miércoles, 21 de diciembre de 2016

SI TE DIAGNOSTICAN CÁNCER...SERIAS OPTIMISTA ?

La depresión reduce la respuesta de los pacientes a la quimioterapia


Un nuevo estudio presentado en el Congreso de la Sociedad Europea de Oncología Médica concluyó que el estado emocional de los pacientes es fundamental en la respuesta al tratamiento. 

Al ser diagnosticados, muchos pacientes oncológicos experimentan una caída en su estado de ánimo y en numerosos casos terminan desarrollando depresión. Esa depresión, que puede ser esperable en pacientes que acaban de recibir un diagnóstico de una enfermedad como el cáncer, puede jugar un importante rol en cómo responderá el organismo al tratamiento, específicamente a la quimioterapia.
Una investigación presentada la semana pasada en el Congreso 2016 de la Sociedad Europea de Oncología Médica (ESMO) que se celebró en Singapur, muestra que los pacientes con depresión tienen cantidades disminuidas de una proteína denominada “factor neurotófico derivado del cerebro” (BDNF) en su sangre. Los niveles bajos hacen que los pacientes respondan menos a los fármacos contra el cáncer y sean menos tolerantes a los efectos secundarios.
“Es crucial que los médicos presten más atención al estado emocional y el humor de los pacientes. La depresión puede reducir los efectos de la quimioterapia y la proteína BDNF juega un rol importante en este proceso”, afirmó el autor principal del estudio, el doctor Yufeng Wu, del Hospital Oncológico de la Provincia de Henan en Zhengzhou (China).
Estados de ánimo bajos son frecuentes entre los pacientes con cáncer, especialmente en los enfermos terminales. La proteína BDNF es fundamental para una función cerebral sana, y sus bajos niveles ya se habían vinculado con enfermedad mental. En concreto, en este estudio se buscó ahondar sobre cómo influyó la depresión en los resultados de las personas con cáncer de pulmón.
Para ello, trabajaron con 186 pacientes recién diagnosticados que se trataban con quimioterapia. El día anterior al inicio del tratamiento, se les realizó un cuestionario en el que debían calificar sus niveles de depresión. Además, se recabaron otros datos sobre su calidad de vida, supervivencia en general, entre otros datos. Esto permitió a los investigadores comparar esta información con las puntuaciones de los estados de ánimo de los pacientes.
Los resultados mostraron que los participantes con mayor grado de depresión tenían las mayores tasas de metástasis y una tolerancia mucho menor a la quimioterapia. En consecuencia, estos pacientes presentaban una mayor frecuencia de vómitos y un menor recuento de glóbulos blancos, llegando a requerir estancias mucho más prolongadas en el hospital. Incluso, el impacto de esa depresión fue aún más significativo: de todos los participantes, los pacientes con depresión mayor presentaron el menor tiempo de supervivencia sin que progresara la enfermedad.
Además, los investigadores analizaron la relación entre el BDNF y el pronóstico de los pacientes. Observaron una clara relación entre los niveles de esta proteína y el número de células tumorales eliminadas por la quimioterapia. Tal es así que los pacientes con depresión grave tuvieron menores niveles de BDNF en sangre, lo que provocó que sus organismos fueran menos efectivos a la hora de combatir el cáncer. “Esto provocó que tuvieran menores oportunidades para sobrevivir a la enfermedad”, afirman los autores.
Ante este escenario, los investigadores concluyen que el tratamiento antidepresivo debe convertirse en una prioridad en los pacientes oncológicos, no sólo por su calidad de vida sino porque aumenta su riesgo de mortalidad. “Nuestro objetivo ahora será prescribir fármacos como la fluoxetina a los pacientes deprimidos y evaluar su sensibildiad a la quimioterapia”, afirmó Wu.

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