Irlanda pone fin a una de las leyes sobre aborto más restrictivas de Europa tras un referendo histórico
Irlanda acabó con lo que muchos consideran uno de sus "últimos tabús".
Los irlandeses votaron mayoritariamente en un referéndum celebrado el viernes a favor de acabar con una de las leyes sobre el aborto más restrictivas de Europa, que únicamente permite esta práctica en caso de riesgo para la vida de la madre, pero no en casos de violación, incesto o anomalías fetales fatales.
El 66% de los electores votó a favor de anular la parte de la Constitución, conocida como la Octava Enmienda, que establece que un no nacido tiene el mismo derecho a la vida que una mujer embarazada.
El número de apoyos obtenido por los partidarios del cambio normativo duplicó virtualmente al de quienes se oponían, que alcanzaron 33,6% de los votos.
También se registró un alto porcentaje de participación de 64,1% del electorado, el más alto desde la consulta realizada en 1996 sobre la legalización del divorcio.
El referendo realizado el viernes pasado fue el resultado de un debate de décadas sobre el aborto en la República de Irlanda y fue la sexta votación en el país sobre el tema.
Largo debate
A los participantes en el referéndum del viernes se les preguntó si querían derogar o conservar la controvertida Octava Enmienda, introducida después de un referéndum en 1983.
El actual texto "reconoce el derecho a la vida de los no nacidos teniendo en cuenta igual derecho a la vida de la madre", lo que significa que la vida de la mujer y el no nacido se ven como iguales.
Desde 2013, las interrupciones de embarazos estaban permitidas en Irlanda, pero solo cuando la vida de la madre estaba en riesgo, incluido el suicidio.
La pena máxima por realizar un aborto ilegal era de 14 años de prisión.
En 2017, la Asamblea de Ciudadanos, un organismo creado para aconsejar al gobierno irlandés sobre cambios constitucionales, votó a favor de reemplazar o enmendar la parte de la Constitución de Irlanda que limita estrictamente el aborto.
Así, se consultó a los irlandeses si querían eliminar la Octava Enmienda y permitir a los políticos establecer las leyes de aborto en el país en el futuro.
Cerca de 3,2 millones de irlandeses estaban llamados a las urnas.
Según un borrador del gobierno irlandés, la nueva legislación prevé permitir abortos sin restricciones durante las primeras doce semanas de embarazo.
Después, hasta la semana 24 de embarazo, los abortos solo se permitirán cuando exista un riesgo para la vida de la madre o un daño grave a su salud física o mental.
Los abortos también se permitirán en casos de anomalías fetales fatales.
Revolución silenciosa
Ante los resultados de las encuestas a boca de urna que anticipaban un triunfo del sí, el primer ministro de Irlanda, Leo Varadkar, celebró la votación.
"Lo que hemos visto es la culminación de una revolución silenciosa que ha estado ocurriendo en Irlanda durante los últimos 20 años", dijo.
Añadió que los electores de ese país "respetan y confían en que las mujeres tomarán las decisiones correctas en relación con el cuidado de su propia salud".
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