domingo, 15 de julio de 2012

UN DINERO BIEN GASTADO

PROYECTO DEL GOBIERNO DE DILMA ROUSSEFF

Mosquitos contra el dengue

Brasil 'fabrica' insectos en el laboratorio para poner freno a los efectos de la contagiosa enfermedad

Las pruebas constatan una reducción del 90% de la colonia de dípteros

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ABEL GILBERT / Buenos Aires ¿Una fábrica de mosquitos? La idea parece inspirada en una película de ciencia ficción de bajo coste. Pero la realidad siempre se empecina en ser más original. Es el caso de Brasil, donde el Gobierno de Dilma Rousseff se propone producir cada semana cuatro millones de un mosquito genéticamente modificado para combatir la principal enfermedad que azota las ciudades del coloso sudamericano: el dengue, que se transmite a través de la picadura de dos especies del mosquito Aedes. Sus efectos menores son fiebre, dolores de cabeza y musculares, pero puede producir la muerte por hemorragia.
Un mosquito 'Aedes aegypti'.




«Es una alternativa efectiva con tecnología nacional para controlar la principal epidemia urbana en el país», dijo el ministro de Salud, Alexandre Padilla, al anunciar el proyecto. Un laboratorio estatal ha creado ya una variedad del Aedes aegypti, transmisor del dengue, que es estéril. Ese mosquito modificado copulará con las hembras. Con este cruce entre insectos de pantano y fruto de la genética se espera reducir la reproducción del mosquito que trasmite la enfermedad.
«Liberados en el ambiente en cantidades dos veces mayor que los mosquitos no estériles, van a atraer a las hembras, pero su prole no será capaz de alcanzar la fase adulta, lo que deberá provocar una merma de la población del mosquito Aedes aegypti», informó el ministro.
Reducción de 90%
Brasil se enfrenta a graves problemas por el dengue. Solo en el primer semestre de este año, lo contrajeron unas 430.000 personas, de las que 74 fallecieron. Río de Janeiro y Salvador están entre las ciudades más afectadas por este flagelo. El Ministerio de Salud informó de que la iniciativa fue probada en dos barrios bahianos con alta proliferación del Aedes aegypti. «Con el empleo de esta técnica, hubo una reducción del 90% de la población del mosquito en seis meses», dijo el ministro.
«Dejaremos la etapa de pruebas y comenzaremos a trabajar en una ciudad de 79.000 habitantes como Jacobina (Bahía), posiblemente en septiembre, antes de la multiplicación de los insectos por las lluvias», reveló Aldo Malavasi, director de Moscamed, una organización social vinculada a los Gobiernos nacional y del Estado de Bahía y a la Universidad de Sao Paulo.
Sin embargo, el uso del «mosquito transgénico», como lo han bautizado en Brasil, genera opiniones encontradas. Su impacto en la lucha contra el dengue se conocerá en cinco años, plazo en el que habrá que estudiar sus daños secundarios, como los efectos que pueden tener sus picaduras. También hay dudas en la comunidad científica sobre el perfil genético: el Gobierno dice que los mosquitos son estériles, pero hay quien sostiene que, en rigor, son semi estériles.

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