Por qué los jefes son jefes, explicado por la neurociencia
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Los jefes producen un 1,75 más que el resto de empleados.
Su familaridad con la toma de decisiones hace que las adopten de manera más rápida e intuitivaLa diferencia principal que han encontrado la doctora Svenja Caspers y su grupo de investigadores es que los jefes toman decisiones de manera mucho más rápida y automática que sus subordinados, cuando se refiere a temas relacionados con su área de conocimiento. Como señala el estudio, las partes del cerebro cortical y subcortical se activan de manera distinta dependiendo de si se trataba de un jefe o su subordinado. El texto recuerda que cuando cada persona ha de enfrentarse a una decisión importante, existen dos procesos mentales diferentes: el primero, plantear una estrategia basada en la búsqueda de los resultados más óptimos teniendo en cuenta las restricciones que existen, mucho más reflexiva y racional y que por lo tanto, necesitaría mucho más tiempo para llevarse a cabo. El segundo, el más presente entre los jefes, que se basa en un acercamiento heurístico y completo, “basado en hábitos sobreaprendidos e ideas grabadas a fuego en su cabeza”.
Lo que viene a decir el estudio es que si un jefe es considerado un experto en su área se debe, ante todo, a que la rápida adopción de unas decisiones que para los demás son mucho más costosas de tomar. En otras palabras, son capaces de manejar las variables que influyen en la elección de manera mucho más rápida. “Un mánager debe ser capaz de adoptar rápidamente una decisión, a pesar de gozar de información limitada y de recursos cognitivos limitados, y al mismo tiempo ser capaz de acertar en la medida de lo posible”, escriben los neurocientíficos alemanes en el estudio.
La importancia de la experiencia
Los investigadores señalan que los descubrimientos refuerzan la existencia de un doble paradigma en la toma de decisiones, y que aunque en muchos casos ambas maneras de reaccionar ante un estímulo no tienen por qué ser excluyentes sino que suelen complementarse, por lo general una predomina sobre la otra. Así, existe un modelo más deliberativo, a largo plazo y controlado, mientras que otro estaría más basado en las emociones, el corto plazo y lo automático, que es el que se utiliza en la mayor parte de las ocasiones.
Es concretamente el núcleo caudado lo que se activaba en los jefes cuando tomaban decisiones, y que apenas mostraba signos de ser utilizado por los que no tenían que tomar elecciones. Este núcleo conduce a una discriminación más rápida de los estímulos y a la adopción de decisiones muy rápidas. Los científicos señalan que “los conceptos y las ideas muy familiares favorecen el uso de un sistema de procesamiento rápido y automático, debido a que es más sencillo acceder a dichos conceptos”, de manera que la experiencia y el entrenamiento de un jefe en determinado campo serían esenciales en este sentido.
Los jefes son valiosos porque motivan y enseñanQue los jefes tomen decisiones rápidas no implica, según los investigadores, que sus elecciones sean necesariamente incorrectas o irreflexivas, sino que simplemente, se ha desarrollado una habilidad para poder utilizar la intuición de manera mucho más efectiva que los que no están acostumbrados a detentar las mismas responsabilidades.
La productividad es mayor
Malos tiempos para los que se quejan de sus jefes a diario. Otro estudio publicado esta misma semana y realizado por el que fuera antiguo consejero de George W. Bush, el economista de la Universidad de Stanford Edward Lazear, junto con Karthryn Shaw del mismo centro y Christopher Stanton de la Universidad de Utah, afirma que no sólo los jefes son más productivos de lo que parece, sino que además cumplen una función esencial dentro de la empresa que no todos pueden llevar a cabo: enseñan.
Los investigadores tuvieron en cuenta los datos tomados de una “gran empresa, del sector servicios”, cuyo nombre no han querido aclarar, y por cuyos departamentos rotaron a los 1.940 superiores de la empresa. Pues bien, cada vez que uno de los cargos superiores llegaba a un nuevo grupo de trabajo, la productividad del mismo mejoraba sensiblemente. “Si los jefes fuesen mera decoración, estas variaciones sustanciales no se producirían”, señala el estudio, que apunta dos posibles razones para defender que los jefes sean 1,75 veces más valiosos que el trabajador común, como se señala en el estudio. La primera se refiere a la motivación: el mánager habría conseguido impulsar el ánimo de los trabajadores con su presencia, ya que la inspiración es, en teoría, uno de los valores esenciales de un líder. La segunda es que a diferencia de otros empleados con menos experiencia, los jefes pueden localizar rápidamente lo que está fallando en la empresa y ponerle remedio, además de ayudar a mejorar las habilidades de los trabajadores.
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