La preferencia por coito respecto sexo oral aumenta durante la ovulación
Pere Estupinya
Investigadores canadienses han observado que durante la ovulación los genitales femeninos se excitan mucho más observando imágenes de penetración que de sexo oral. La diferencia se reduce significativamente en otras etapas no fértiles del ciclo menstrual
Las preferencias de pareja, comportamiento y respuesta sexual femenina cambian a lo largo del ciclo menstrual. Varios estudios han confirmado que durante la ovulación las mujeres sienten mayor deseo sexual, tienen más fantasías, se masturban más, se visten con ropa más seductora, prefieren hombres con rasgos más marcados de testosterona, suelen sentir mayor placer durante el sexo, alcanzan más fácilmente el orgasmo, e incluso en las mujeres bisexuales aumenta ligeramente la preferencia por hombres respecto mujeres.
(ver introducción y referencias en artículo “Women’s genital sexual arousal to oral versus penetrative heterosexual sex varies with menstrual cycle phase at first exposure” Horm Behav. 2014 Mar;65(3):319-27)
Dentro de esta variabilidad, algo que no se había establecido todavía era si las mujeres sienten mayor inclinación por una práctica sexual u otra en función del momento del ciclo menstrual en que se encuentren.
Para averiguarlo Kelly Suschinsky del laboratorio de Meredith Chivers en la canadiense Queen’s University realizó el siguiente experimento: seleccionó un grupo de mujeres heterosexuales de entre 18-40 años, que tuvieran ciclos regulares y no estuvieran tomando fármacos, y tras un mínimo de 24 horas de abstinencia sexual les mostró varios videos eróticos con imágenes de penetración y de sexo oral. Hizo el mismo experimento dos veces, durante la ovulación y días después en la fase lútea (no reproductiva).
Mientras las chicas observaban los diferentes videos, los investigadores medían su excitación genital con un fotopletismógrafo vaginal. También les preguntaban por el grado de excitación subjetiva que sentían. Las imágenes ya habían sido utilizadas en previos experimentos y estaba comprobado que resultaban erógenas en la mayoría de mujeres. Para evitar el sesgo de orden de exposición, la mitad de chicas empezaron con la primera tanda de imágenes durante la ovulación, y la otra mitad por la fase lútea.
Los resultados fueron tremendamente significativos: cuando los videos se mostraron por primera vez durante la ovulación, la respuesta genital fue 5 veces mayor al observar coitos que sexo oral. En cambio, cuando se empezaron a mostrar en la fase no reproductiva, las imágenes de penetración y de sexo oral generaban una excitación genital muy parecida. Claramente las vaginas reaccionaban mucho más ante penetraciones durante la ovulación que en otras fases no reproductivas del ciclo menstrual.
Mente y genitales no siempre están bien conectados
Curiosamente las respuestas que daban las voluntarias sobre percepción subjetiva de excitación eran menos distantes. Esto encaja con resultados previos del grupo de Meredith Chivers, pionera en la investigación de la “sexual concordance” o concordancia sexual entre mente y genitales. Chivers ha demostrado que la excitación física de clítoris y vagina no siempre coincide con la excitación mental sentida por las mujeres a nivel subjetivo. Hay imágenes o situaciones sexuales que -por diferentes motivos- a algunas mujeres no les resultan estimulantes, o incluso les disgustan, pero que generan una respuesta de excitación inconsciente e incontrolada en sus genitales.
El primer encuentro sexual puede condicionar los siguientes
Otro resultado interesante del experimento fue que el orden de exposición importaba y podía establecer ciertas preferencias a medio plazo: Las mujeres cuya primera batería de vídeos fue mostrada durante la ovulación, efectivamente mostraron una marcada preferencia por el coito respecto el sexo oral, que disminuyó pero se mantuvo durante la fase lútea. En cambio en las que empezaron por la fase no reproductiva, sexo oral y coito generaron excitación similar, y después durante la ovulación la preferencia por coito subió de forma significativa pero sin alcanzar la diferencia observada en las mujeres que habían empezado durante la ovulación.
En las conclusiones de su artículo científico, los investigadores especulan que el momento del ciclo menstrual puede influir en qué tipo de prácticas realicen las parejas durante su primer encuentro íntimo, y esto condicionar levemente las preferencias o satisfacción en posteriores.
Obvio que la fase del ciclo menstrual no es el único ni principal factor que interviene en la compleja respuesta sexual femenina. Pero a excepción de bonobos y humanos, el resto de hembras de mamíferos sólo sienten excitación durante la ovulación, y sí tiene sentido que esta programación interna ejerza todavía cierta modulación inconsciente del comportamiento sexual de las mujeres actuales.
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