La artrosis, más que una enfermedad
Un gallego impulsa en la
comunidad médica internacional el cambio de definición de la patología
para mejorar su diagnóstico y tratamiento
Infarto de miocardio, cardiopatía
isquémica, insuficiencia cardíaca, miocardiopatía, arritmias... Todas
son enfermedades con nombre, cada una con características propias y
tratamiento específico, porque aunque todas acaben afectando al mismo
órgano no existe la enfermedad del corazón en genérico. Y lo mismo
ocurre con la artrosis, uno de las patologías reumáticas más
incapacitantes. Todas acaban desgastando las articulaciones, el órgano
común, pero el proceso afecta de distinta forma a cada uno de sus
distintos tejidos. Cada afección debería considerarse como una
enfermedad propia. Esta realidad, sin embargo, no se ha tenido en cuenta
hasta el momento en la práctica médica, lo que impide un abordaje más
completo.
La situación está a punto de cambiar con la nueva
definición de la artrosis que acaba de proponer la Sociedad
Internacional para la Investigación de la Artrosis (Oarsi) en un
artículo publicado en OsteoArthritis and Cartilage, del que es
coautor el gallego Francisco Blanco, responsable del Grupo de
Investigación de Enfermedades Reumatológicas del Chuac y director del
Instituto de Investigación Biomédica de A Coruña (Inibic), además de
secretario general de la institución mundial.
«El nombre se mantiene, pero cambia la definición. Ya
no es una enfermedad degenerativa causada por el deterioro del
cartílago, sino una patología que engloba un conjunto de enfermedades
diferentes», explica Blanco. El cambio no es anecdótico, sino que tanto
este aspecto como otros que se recogen en el artículo suponen un nuevo
abordaje para el manejo, tratamiento y diagnóstico de la artrosis que
debería tenerse en cuenta en la práctica clínica. «Lo que se busca
-apunta el reumatólogo- es actualizar el conocimiento de la enfermedad
para que toda la población médica trabaje siempre igual y de forma
coordinada en beneficio del paciente. Es un antes y un después y
esperamos que abra nuevas posibilidades para mejorar el diagnóstico y el
tratamiento».
Diagnóstico molecular
Los especialistas tendrán que tener en cuenta ahora
que el daño en el órgano (la articulación) puede aparecer porque existe
un problema en cualquiera de sus tejidos (cartílago, ligamento, músculo,
hueso...) que al final acaba originando un daño orgánico que se deriva
en la pérdida de movilidad y calidad de vida.
También resulta importante el hecho de que la
artrosis quedará clasificada a partir de ahora en tres niveles con su
correspondiente definición: molecular, anatómico y clínico. El primero
supone un enfoque a tener en cuenta porque incide en la importancia del
diagnóstico precoz a partir de marcadores moleculares que alertan del
inicio de la enfermedad muchos años antes de que se produzca. El
desgaste de las articulaciones puede ocurrir incluso veinte años antes
de que se manifieste el daño físico y deja su huella en la liberación de
una serie de proteínas (hasta el momento se han identificado cinco) que
advierten del riesgo futuro. De momento ya se han definido cinco
proteínas que se pueden detectar con un simple análisis de sangre. Esta
prueba está disponible en algunos hospitales, como el de A Coruña,
aunque no en los centros médicos. «La idea es que en el futuro forme
parte de la rutina clínica», señala el director del Inibic. Tampoco
sería necesaria extenderla a todo el mundo, sino a poblaciones de riesgo
como obesos, deportistas o personas con antecedentes traumáticos. El
enfoque molecular también se espera que tenga incidencia en el
tratamiento, en la búsqueda de fármacos que no solo frenen del dolor,
sino que frenen el daño.
En la definición anatómica de la artrosis la novedad
más importante es que se incorpora y aconseja el uso de la resonancia
magnética (la radiografía ya está incluida) para detectar el daño
estructural y metabólico producido en las fases precoces. Por último, en
la clasificación clínica también se tiene en cuenta el sufrimiento del
paciente. Entra en juego la subjetividad.
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