El tabaco pasivo en niños duplica el riesgo de cardiopatías cuando sean adultos
.
El humo del tabaco provoca daños irreversibles en la estructura de las arterias de los niños, lo que incrementaría el riesgo de enfermedad cardio y cerebrovascular cuando sean mayores
Si fuma delante de sus hijos ya puede dejarlo, y no solo
para mejorar su propia salud. Según un estudio que se publica en la
revista «Circulation» los niños expuestos al humo del tabaco de sus padres podrían tener mayor riesgo de desarrollar enfermedad cardiaca de adultos que aquellos cuyos padres no fuman.
Los datos se suman las evidencias que sugieren que la exposición al
tabaquismo paterno y materno, tiene un efecto duradero en la salud cardiovascular
de los niños en la edad adulta. De hecho, un trabajo publicado en «European Heart Journal» hace apenas un año por este mismo equipo mostraba que el humo del tabaco provoca daños irreversibles en la estructura de las arterias de los niños,
lo que incrementaría el riesgo de enfermedad cardio y cerebrovascular
cuando sean mayores. Los investigadores de Tasmania, Australia y
Finlandia destacaron que en el caso en el que ambos progenitores fumen
se añade un extra de 3,3 años a la edad de los vasos sanguíneos cuando
los niños sean adultos.
En este nuevo trabajo se ha analizado a los participantes
del 'Estudio sobre el riesgo cardiovascular en jóvenes finlandeses', que
incluyó la exposición infantil al tabaquismo de los padres en 1980 y
1983. Los investigadores coordinado por Magnussen Costan, de la Universidad de Tasmania (Australia) recogieron datos de la ecografía carotídea en la edad adulta en 2001 y 2007. En 2014, midieron los niveles de cotinina,
un biomarcador de exposición al humo pasivo, en la sangre durante la
infancia de los participantes a partir de muestras recogidas y
congeladas en 1980. El porcentaje de niños con niveles de cotinina no
detectables fue mayor en los hogares donde ninguno de los padres fumaba
(84%), más bajo en los niños donde uno de los progenitores fumaba (62%) y
mucho más bajo en las familias donde ambos padres fumaban (43%).
Los expertos estimaron que independientemente de otros
factores, el riesgo de desarrollar acumulación de placa carotídea
(precuela de un infarto o ictus) en la edad adulta era casi dos veces
mayor en los niños expuestos al tabaco de uno o dos progenitores en
comparación con los hijos de padres que no fuman.
No fume en casa en ninguna parte
Y dicho riesgo seguía siendo elevado aunque los padres
limitaran la exposición de sus hijos; así, era casi dos veces más
elevado en los niños cuyos padres fumaban pero parecían limitar la
exposición de sus hijos y cuatro veces mayor en aquellos con padres
fumadores que no hacían nada por reducir la exposición de sus hijos al
humo del tabaco.
«Aunque no podemos confirmar la presencia de cotinina
detectable en la sangre de los niños de este estudio era el resultado
directo de la exposición al humo pasivo de sus padres, sabemos que la
principal exposición de los niños al humo pasivo se produce en el
domicilio», concluye Costan.
Y añade que la mejor manera de proporcionar la mejor salud
cardiovascular a largo plazo para sus hijos es no fumar. «Y para
aquellos padres que están tratando de dejar de fumar, que tengan en
cuenta que no deben hacerlo delante de sus hijos ni de su entorno, es decir, no fumar dentro de casa o el coche».
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