Sospechas por los pagos de la industria a las revistas médicas especializadas
Los médicos españoles debaten sobre el impacto de la financiación de las farmacéuticas a las publicaciones de referencia y su impacto en las guías de actuación
Cerca de dos tercios de las principales revistas médicas especializadas de Estados Unidos recibieron grandes cantidades de dinero de la industria farmacéutica desde 2013 a 2016. Alguno de sus editores, hasta 11 millones de dólares. Las nuevas leyes de transparencia aprobadas en ese país, al igual que en Europa, permiten recopilar estos datos, en este caso, al 'British Medical Journal', que publicó la información a finales del pasado mes de octubre. Un estudio detallado por publicación (hasta 52 son las revistas que percibieron dinero, todas ellas muy prestigiosas y de referencia en su sector) y especialidad cuyos resultados resultan bastante sorprendentes y para algunos facultativos “alarmantes y escandalosos, incluso casi apuntan a lo delictivo”.
El pasado 5 de enero, el prestigioso catedrático de imagen cardíaca de la Universidad Complutense de Madrid Miguel Ángel García Fernández, entre otros muchos doctores, lo compartió en sus redes sociales sin añadir ningún comentario. También bastantes facultativos españoles han participado activamente en el debate que se ha generado sobre las posibles consecuencias de esta financiación a los medios que hablan y recomiendanlos medicamentos que fabrican las mismas empresas que en mucha medida los financian. “Muchas de esas publicaciones no tienen una política clara y transparente que explique su manera de financiarse”, señalan los especialistas. Algunos apuntan a prácticas fraudulentas e, incluso, directamente delictivas. Los editores de estos medios deciden cuestiones clave como a qué estudios se les da prioridad y por tanto mucha mayor difución y visibilidad.
Una guía médica, con sus nuevos parámetros, colocaba bajo la etiqueta de enfermos a casi la mitad de la población
Algunos de los doctores españoles consideran que este tipo de relación monetaria explica en gran medida los “sorprendentes” cambios en algunas guías médicas. Por supuesto, también hay muchos otros que reivindican la utilidad e independencia de las mismas y que se lamentan de que se "esparzan sospechas". Carlos Martínez, cardiólogo, apunta por ejemplo a la última sobre la hipertensión en EE UU, que con sus nuevos parámetros, colocaba bajo la etiqueta de enfermos a casi la mitad de la población, por lo tanto, a muchísima más gente susceptible de recibir medicación. “Así se explican muchas de estas revisiones”, precisa Martínez.
En concreto, la citada guía de la hipertensión “tiene cosas tremendamente discutibles”, explica el cardiólogo. Y casi todas ellas apuntan a un interés de las farmacéuticas. “Algunas cosas son incluso contraproducentes. La más sangrante es la de considerar enfermo a un mayor de 80 años con 13 o 14 de tensión con base en un solo estudio clínico que además mostró efectos secundarios. Eso va en contra incluso del sentido común médico porque puede provocar daño renal, cerebral e incluso llevar a la muerte”.
Cardiología, la más financiada
El debate sobre la relación entre médicos y la industria es en general bastante complejo y mezclado. “Se tienden a confundir conceptos y a meter todo en el mismo saco, de tal manera que se señala al doctor como un tipo enriquecido gracias a oscuros intereses y eso no es lo habitual”, apunta Martínez, que cree que “conviene diseccionar el debate y no juntar todo en el mismo saco”. Se refiere a los abundantes foros en los que se discute la prohibición de que se sufrague a los médicos su presencia en eventos de tipo académico, cosa que algunos lobbies de la industria médica (en concreto, la unión de empresas de tecnología Eucomed) ya han dicho que lo dejarán de hacer desde este año 2018.
Las leyes de transparencia, tanto en Estados Unidos como en Europa, aún dejaban fuera casi el 80% de los montantes que se pagaban
Precisamente, por especialidades es cardiología la que arrojó una mayor cantidad de dinero invertido por la industria en un solo individuo, según el promenorizado estudio del BMJ. Un solo editor de una revista enfocada en esta especialidad cobró más de diez millones de dólares. El siguiente pago más cuantioso a un solo individuo fue a un especialista en ortopedia, con algo más de un millón y medio. Con la suma total, es endocrinología la que lidera el montante percibido. Sorprendentemente, apunta el artículo original del 'BMJ' "no hemos hallado montantes tan elevados en especialidades que exigen mucha investigación y esfuerzos como oncología".
Algunos de los médicos que han participado en los debates en las redes de estos días ironizaban: "Nadie se lo podía esperar". Lo cierto es que el primer estudio de la publicación británica denunciando estas prácticas data de 2016 y su ampliación, de hace algo más de dos meses. Las recientes leyes de transparencia, tanto en Estados Unidos como en Europa, aún dejaban fuera casi el 80% de los montantes que se pagaban a los doctores por diversos conceptos amparándose en la ley de protección de datos. Sin embargo, eso ya no va a ser así a partir de este año de 2018, pues Farmaindustria ha recibido autorización para desglosar los pagos de la Agencia Española de Protección de Datos. Antes ya se hacían públicos los de aquellos que autorizaban voluntariamente a ello.
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