La culebrilla o culebrina espera, agazapada dentro de uno mismo
El
herpes zoster es una enfermedad causada por el por el virus Varicella
zoster, el mismo virus que ocasiona la varicela. Si una persona se
recupera tras haber tenido varicela, el virus permanece en el organismo
en estado latente hasta que en algún momento se reactiva causando el
herpes zoster. Se estima que 1 de cada 3 personas que haya sufrido
varicela, puede desarrollar esta enfermedad en algún momento de su vida.
La vacunación, disponible ya en la Argentina para mayores de 50 años,
es la única manera de reducir el riesgo de desarrollar herpes zóster y
el dolor que puede sobrevenir después de la enfermedad.
.
La vacunación es la única manera de reducir el riesgo de desarrollar
herpes zóster y el dolor que puede sobrevenir después de la enfermedad.
Actualmente está disponible en Argentina una vacuna para prevenir la
culebrilla en personas mayores de 50 años, incluso aún en aquellas que
ya han padecido algún episodio de herpes zóster.
.
Se
estima que 1 de cada 3 personas que haya sufrido varicela puede
desarrollar herpes zóster (conocido popularmente como culebrilla) en
algún momento de su vida.(1) Actualmente está disponible en
Argentina una vacuna para prevenirlo indicada en personas mayores de 50
años, incluso aún en aquellas que ya han padecido algún episodio de la
enfermedad.(1)
La
culebrilla es una enfermedad causada por el virus varicela zoster, el
mismo virus que causa la varicela. Este virus permanece en su cuerpo aún
después de haberse curado de varicela. Quizá no cause problemas durante
muchos años, pero a medida que usted envejece, el virus puede
reaparecer como culebrilla. Aunque es más común en personas mayores de
50 años, cualquiera que haya tenido varicela está a riesgo de padecer
culebrilla.
La
culebrilla no se contagia de persona a persona. Pero si usted tiene un
sarpullido de culebrilla, puede contagiar el virus a alguien que nunca
tuvo varicela. Por ejemplo, un niño expuesto a una persona con
culebrilla puede desarrollar varicela, pero no culebrilla. El virus se
contagia por contacto directo con el sarpullido y no puede transmitirse
por el aire.
Los
primeros síntomas de culebrilla son ardor o dolor agudo y hormigueo o
picazón, generalmente de un lado del cuerpo o la cara. El dolor puede
ser de leve a fuerte. Luego, se forman ampollas que duran de uno a 14
días. Si la culebrilla aparece en la cara, puede afectar la vista o la
audición. El dolor puede durar semanas, meses o incluso años después de
la curación de las ampollas.
No existe una cura para la culebrilla. El tratamiento temprano con medicinas que combaten el virus puede ayudar. Estas
medicinas también pueden ayudar a prevenir el dolor persistente. Una
vacuna puede prevenir la culebrilla o disminuir sus efectos. La vacuna
es recomendada a personas mayores de 60 años aunque algunos doctores
pueden recetarla a personas de entre 50 y 59 años.
Entonces,
el herpes zóster, causada por el mismo virus que ocasiona la varicela
-el virus Varicella zoster (1)- requiere considerar un dato
imprescindible: cuando una persona se recupera tras haber sufrido
varicela, el virus permanece en su organismo en estado latente –en las
células del sistema nervioso–, hasta que en algún momento,se reactiva
causando lo que se conoce popularmente como “culebrilla” (herpes
zóster).(2) Se estima que 1 de cada 3 personas que haya sufrido
varicela, puede desarrollar esta enfermedad en algún momento de su
vida.(2)
El
herpes zóster es una erupción cutánea que toma la forma de una franja
que aparece a uno o a otro de los lados del cuerpo, puede presentarse de
un lado de la cara o en raras ocasiones puede extenderse mucho más e
incluso tener apariencia similar a la de la varicela. Puede aparecer
acompañado por síntomas como fiebre, dolor de cabeza, escalofríos y
malestar estomacal. (1) Puede dar lugar además a complicaciones en los
ojos, causando la pérdida de la visión, en los oídos, caracterizado por
sordera; y la llamada neuralgia postherpética: un dolor intenso y
debilitante en las zonas afectadas por el sarpullido, que puede
persistir aun después de la desaparición de la erupción.(1,2)
Cualquier
persona que haya sufrido varicela puede desarrollar herpes zóster, pero
el riesgo de desarrollarlo se incrementa con la edad. La mitad de los
casos ocurren en hombres y mujeres mayores de 60 años de edad en donde
las complicaciones como la neuralgia postherpética son mucho más
frecuentes.(1) Otro factor que favorece la reactivación del
virus es tener el sistema inmunológico comprometido, como ocurre en
quienes padecen ciertos tipos de cáncer (leucemia y linfoma), en las
personas infectadas con el VIH, o en quienes reciben drogas
inmunosupresoras como los esteroides o las que se utilizan luego de
haber recibido un trasplante de órganos.(1)
Aún
cuando el virus se encuentra ya presente en el organismo de las
personas que sufrieron varicela, la vacunación es la única manera de
reducir el riesgo de desarrollar herpes zóster y el dolor que puede
sobrevenir después de la enfermedad. Actualmente está disponible en
Argentina una vacuna para prevenir la culebrilla en personas mayores de
50 años, incluso aún en aquellas que ya han padecido algún episodio de
herpes zóster.(1)
----------
No hay comentarios:
Publicar un comentario