La esclavitud y la arabización dejaron una huella genética en el norte de África y Andalucía
Bereberes ,árabes y andaluces no son tan diferentes genéticamente como se pensaba, fruto del impacto genético de las migraciones. Sus habitantes tienen marcas en el genoma de los grandes flujos migratorios, según un estudio liderado por el Instituto de Biología Evolutiva de Barcelona.
Ilustración sobre los bereberes / Daniel Rubio Arauna
El norte de África es el resultado de una multitud de migraciones a raíz de su posición estratégica entre tres continentes: separada del resto de África por el desierto del Sáhara, unida con Europa mediante el Mediterráneo, y conectada con Oriente Medio a través de la península arábiga. Las constantes migraciones durante miles de años han provocado que la genética de sus habitantes sea muy heterogénea. Ahora, los investigadores del Instituto de Biología Evolutiva (IBE) de Barcelona, un centro mixto del CSIC y la Universidad Pompeu Fabra (UPF), publican un artículo donde analizan las diferencias entre bereberes y árabes, y estudian las grandes migraciones a nivel genético.
Cada individuo tiene su pedigrí genético en el que se puede ver qué porcentaje de ADN procede de ancestros subsaharianos, europeos o asiáticos. Además, el grado de mezcla en el ADN permite deducir en qué momento tuvo lugar esa mezcla entre sus ancestros. Gracias a técnicas genómicas, científicos liderados por David Comas, investigador principal del IBE y director del Departamento de Ciencias Experimentales y de la Salud de la UPF, han podido leer estos grandes eventos históricos en el ADN de los norteafricanos actuales.
Por otro lado, los genomas de bereberes y de árabes del norte de África estudiados, unos 200 individuos en total, han resultado ser más similares de lo que se pensaba. Los bereberes han sido considerados históricamente como poblaciones autóctonas extendidas a lo largo del norte de África, según Comas: “probablemente en algún momento eran genéticamente diferentes, pero las distintas migraciones en la zona han provocado una gran mezcla y han diluido su diferenciación”. Aunque puntualiza que “estos resultados son estrictamente genéticos y no implican que los bereberes no tengan una identidad cultural y social muy diferenciada”.Desde un punto de vista histórico, los tres grandes flujos de personas en países como Marruecos, Túnez o Libia han sido la arabización en el siglo VII d. C.; el comercio de esclavos desde África subsahariana a partir del siglo I a. C. durante el Imperio Romano, y en el XVIII d. C., a causa del auge del tráfico hacia América. Los resultados demuestran que todos estos eventos tuvieron un impacto en el genoma de los habitantes de la región, ya que se pueden observar picos de flujo migratorio que coinciden con esas fechas.
La publicación es el resultado de una colaboración internacional con el University College London y cuatro universidades norteafricanas y cuenta con el apoyo económico de la Generalitat de Cataluña y el Ministerio de Economía y Competitividad. La revista Molecular Biology and Evolution es la líder en el campo de la biología evolutiva. De hecho, a nivel genético, los individuos de una misma población norteafricana han resultado ser muy diferentes entre ellos pese a ser geográficamente muy cercanos. La arabización, en el siglo VII d. C., así como otras migraciones, se extendieron por todo el norte de África, pero afectaron de manera diferencial dentro de una misma localización. Por ejemplo, “en los zenata, un grupo de bereberes del desierto de Argelia, la mezcla con individuos subsaharianos no ha afectado por igual a todos los individuos, posiblemente a causa de la estructura social”, explica Lara Rubio, estudiante de doctorando en el IBE y primera autora del artículo.
Referencia bibliográfica:
Arauna L.R.; Mendoza-Revilla, J.; Mas-Sandoval, A.; Izaabel, H.; Bekada, A.; Benhamamouch, S.; Fadhlaoui-Zid, K.; Zalloua, P.; Hellenthal, G.; and Comas, D. (2016). "Recent historical migrations have shaped the gene pool of Arabs and Berbers in North Africa".
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