DÍA MUNDIAL DEL CÁNCER DE PRÓSTATA
Cáncer de próstata, el hermano pobre de los tumores
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El 90% de los cánceres de próstata se diagnostica en fase precoz, cuando hace 15 años solo un 30% se detectaba de forma temprana
El cáncer de próstata
parece el «hermano pobre» de los tumores: pocas campañas de
sensibilización y escaso interés mediático, a pesar de que es el más
frecuente entre los hombres. Uno de cada seis lo desarrollará a lo largo
de su vida. Así lo ha asegurado Miguel Unda Urzáiz, coordinador
nacional del grupo Uro-oncológico de la Asociación Española de Urología (AEU) y jefe de servicio del Hospital Universitario de Basurto (Bilbao), con motivo de la celebración del Día Mundial del Cáncer de Próstata.
Cada año aparecen en España unos 25.000 nuevos casos y se
estima que casi 6.000 personas mueren por esta causa. El 90 % de los
cánceres de próstata se diagnostica en fase precoz, cuando hace 15 años
solo un 30 % se detectaba de forma temprana.
¿La razón? Los urólogos coinciden en que se debe a la
realización de forma generalizada, a partir de los años noventa, de la
prueba del antígeno prostático específico, conocida como PSA,
una práctica que genera mucha controversia. Se trata de un simple
análisis de sangre que detecta los niveles de una sustancia que forman
las células prostáticas. Un valor alto es signo de alguna anomalía de la
próstata, aunque no necesariamente de cáncer.
Hace tres años el Grupo de Trabajo de Servicios Preventivos de EE.UU.
realizó una recomendación para que los médicos dejasen de usar este
test en hombres sanos al considerar que no se salvan vidas y conlleva
muchas veces otros problemas. «Es un tema muy controvertido, pero
sabemos que desde que los varones se hacen cada vez más la prueba, la
mortalidad ha disminuido. Ha influido en que el cáncer se diagnostique
en fases tempranas y sea más fácil de curar», ha asegurado este experto.
Salvar vidas
Para Carlos Núñez Mora, portavoz de la Sociedad Española de Oncología Quirúrgica (SEOQ),
el PSA tiene muchos detractores porque los urólogos la han «utilizado
mal». «Muchos profesionales, ante una subida del nivel en sangre, han
hecho inmediatamente biopsias que eran innecesarias porque no había
cáncer o han descubierto tumores que no eran agresivos, con el riesgo de
sobretratar a los pacientes», ha señalado. En este sentido, el doctor
Unda ha incidido en que «con el paso de los años se va a demostrar que
el 'screening' (cribado) del cáncer de próstata es importante para
salvar vidas».
Desde la Asociación Española de Urología se
insiste en que debe realizarse el PSA a todos los varones de entre 40 y
50 años y, dependiendo del resultado, decidir la periodicidad de los
siguientes test. En cualquier caso, deberían ser anuales a partir de los 50. Y si hay antecedentes familiares, lo que eleva el riesgo, se debería hacer una prueba cada año a partir de los 40 o 45 años.
Los españoles todavía son muy reticentes a acudir al urólogo
Gracias a la detección precoz se ha conseguido que menos
del 5 % de estos tumores se detecten en fase avanzada. A pesar de ello,
los españoles aun son muy reticentes a acudir al urólogo. ¿Por qué?. El
doctor Unda lo achaca a que las campañas de sensibilización no calan en
los hombres, bien porque no tienen suficiente fuerza o por su escasa
repercusión en los medios de comunicación y en las redes sociales.
«Los urólogos nos encontramos todos los días en consulta
con varones que cuando les preguntamos por qué acuden a revisión,
responden, señalando a su mujer: porque me ha mandado ella». Quizá por
eso, algunas de las campañas de concienciación del Grupo Español de Pacientes con Cáncer (Gepac) han estado dirigidas a las mujeres.
Según los datos del Registro Nacional de Cáncer de Próstata de la AEU,
la prostatectomía (intervención quirúrgica para extraer la próstata)
seguido de la radioterapia, son los tratamientos más utilizados frente a
este cáncer. Otros son la hormonoterapia, la braquiterapia y la vigilancia activa.
Esta última opción «está muy en boga», señala el doctor Unda.
Precisamente, porque la mayoría de tumores se detectan en fase precoz y,
en principio, «no van a dar problemas».
'Patrón oro'
Si el tumor está localizado y el paciente es menor de 65
años, se opta por la cirugía. «Es el patrón oro, lo que más cura»,
asegura el doctor Núñez Mora. Una opción que se acoge con temor ante las
secuelas que puede provocar: incontinencia urinaria que,
aunque afecta a menos de un 10 %, «el que lo sufre lo lleva muy mal». A
veces es transitoria y en un 98 % de los casos se recuperan. La otra
consecuencia es la disfunción eréctil, que aparece en un 20-30 % de los pacientes operados y depende del tipo de tumor.
Así, según el doctor Núñez, cuanto más precozmente se
detecta, menos presión produce en los nervios erectores que van
íntimamente ligados a la próstata. Para la enfermedad en fase avanzada,
se están desarrollando nuevas moléculas para el tratamiento
farmacológico que van a mejorar la supervivencia de los pacientes.
Cirugía robótica
La cirugía robótica ha experimentado en los últimos tiempos
un importante crecimiento, tanto en el número de procedimientos como en
su innovación. Actualmente, con la incorporación de la última
tecnología al mundo de la salud, la cirugía robótica se ha erigido como
principal tratamiento para los cánceres de próstata, renales o de
vejiga. Según datos de Hospital Quirón Barcelona, «el 90% de los
pacientes que se trató mediante esta técnica quirúrgica no ha requerido
tratamiento complementario, dado que la enfermedad se encontraba dentro
de la glándula prostática y los márgenes de resección fueron negativos»,
afirma Miguel Ángel López Costea, urólogo de Hospital Quirón Barcelona y primer cirujano que intervino a un paciente con el robot Da Vinci en la sanidad privada catalana en 2011.
«La cirugía robótica ofrece múltiples ventajas en
comparación con la abierta y la laparoscópica. De entrada, te facilita
una mejor visión, ya que al integrar dos lentes da una visión en 3D que
permite una mejor relación espacial de los órganos», indican Antono
Alcaraz y Mireia Musquera, urólogos de Centro Médico Teknon. «Además, este sistema magnifica la imagen entre cinco y 10 veces,
siendo esta magnificación mayor que en la cirugía convencional. Esto
favorece una mejor identificación en las estructuras y una disección más
precisa», añaden ambos especialistas.
El novedoso sistema ayuda a hacer incisiones de pocos
centímetros para introducir instrumentos en miniatura, así como una
cámara que ofrece la imagen en tres dimensiones. Otras ventajas radican
en que el robot elimina el temblor natural y da la capacidad de
maximizar la precisión de los movimientos del cirujano. Al mismo tiempo,
esta técnica concede un mayor rango de movimientos, puesto que facilita
giros imposibles para la mano humana con tan poco espacio. Por último,
esta tecnología da un acceso a sitios muy difíciles para técnicas no
robóticas .
De cara al paciente, tal y como detalla Juan Morote, urólogo de Hospital Universitario Dexeus
y con una experiencia acumulada de más de 2.000 prostatectomías
radicales, «los beneficios de este método a la persona operada de cáncer
de próstata son la mejoría en resultados funcionales». Entre ellos
destaca «la recuperación precoz de la continencia urinaria y de la
potencia sexual».
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