Vivir cerca de espacios verdes se asocia con una mayor atención infantil
Un investigación
realizada en Cataluña analiza por primera vez la exposición residencial
continuada de niños y niñas a espacios naturales. Los
resultados muestran que aquellos con mayor contacto con espacios
verdes alrededor de sus viviendas presentaban mejores resultados en las
pruebas de capacidad de la atención.
Los espacios
verdes dentro y alrededor de las escuelas podrían mejorar el desarrollo
cognitivo de los niños y niñas. / Michael Podger - Creative Commons
Los entornos naturales, incluyendo los espacios verdes, pueden tener beneficios para el desarrollo del cerebro, pero la evidencia científica en la infancia es todavía limitada. Un trabajo anterior de ISGlobal ya indicaba que los espacios verdes dentro y alrededor de las escuelas podrían mejorar el desarrollo cognitivo de los niños y niñas entre 7 y 10 años.
La investigación actual se propuso ampliar el foco y estudiar el impacto de los espacios verdes de alrededor de las viviendas en el desarrollo cognitivo de los niños y niñas, desde su nacimiento y en etapas más tempranas de su vida.
El análisis, publicado en la revista Environment Health Perspectives, se basó en datos de 1.500 niños y niñas de las cohortes de nacimiento del Proyecto INMA (Infancia y Medio Ambiente) en Sabadell y Valencia, recogidos entre los años 2003 y 2013.
Aunque se trata de un trabajo pionero, los autores consideran necesario realizar más estudios con vegetaciones y climas diversos
El equipo de ISGlobal analizó la cercanía residencial a espacios
verdes –100, 300 y 500 metros alrededor de las viviendas–, en el momento
del nacimiento, a los 4 o 5 años, y a los 7 años. Se realizaron dos
tipos de test de evaluación de la capacidad de atención a los 4-5 y a
los 7 años de edad.Estudio pionero
Los autores observaron que los niños y niñas que tenían una exposición continuada mayor a espacios verdes alrededor de sus viviendas presentaban mejores resultados en las pruebas de la capacidad de la atención.
Payam Dadvand, investigador de ISGlobal y primer autor del estudio, destaca que se trata de “la primera vez que se estudia el impacto de la exposición residencial a espacios verdes desde el nacimiento en la capacidad de atención de los niños y niñas”. Esta investigación “demuestra la importancia de las zonas verdes en las ciudades para la salud y el desarrollo del cerebro infantil”, señala Dadvand.
Por otro lado, Jordi Sunyer, coordinador del estudio y jefe del programa de Salud Infantil de ISGlobal, apunta que “la posibilidad de que la exposición a diferentes tipos de vegetación tenga diferentes impactos en el desarrollo neurológico sigue siendo una pregunta abierta para futuros estudios”. De esta manera, Sunyer considera que es necesario realizar más estudios en otros entornos con vegetaciones y climas diversos.
“Los espacios verdes en las ciudades promueven vínculos sociales y actividad física, así como también disminuyen la exposición a la contaminación del aire y el ruido. Por tanto, son imprescindibles para el desarrollo de los cerebros de las nuevas generaciones”, concluye el coordinador del estudio.
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