España duplica en siete años el consumo de fármacos opioides
La prescripción médica del potente fentanilo creció un 65% entre el 2008 y el 2015
En EEUU, cuatro de cada cinco heroinómanos empezaron con estas sustancias con receta
María Jesús Ibáñez / Barcelona
Envase de fentanilo, uno de los opioides que mayor incremento de uso ha registrado en España. /
periodico
El derivado que mayor aumento registró fue el tramadol (y sus combinaciones), indicado para tratar dolores de intensidad de moderada a grave, especialmente para aliviar lumbalgias. También creció el uso del tapentadol, una sustancia autorizada en España desde el 2010, con efectos analgésicos que se encuentran a medio camino entre el tramadol y la morfina. Este subgrupo farmacológico experimentó un aumento del 105% en siete años, señala el informe de la agencia del medicamento que expone sus conclusiones a partir de datos correspondientes al 2015 (los últimos disponibles). Su consumo representa ya el 65,7% del consumo total de estas sustancias.
Otro de los subgrupos de alto uso en España es el de los derivados de la fenilpiperidina, entre los que destaca el fentanilo, de gran potencia, muy rápido efecto y altamente adictivo. El aumento de este derivado, de un 62%, se explica, según la agencia del Ministerio de Sanidad, "por la gran oferta de presentaciones y formas farmacéuticas disponibles".
Valoraciones discrepantes
El debate entre los médicos sobre si hay que poner freno de inmediato a esta situación arroja valoraciones contradictorias. Mientras la Sociedad Científica Española sobre el Alcoholismo y otras Toxicomanías alerta del preocupante avance en el número de pacientes con dependencia a analgésicos opioides de prescripción, desde el ámbito académico hay quien asegura que la expedición de recetas de estos medicamentos en España está bajo control. "El incremento obedece al alto porcentaje de población que padece dolor crónico, fundamentalmente dolores articulares, de duración prolongada", alegaba recientemente el profesor de la Universidad de Alcalá de Henares Cecilio Álamo.Ana Isabel Henche, médico de la Unidad de Conductas Adictivas en Toledo, coincidía en que aquí, a diferencia de lo ocurrido en EEUU, el problema no es de sobreprescripción. En España, el asunto es más estructural. "Si un traumatólogo, por ejemplo, receta un opioide por un dolor de espalda que precisa de intervención, y la intervención se retrasa hasta tres años, porque hay lista de espera, ese paciente continúa con el tratamiento durante un tiempo excesivo, con lo que el riesgo de adicción aumenta", reflexionaba Henche.
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