miércoles, 11 de septiembre de 2013

PONETE ENCIMA,FLAQUITA...

Elogio de la mujer arriba

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Ella-arriba es la postura de Kali. En Kali se concentra la energía del dios masculino Shivá. En el hinduismo, Kali destruye la maldad y los demonios del mundo (y en el sexo, acaba con los misioneros de aburridas costumbres).
Kali es la benévola diosa madre que, en el Tantra, da nombre a la asana (postura) que las mujeres mayoritariamente elegimos en la cama: nosotras, encima de ellos. O eso dicen las encuestas.
Ilustracion del Kamasutra
Ella arriba. Ilustración del Kama Sutra. 
El Oriente milenario se ocupa de nuestro placer, ilustra nuestros deseos y los perfuma con olores exóticos, como el de la flor dulce del loto o la canela y las cortezas de abeto maceradas en filamentos de loto, pétalos de la flor de tamarindo o en hojas de jazmín. El Kama Sutra y el Ananga Ranga, otro manual sexual hindú escrito entre los siglos XV y XVI (más de diez siglos después que su antecesor), tienen recetas para el amor y clasifican todas las maneras de abordar el erotismo y los asuntos asociados: estrechar el yoni (la vagina), estimular el lingam (el pene), depilar el vello, normalizar el flujo menstrual, acelerar el orgasmo o retrasar la eyaculación.
A mí me ha resultado fascinante leer el Ananga Ranga, así es que lo recomiendo fervientemente. Las 32 posturas o asanas sexuales que enumera y describe en detalle el Ananga Ranga permiten al hombre, a decir de su autor, vivir y gozar con una sola mujer como si fueran 32. Pero va más allá: Kalyana Malla -el autor- nos da la razón a las damas contemporáneas cuando nos quejamos del excesivo (y aplastante) misionerismo del hombre arriba: "Esta forma de hacer el amor no favorece el orgasmo femenino, pues ella queda atrapada, sin posibilidad de movimiento. Y en ocasiones incómoda y hasta asfixiada".
En otro pasaje explica algo tan simple como pocas veces repetido: "las piernas (de ella) bien manejadas pueden ser las llaves del coito". Claro, porque usar bien nuestras piernas, incluso manteniendo la penetración, moverlas a ambas a un lado del cuerpo, volver a separarlas y llevarlas juntas al otro puede ser una fuente de placer infinito para nosotras (y para ellos).
Contagiosa y estimulante es la prosa del Ananga Ranga, un libro escrito más o menos en la misma época en que Colón llegaba a América como avanzadilla de las cruces de la evangelización que se trasladaron a las "Indias".
ElanillodeKali
El Tantra y Kali en piedra, vía kalirising.org.
Quiero transcribir, a continuación, la sección dedicada a la postura Purushayita-bandha ("ella arriba").
"Esta posición es contraria a aquella que los hombres practican habitualmente. El hombre se recuesta sobre su espalda, coloca a su mujer encima y así la goza. Resulta especialmente útil cuando él está cansado y no es capaz de esfuerzo muscular, mientras que ella no se ha satisfecho y está todavía llena de ansias de amor. La mujer lleva a su hombre a la posición boca arriba sobre el lecho, se monta sobre él y satisface sus deseos. De esta clase de unión surgen otras tres subdivisiones:
"Viparita-bandha. 'Brazo opuesto'. la mujer se recuesta sobre el hombre, que permanece totalmente extendido y relajado. El contacto es total: los pechos femeninos cumplen un papel inicial de excitación, preparando el momento en que ella tome la linga y la lleve a su yoni. Al mismo tiempo, él acaricia el cabello femenino, la abraza y besa su boca. En el Ananga Ranga se recomienda: la mujer debe recordar que el placer de la relación siempre puede mejorar sin que eso implique ningún esfuerzo especial. Por ello, debe cerrar su yoni para apresar la linga, asegurarla dentro de sí y manejarla a voluntad, sin impedir sus movimientos. Para ayudar a estos movimientos, abre o cierra la gruta del paraíso a voluntad; al tiempo que maneja la mano como la pastora que ordeña la vaca. Esto se aprende con mucha práctica y, sobre todo, concentrándose en las zonas que se verán más beneficiadas, de una forma similar a como los hombres se esmeran en mejorar sus otros sentidos.
"Puruchavita-bhamara-bandha. La 'posición de la gran abeja': la mujer se sienta en cuclillas sobre el hombre, cierra los muslos con firmeza y, en el momento que se introduce la linga, empieza a controlar todas las acciones. Mueve sus caderas circularmente hasta obtener la mayor satisfacción. El hombre no debe mostrarse pasivo, ya que tiene a su disposición los senos, que puede tocar, besar, morder o succionar. También se halla a su alcance la boca, la cual toma con sus labios a la vez que se sujeta los brazos u hombros femeninos. Esta posición posibilita que ambos conserven una gran amplitud de movimientos, que no deben desaprovechar. La mujer puede controlar la velocidad, ángulo y cantidad de movimientos de su pelvis.
"Uthita-uttana-bandha. La 'posición elevada': la mujer, insatisfecha por la unión sexual anterior, pone a su hombre de espaldas y se sienta con las piernas cruzadas sobre sus muslos, aprisiona su linga, la conduce a la inserción y comienza a moverse de arriba hacia abajo y de atrás hacia adelante. Al igual que el Kama Sutra, el Ananga Ranga aconseja estas posiciones donde la mujer aparece como la 'dominadora'; esta es una de las maneras de reactivar la sexualidad del hombre que ya ha liberado el néctar de su linga una o dos veces. Esa es la razón para que ella se siente con las piernas entrecruzadas sobre los muslos del amado, tome con una mano la linga y la lleva a su yoni. Comienza a moverse nuevamente de arriba aabajo, con la intención de que recupere la erección.
"Relajado (él). La primera fase de estas posiciones le permite al hombre mantenerse bien relajado, deja que sea ella quien lleve la iniciativa hasta que sea el momento de manejar la linga y llevarla a su destino. Todo está permitido (ella). Si lo desea, ella puede intentar acariciar su clítoris, aun cuando esté realizando un coito muy apretado. Nada está prohibido, lo que se busca es excitar todavía más al amante".

En 'La novena puerta' de Roman Polanski. ¡Cómo disfruta Johnny Depp de la 'postura de Kali'!
El Ananga Ranga da más tips para seguir abriendo o cerrando "la gruta del paraíso" y, de paso, comenta a la mujer que practique el Purushayita que "su hombre la valora entonces por encima del resto de las mujeres, y no la cambia por la más bella rani (reina) de los tres mundos. La mujer que aprieta tiene la virtud de ser agradable y placentera."
Los expertos en sexo tántrico refuerzan la idea, diciendo que cuando una mujer logra llegar al orgasmo en la postura de Kali y que el hombre llegue al orgasmo, también, "habrá dejado atrás muchos bloqueos o karmas".
Tengo un amigo que asegura que se ha cansado del sexo. Sí, es probable que el sexo bonobo nos aburra... y quizá no hay nada nuevo y sí algo milenario por donde comenzar a innovar.
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