarto en Castilla y León—, y de entre 20 y 30 personas afectadas de efectos secundarios. Se han recopilado una veintena de denuncias. Los perjudicados disponen de un correo electrónico para ponerse en contacto con los investigadores.
La delegada de Gobierno, Cristina Cifuentes, ha alertado a la población de este tipo de fraudes, que se producen "especialmente en la época de verano" y ha hecho un llamamiento a "extremar la precaución" porque es "fácil" que haya personas o redes desaprensivas que se aprovechan de las personas que quieren adelgazar y no solo les estafan sino que ponen en riesgo su salud".
La red fabricaba, prescribía, almacenaba, envasaba, etiquetaba y distribuía sustancias ilegales, que eran obtenidas de forma fraudulenta en otros países de fuera de la Unión Europea. También las mezclaba y adulteraba con sustancias peligrosas como psicotrópicos, hipnóticos, ansiolíticos, laxantes o diuréticos. Según ha informado esta mañana la Comandancia de la Guardia Civil de Madrid, en la operación, bautizada Moscardó, han sido arrestadas por un delito contra la salud pública cuatro personas y hay otras dos imputadas —D.S.L.R., A.L.C.S., L.A.C.G., M.R.T, F.L., y J.B.Z, cuatro varones y dos mujeres, con edades comprendidas entre los 39 y 56 años, uno de ellos ecuatoriano, otro lituano y una mujer es colombiana, mientras que otros dos hombres y una mujer tienen nacionalidad española aunque son de origen argentino—.¡¡¡¡yo no fui,a mi que me registren¡¡¡
2.200 frascos con la sustancia prohibida
En los cinco registros practicados se han intervenido 2.200 envases que contenían una sustancia prohibida importada de China, 60.000 cápsulas utilizadas para las fórmulas magistrales, un vehículo, seis soportes informáticos, 36.600 euros en billetes de 500 y 200 euros ocultos en cajones y colchones, botes, etiquetas y diverso material para la preparación de los pedidos.La operación se inició hace un año tras una denuncia interpuesta ante el Servicio para la Protección de la Naturaleza por parte de la Dirección General de Ordenación de Inspección de la Consejería de Sanidad de Madrid, con el apoyo técnico de la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS) a raíz de la hospitalización de la mujer en La Paz. Un informe del Instituto de Toxicología reveló que las pastillas contenían sustancias prohibidas.
La red estaba perfectamente jerarquizada y estructurada. Uno de los cabecillas era el médico, de nacionalidad española pero de origen argentino, y de unos 50 años, que tenía una consulta a su nombre en Madrid capital, en la que prescribía las sustancias, hechas con fórmulas magistrales y que él no vendía directamente en la consulta. El otro cabecilla era su pareja, una mujer que hacía de administradora de la empresa. Otro miembros entregaba las píldoras en la región y realizaba envíos mediante empresas de mensajería a provincias limítrofes y otro se encargaba de la gestión de los paquetes y de los inmuebles donde almacenaban la sustancias. Otras dos personas ejercían labores de distribución a pequeña escala y de elaborar las fórmulas magistrales prohibidas.
Perder ocho kilos en un mes
El perfil del paciente era mujer de entre 25 y 45 años, que podían adelgazar hasta ocho kilos al mes. El médico se daba a conocer a través del boca a boca, porque no existía publicidad ni en medios ni en Internet. A las víctimas, tras una primera consulta en la que no se realizaba ningún tipo de control médico, se les prescribía el tratamiento y, tras el abono de entre 60 y 80 euros, se les hacía llegar el tratamiento para un mes: un bote con 28 pastillas.Posteriormente, los tratamientos se solicitaban por teléfono al médico que los había prescrito. Algunas de las víctimas, tras tomar la sustancia y tener que ser hospitalizadas o sufrir efectos secundarios como sequedad de boca o piernas nerviosas, comunicaban al médico que se las había recetado los efectos adversos. Este los despachaba asegurándoles que eran síntomas normales y que, si querían, les cambiaba el tratamiento por otro más suave, eso sí, sin ir de nuevo a consulta y sin coste adicional alguno. Algunos de los compuestos contenían sibutramina, cuya comercialización está suspendida por la AEMPS desde 2010. Según el capitán Sierra, que ha explicado en rueda de prensa los detalles de la operación, no es mortal pero provoca problemas cardiovasculares cuya gravedad depende de la persona que la ingiera.
Los dos cabecillas de la red cambiaban la dirección de la consulta a menudo para no ser localizados por las victimas ni por la policía. Los cuatro detenidos y los dos imputados pasaron a disposición judicial y quedaron en libertad. El caso está en manos del Juzgado de Instrucción número 23 de Madrid, que no ha cerrado la clínica. De momento se desconoce a cuántas personas han tratado en total, pero la Guardia Civil apunta que la consulta tenía entre 450 y 500 pacientes. Hay constancia de cuatro ingresos hospitalarios —dos en Madrid, otro en Extremadura y el cuarto en Castilla y León—, y de entre 20 y 30 personas afectadas de efectos secundarios. Se han recopilado una veintena de denuncias. Los perjudicados disponen de un correo electrónico para ponerse en contacto con los investigadores.
La delegada de Gobierno, Cristina Cifuentes, ha alertado a la población de este tipo de fraudes, que se producen "especialmente en la época de verano" y ha hecho un llamamiento a "extremar la precaución" porque es "fácil" que haya personas o redes desaprensivas que se aprovechan de las personas que quieren adelgazar y no solo les estafan sino que ponen en riesgo su salud".
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