Por resonancia magnética
Unos investigadores afirman haber encontrado el área del cerebro que responde al placebo
El hallazgo podría llevar al desarrollo de una medicación más personalizada para el dolor, según los científicos
Los científicos dicen que han localizado la región cerebral vinculada con el efecto placebo.
El efecto placebo se produce cuando una terapia falsa (como puede ser una pastilla de azúcar) lleva a una reducción significativa del dolor u otras mejoras relacionadas con la salud.
El hallazgo podría llevar a una mejora en el tratamiento para los 100 millones de estadounidenses que sufren de dolor crónico, señalaron los autores del estudio.
Mediante el uso de un nuevo tipo de IRM desarrollado para el estudio, los investigadores dijeron que habían identificado una región del cerebro que responde al placebo.
"La nueva tecnología permitirá a los médicos ver qué parte del cerebro se activa durante el dolor individual y elegir el medicamento específico que se dirija a este lugar", dijo la coautora del estudio, Vania Apkarian, profesora de fisiología en la Facultad de Medicina Feinberg de la Universidad de Northwestern, en Chicago.
"También proporcionará más medidas basadas en evidencias. Los médicos podrán medir el modo en que la región del dolor de los pacientes se ve afectada por el medicamento", dijo en un comunicado de prensa de la Northwestern.
Los investigadores dijeron que los hallazgos tienen el potencial de producir avances en el tratamiento personalizado del dolor que se basa en el modo en que el cerebro del paciente responde a un medicamento. Saber el modo en que reacciona el cerebro a un medicamento también podría llevar a que se realicen unos ensayos clínicos más precisos para los medicamentos para el dolor, al identificar y excluir a los pacientes con una alta respuesta al placebo, añadieron los investigadores.
"Dada la enorme carga social que supone el dolor crónico, ser capaces de predecir quién responde al placebo en una población con un dolor crónico podría ayudar a diseñar medicamentos personalizados y mejorar el éxito de los ensayos clínicos", dijo el coautor del estudio, Marwan Baliki, profesor asistente de medicina física y rehabilitación en la Northwestern.
El estudio aparece en la edición del 27 de octubre de la revista PLoS Biology.
El efecto placebo se produce cuando una terapia falsa (como puede ser una pastilla de azúcar) lleva a una reducción significativa del dolor u otras mejoras relacionadas con la salud.
El hallazgo podría llevar a una mejora en el tratamiento para los 100 millones de estadounidenses que sufren de dolor crónico, señalaron los autores del estudio.
Mediante el uso de un nuevo tipo de IRM desarrollado para el estudio, los investigadores dijeron que habían identificado una región del cerebro que responde al placebo.
"La nueva tecnología permitirá a los médicos ver qué parte del cerebro se activa durante el dolor individual y elegir el medicamento específico que se dirija a este lugar", dijo la coautora del estudio, Vania Apkarian, profesora de fisiología en la Facultad de Medicina Feinberg de la Universidad de Northwestern, en Chicago.
"También proporcionará más medidas basadas en evidencias. Los médicos podrán medir el modo en que la región del dolor de los pacientes se ve afectada por el medicamento", dijo en un comunicado de prensa de la Northwestern.
Los investigadores dijeron que los hallazgos tienen el potencial de producir avances en el tratamiento personalizado del dolor que se basa en el modo en que el cerebro del paciente responde a un medicamento. Saber el modo en que reacciona el cerebro a un medicamento también podría llevar a que se realicen unos ensayos clínicos más precisos para los medicamentos para el dolor, al identificar y excluir a los pacientes con una alta respuesta al placebo, añadieron los investigadores.
"Dada la enorme carga social que supone el dolor crónico, ser capaces de predecir quién responde al placebo en una población con un dolor crónico podría ayudar a diseñar medicamentos personalizados y mejorar el éxito de los ensayos clínicos", dijo el coautor del estudio, Marwan Baliki, profesor asistente de medicina física y rehabilitación en la Northwestern.
El estudio aparece en la edición del 27 de octubre de la revista PLoS Biology.
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