Desbarajuste sexual: ellas por la noche, ellos por la mañana
Según los expertos, los hombres prefieren el sexo temprano y las mujeres cuando el día termina. Sólo se ponen de acuerdo en un momento: la siesta
“El matrimonio se acaba todas las noches después de hacer el amor, y
hay que volver a reconstruirlo todas las mañanas antes del desayuno”,
dijo el escritor Gabriel García Márquez. Pero el genial creador
colombiano no tuvo en cuenta que los hombres y las mujeres no se ponen
de acuerdo sobre la hora más propicia para mantener relaciones sexuales.
O, al menos, eso dice un reciente estudio de la marca de juguetes
eróticos Lovehoney: “La libido masculina toca techo entre las 6 y 7
horas de la mañana, mientras que la femenina lo hace entre las 23 horas y
las 2 de la madrugada”.
La sexóloga Ana Sierra explica que los horarios masculinos están muy condicionados por la testosterona, hormona erótica que por la mañana “aumenta entre un 25 y un 50% frente a los niveles de otros momentos del día, generando una fuerte excitación; en muchos casos, los hombres buscan sexo para aprovechar la erección provocada por este pico hormonal”. A esa misma hora, las hormonas femeninas suelen tocar fondo. Otro dato que impide que los hombres y mujeres caminen acompasados en este terreno lo aporta la ginecóloga inglesa Gabrielle Downey: “Las mujeres se rigen más por el ciclo menstrual que por el diario, mientras que los niveles de ellos bajan y suben en el día cada 90 minutos”. Ante semejante caos biológico, casi parece un milagro que hombres y mujeres sigamos manteniendo relaciones sexuales.
“Normalmente me levanto con ganas de hacer el amor, pero mi chica está perezosa en ese momento del día”, confiesa Javier Díaz, un abogado que necesita hacer encaje de bolillos para sincronizar su deseo con el de su pareja. Lo mismo les ocurre a ellas. El citado estudio pone en evidencia que un 68% de las mujeres y un 63% de los hombres han salido con alguien cuyo deseo sexual no era compatible con ellos.
La escritora y bloguera feminista Diana Aller
se suma al debate: “Estadísticamente es la noche el momento de ocio y
del disfrute sexual; así son los ritmos impuestos por la sociedad y yo
me adapto a ellos”. Aller, que actualmente no tiene pareja estable,
añade, irónica: “Si los varones han preferido madrugar para ponerse a
ello, conmigo han disimulado estupendamente y se han sacrificado un
montón para ceñirse a mi supuesto horario perfecto”. Puede que dichos
varones hayan echado mano de la reserva hormonal que, según los
científicos, posee el sexo masculino: mientras que la libido femenina
está sujeta a cambios anímicos, los hombres disfrutan de una excitación
más constante a lo largo del día, si bien solo un 16% prefiere copular
antes de dormir.
¿Existe algún momento del día en el que se coincide? Afortunadamente, entre el mañaneo masculino y la nocturnidad femenina existe un territorio neutral llamado siesta. Según un estudio elaborado por la firma de sofás Natuzzi, ocho de cada diez españoles creen que el mejor momento para el sexo es después de comer. Y los expertos están de acuerdo. La psicóloga Sara C. Mednick recomienda hacer el amor al despertar de la siesta, “por el beneficioso efecto que tiene el descanso en la libido, pues esa pausa genera nuevas energías que pueden equilibrarse a través del sexo”.
Por su parte, el sexólogo alemán Walter Ghedin explica que la siesta es un momento muy propicio para el coito ya que, después de comer, el deseo de varones y mujeres se pone al mismo nivel: “A esto contribuyen los niveles bajos de melatonina y cortisol –hormona asociada al estrés– durante la tarde”. Para tener un encuentro sexual satisfactorio, el especialista aconseja que el almuerzo previo sea liviano y ligero en alcohol. Un escollo sobre este asunto: la siesta, normalmente, se disfruta sólo los fines de semana.
Los expertos también coinciden en que tener una vida sexual plena
pasa por superar los imperativos biológicos, equilibrando y armonizando
conscientemente las necesidades de ambos miembros de la pareja. Ana
Sierra lo argumenta así: “Tendemos a creer que el deseo aparece de forma
constante y espontánea, pero lo cierto es que hay que generar juego y
comunicación en la pareja, currárselo y cultivar el erotismo. Por
supuesto que está el tema biológico y también el energético, pero luego
está la parte racional, que puede educarse para mantener y estimular el
deseo”. Quizás gracias a estos esfuerzos, un 66% de las mujeres y un 50%
de los hombres aseguran estar en absoluta sintonía con los horarios de
sus parejas.
A este respecto, Diana Aller argumenta: “Por mucho que se intenten hacer estudios sobre hábitos sexuales, estos responderán a condicionamientos sociales y culturales. No creo que por ser mujer tenga mayor apetito sexual a determinada hora; creo que depende, más bien, de lo que se llama homeostasis [autorregulación interna que compense los cambios externos] de cada individuo”.
Y, por último, pero no menos importante, está la pasión: si esta existe, siempre se encuentra el momento y el lugar para consumarla. Sin lugar a dudas, el mejor afrodisíaco es el amor.
La sexóloga Ana Sierra explica que los horarios masculinos están muy condicionados por la testosterona, hormona erótica que por la mañana “aumenta entre un 25 y un 50% frente a los niveles de otros momentos del día, generando una fuerte excitación; en muchos casos, los hombres buscan sexo para aprovechar la erección provocada por este pico hormonal”. A esa misma hora, las hormonas femeninas suelen tocar fondo. Otro dato que impide que los hombres y mujeres caminen acompasados en este terreno lo aporta la ginecóloga inglesa Gabrielle Downey: “Las mujeres se rigen más por el ciclo menstrual que por el diario, mientras que los niveles de ellos bajan y suben en el día cada 90 minutos”. Ante semejante caos biológico, casi parece un milagro que hombres y mujeres sigamos manteniendo relaciones sexuales.
“Normalmente me levanto con ganas de hacer el amor, pero mi chica está perezosa en ese momento del día”, confiesa Javier Díaz, un abogado que necesita hacer encaje de bolillos para sincronizar su deseo con el de su pareja. Lo mismo les ocurre a ellas. El citado estudio pone en evidencia que un 68% de las mujeres y un 63% de los hombres han salido con alguien cuyo deseo sexual no era compatible con ellos.
La psicóloga Sara C. Mednick recomienda hacer el
amor al despertar de la siesta “por el beneficioso efecto que tiene el
descanso en la libido, pues esa pausa genera nuevas energías que pueden
equilibrarse a través del sexo”
¿Existe algún momento del día en el que se coincide? Afortunadamente, entre el mañaneo masculino y la nocturnidad femenina existe un territorio neutral llamado siesta. Según un estudio elaborado por la firma de sofás Natuzzi, ocho de cada diez españoles creen que el mejor momento para el sexo es después de comer. Y los expertos están de acuerdo. La psicóloga Sara C. Mednick recomienda hacer el amor al despertar de la siesta, “por el beneficioso efecto que tiene el descanso en la libido, pues esa pausa genera nuevas energías que pueden equilibrarse a través del sexo”.
Por su parte, el sexólogo alemán Walter Ghedin explica que la siesta es un momento muy propicio para el coito ya que, después de comer, el deseo de varones y mujeres se pone al mismo nivel: “A esto contribuyen los niveles bajos de melatonina y cortisol –hormona asociada al estrés– durante la tarde”. Para tener un encuentro sexual satisfactorio, el especialista aconseja que el almuerzo previo sea liviano y ligero en alcohol. Un escollo sobre este asunto: la siesta, normalmente, se disfruta sólo los fines de semana.
Los horarios masculinos están muy condicionados por la testosterona, hormona erótica que por la mañana aumenta entre un 25 y un 50% frente a los niveles de otros momentos del día, generando una fuerte excitación"
Ana Sierra, sexóloga
A este respecto, Diana Aller argumenta: “Por mucho que se intenten hacer estudios sobre hábitos sexuales, estos responderán a condicionamientos sociales y culturales. No creo que por ser mujer tenga mayor apetito sexual a determinada hora; creo que depende, más bien, de lo que se llama homeostasis [autorregulación interna que compense los cambios externos] de cada individuo”.
Y, por último, pero no menos importante, está la pasión: si esta existe, siempre se encuentra el momento y el lugar para consumarla. Sin lugar a dudas, el mejor afrodisíaco es el amor.
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