Becky G y el problema del pop con las canciones sobre penes enormes
Algunas asociaciones civiles de América Latina han solicitado la retirada de la canción alegando "incitación a la pedofilia"
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Comer penes desproporcionados
La chispa que ha encendido el fuego es un vídeo tomado con el móvil donde se ve a un grupo de menores en un patio escolar cantando a voz en cuello el éxito de Becky G. Curiosamente, el rechazo a esta canción une a dos grupos presuntamente antagónicos, las asociaciones por los valores tradicionales y el feminismo más moderno. La página web Jenesaispop publicaba estos días un duro texto de condena, que se colocó como el articulo más visto del día. Reproducimos un fragmento: "La canción trata, efectivamente, de comer penes desproporcionados. Verbaliza esa fantasía porno según la cual a las mujeres nos encanta que nos introduzcan vergas gigantescas por la boca, que adoramos que nos desencajen las mandíbulas, que nos atraganten, nos asfixien", explica la autora, Mireia Pería.La canción trata de esa fantasía porno según la cual a las mujeres nos encanta que nos introduzcan vergas gigantescas por la boca
Curiosamente, su denuncia coincide con un comentario del rockero Fito Cabrales lamentando que el actual ambiente de corrección política hubiese llevado a Javier Gurruchaga a tomar la decisión de no interpretar en vivo su éxito 'Ellos las prefieren gordas' por miedo a las reacciones de rechazo que pudiera provocar. Tanto Becky G como la Orquesta Mondragón utilizan un juego de dobles sentidos, donde podemos interpretar que se refieren a penes grandes o bien a señoras con sobrepeso –caso de los vascos– o a los besos de su amante mayor –caso de la californiana–. En realidad, estamos ante un viejo problema de la historia del pop. Recordemos que la escena de apertura de 'Reservoir dogs', primera película de Quentin Tarantino, consiste en un tenso diálogo sobre si 'Like a Virgin' de Madonna trata sobre una chica tímida que encuentra un amante sensible o sobre la primera vez que la protagonista disfruta una verga extragrande. Triunfa la segunda interpretación.
Doble rasero pop
Hay una frase realmente reveladora en el artículo de Jenesaispop. La autora aclara que "el problema realmente no es el género musical, sino esa imagen traspasada a las cantantes, dirigidas principalmente a las mujeres (y, más en concreto, a niñas y adolescentes) y que venden fantasías masculinas heterosexuales, pensadas por hombres, reflejando imaginarios masculinos y que perpetúan unos roles repugnantes". Cuesta creer que no tenga que ver con el género musical, ya que la web donde se publica el texto promociona extensamente a divas pop como Britney Spears, que se hizo famosa por aparecer en vídeos interpretando a una explosiva colegiala sexy.Jenesaispop también ha dedicado varios artículos elogiosos a Serge Gainsbourg, icono pop conocido por su glamurización de la pedofilia, especialmente en canciones como 'Lemon Incest' o 'Les Sucettes' (piruletas de anís), que presentan dobles sentidos mucho más crudos sobre sexo oral o incesto. La última la interpretó en 1985 como dueto con su hija Charlotte Gainsbourg cuando esta solo tenía catorce años. El doble rasero es evidente: ¿tenemos que creernos que las campañas censoras contra artistas de reguetón no tienen que ver con el desprecio a la música comercial latina? Parece que la extensa relación del pop con la reproducción de fantasías masculinas solo molesta cuando viene de una artista con raíces al sur de Miami.
Libertad de expresión
Otra pregunta fundamental es por qué son las artistas femeninas quienes más sufren este tipo de campañas y censuras. El rapero valenciano Nega publicaba un tuit que resume bien el problema, con el estilo macarra que le caracteriza: "Lo de prohibir 'Mayores' de Becky G es como un reflejo 2.0 del 'Me gusta ser una zorra' de Las Vulpes, es decir, como si no hubieran pasado 35 años. Y si le añades un poquito de clasismo hacia lo latino y el reguetón y una mujer libre, los cuñados implosionando sobre sí mismos".Lo de prohibir 'Mayores' es un reflejo 2.0 del 'Me gusta ser una zorra' de Las Vulpes. Los cuñados implosionan sobre sí mismos
Precisamente, las diversas acusaciones contra la letra (exaltación de la pedofilia, promoción de las fantasías masculinas, peligro para los menores) son un zafarrancho de reproches que nunca se aplican al pop francés o anglosajón. Nega recuerda a Las Vulpes, grupo femenino que sufrió un feroz ataque de la derecha española en 1983 cuando interpretaron en TVE su canción 'Me gusta ser una zorra'. El diario ABC les dedicó un editorial demoledor, pidiendo al Gobierno que tomase medidas, lo que se tradujo en la desaparición del espacio televisivo 'Caja de ritmos'. Es evidente que a las mujeres se les permite un margen de libertad mucho menor al expresarse, vestirse y actuar. El arranque de la carrera de Gloria Trevi escandalizó a México con un material que hoy nos parece más entrañable que condenable.
Durante la trama, Becky G. se debate entre un amante joven y otro maduro, para decidirse finalmente por el último. Suben a la habitación y ella le ata a la cama para algún tipo de juego sexual. Una vez inmovilizado, ella le roba joyas y fajos de billetes y se marcha… con su joven amigo Bad Bunny. "Uno de los principales malentendidos respecto al feminismo consiste en creer que su objetivo es acabar con la masculinidad. Evidentemente, el objetivo del feminismo no es acabar con la masculinidad, sino con la desigualdad y los privilegios ganados por nacer hombre", explica el periodista y novelista Antonio J. Rodríguez, responsable del texto.
Es razonable valorar a partir de qué edades puede permitirse el contacto de los menores con contenidos sexualmente explícitos, pero tampoco olvidemos que estas canciones contienen dobles sentidos tirando a inocentes. Además la mayoría de los menores saben distinguir entre la fantasía y la realidad. Parece improbable que vayan a tomar el ripio de una canción pop como un mandamiento vital.
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