El dolor no puede con el deseo sexual masculino
Un nuevo estudio realizado con ratones ha descubierto que los machos siguen tratando de copular incluso cuando sienten un dolor tan intenso como el de una quemadura solar
La creencia popular de que los hombres desean mantener
relaciones sexuales bajo cualquier circunstancia, mientras que ellas
parecen requerir ciertos condicionamientos para sentir el deseo, puede
tener una base biológica. Un nuevo estudio realizado con ratones ha
descubierto que los machos siguen tratando de copular incluso cuando sienten un dolor tan intenso como el de una quemadura solar.
En cambio, las hembras se inhiben y solo vuelven a estar interesadas
cuando se les administra medicamentos dirigidos a los centros de placer
en el cerebro. Los hallazgos, publicados en The Journal of Neuroscience, podrían arrojar luz sobre la naturaleza de la libido en varias especies animales.
Los investigadores de la Universidad de McGill en
Montreal (Canadá) identificaron parejas de ratones dispuestos a pasar
un rato entretenido. Para ello, organizaron una serie de «citas» entre
machos y hembras durante 30 minutos. Los que dedicaron la mayor parte
del tiempo a copular demostraron ser más compatibles y fueron ubicados
en una jaula con habitaciones separadas. Una pequeña puerta permitía a
la hembra cruzar a la segunda cámara para encontrarse con su amado, pero
no a este, que al ser más grande, no cabía por el pasadizo.
Entonces, los científicos indujeron dolor en los ratones
mediante la aplicación de una pequeña dosis de compuestos inflamatorios
en la mejilla, la cola, las patas o los genitales. La sensación era muy
similar a la de una quemadura solar, explica Melissa Farmer, responsable
del estudio, en la web de la revista Science.
Los ratones hembra que sufrían los dolores en cualquier
parte del cuerpo disminuyeron un 50% el tiempo que pasaban con sus
parejas masculinas, lo que implica una disminución de la motivación
sexual.
Después, los investigadores colocaron a los roedores en una
jaula sin barreras, lo que permitía a los machos acceder a las hembras
sin problemas. Resultó que los machos desearon tener tanto sexo como si no sufrieran dolor, sin ninguna diferencia.
Se considera que las mujeres son más cautas o reacias a
mantener relaciones sexuales por una cuestión de normas sociales,
cultura o religión, pero la nueva investigación, aunque la conclusión es
muy controvertida, podría apuntar a un principio biológico de las hembras a la represión sexual en determinados contextos. Obviamente, no somos ratones y los seres humanos tenemos voluntad y una conducta compleja, pero la investigación puede servir para iniciar un interesante debate.
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