jueves, 22 de noviembre de 2018

TODO POR REESCRIBIR

Un gran avance reescribirá la historia de «La Cuna de la Humanidad», en África

Un estudio ha logrado datar los fósiles de un gran yacimiento situado en Sudáfrica, lo que pondrá en el foco de atención un gran número de restos cuya antigüedad no podía deducirse





Además, ocurre que la mayoría de lo que sabemos sobre esas etapas tempranas se ha averiguado en los yacimientos del Este de África, en la región del lago Turkana, en la formación Hadar y en la garganta de Olduvai (situados en Kenia, Etiopía y Tanzania, respectivamente). También hay un yacimiento muy importante al sur, 40 kilómetros al norte de la ciudad de Johannesburgo (Sudáfrica), llamado
 «La Cuna de la Humanidad». Es un vasto complejo de cuevas donde se acumula el 40 por ciento de todos los fósiles de los ancestros humanos, y que resulta crucial para comprender las etapas más tempranas de la evolución. Sin embargo, se da la circunstancia de que la naturaleza de la región dificulta poder establecer la antigüedad de los fósiles, por lo que no existe consenso y resulta muy difícil reconstruir la historia y las circunstancias climáticas en las que existieron aquellos antepasados de los humanos.¿Cómo surgió el hombre moderno? ¿Cómo vivieron los primates en los que la evolución fue esculpiendo poco a poco un cerebro más grande, o aquellos que, por primera vez, caminaron sobre dos piernas? ¿Fue el clima la fuerza que les empujó a cambiar, o fueron innovaciones en su alimentación o mutaciones genéticas aleatorias? Este tipo de preguntas solo pueden responderse por medio del estudio de los fósiles de nuestros antepasados. Los fósiles «humanos» más antiguos, que son los que pueden ayudar a responder a esas preguntas, están en yacimientos situados en África, el lugar del que todos procedemos, justo en aquellos lugares concretos donde las condiciones permitieron que los restos fosilizaran.
Ahora, una investigación que se acaba de publicar en la revista Natureha logrado establecer por fin un marco temporal claro para todos los fósiles de «La Cuna de la Humanidad». Esto permitirá cerrar muchas de las dudas y discrepancias que existen en este momento y permitirá reescribir los capítulos de esta antigua historia del hombre, marcada por seres a los que se puede llamar homininos y entre los que había representantes de los géneros AustralopithecusParanthropus y Homo.


«Esta es la primera vez en la que tenemos edades para todas esas cuevas y fósiles del sur de África», ha explicado a ABCRobyn Pickering, primera autora del estudio e investigadora en la Universidad de Ciudad del Cabo (Sudáfrica). «Hasta ahora teníamos antigüedades para uno o dos fósiles, pero en este artículo proponemos un modelo para comprender la historia de formación de las cuevas en toda la región».

Fotografía de Robyn Pickering
Fotografía de Robyn PickeringJayne Wilkins

¿Por qué es importante esto? Porque pueden usar esta información para establecer la antigüedad de un gran número de fósiles de los ancestros humanos y, además, descubrir más cosas sobre cómo el medio ambiente cambió en esas épocas.

Huecos en el registro fósil

En este sentido, de hecho, Pickering ha dicho que las rocas de las cuevas de «La Cuna de la Humanidad» les permiten sostener que «el clima pasó de épocas secas, como hoy, a épocas mucho más húmedas». Y que, además, lo hizo en seis ocasiones, en periodos cuya antigüedad van de los 3,2 a 1,3 millones de años.
Algo muy relevante que han constatado es que los fósiles hallados hoy en día proceden de épocas en las que las cuevas estaban secas, y que, cuando estaban húmedas, no era posible que se formaran. Por este motivo, estos ciclos climáticos hacen que hoy en día existan auténticos huecos en el registro fósil y que, por tanto, el estudio de dichos restos esté sesgado y solo tenga en cuenta las épocas más secas. Sencillamente, no se puede saber qué ocurrió durante los momentos húmedos porque no quedaron restos.

«Ahora, el registro fósil del sur de África se puede unir a la conversación y volver a estar en el foco de atención»

La película de la evolución humana

Con todo, esta investigación permite, según la directora del estudio, «unir los hallazgos de cuevas separadas y crear una mejor imagen de la historia evolutiva del sur de África». Si hasta ahora las grandes preguntas sobre la evolución del hombre se habían contestado con los fósiles del Este de Africa, «ahora, con este artículo, el registro fósil del sur de África se puede unir a la conversación y volver a estar en el foco de atención», ha dicho Robyn Pickering.
Si había esta gran diferencia entre el sur y el este de África, es porque los yacimientos de oriente continental tienen la gran ventaja de estar situados sobre estratos formados por cenizas volcánicas procedentes de múltiples erupciones, lo que facilita mucho establecer dataciones con una gran precisión.

Gruesas capas de coladas en una de las cuevas de «La Cuna de la Humanidad», situadas sobre sedimentos rojos de épocas secas
Gruesas capas de coladas en una de las cuevas de «La Cuna de la Humanidad», situadas sobre sedimentos rojos de épocas secas - Robyn Pickering

Pero no hay nada de esto en Sudáfrica. En lugar de eso, los investigadores tuvieron que analizar gruesas coladas situadas en el contexto geológico de los yacimientos, y cuya antigüedad puede ser establecida a partir de técnicas de datación por radioisótopos. Estas coladas, que pueden dar lugar a estalactitas o estalagmitas, se forman en épocas en que el agua es muy abundante y disuelve minerales, generando precipitados con formas asombrosas.
«En este estudio hemos usado las coladas de las cuevas como si fueran casi las capas de ceniza en África oriental», ha dicho en un comunicado Andy Herries, coautor del estudio e investigador en la Universidad La Trobe (Australia). «Esto nos permite relacionar directamente sus secuencias y los fósiles dentro de una secuencia regional».

Cambios en el clima

Como ya se ha comentado antes, los investigadores observaron que dichas coladas se formaron en seis épocas diferentes, en un periodo que va de los 3,2 millones de años de antigüedad a los 1,3.
Los periodos húmedos fueron seguidos de temporadas más secas, en las que la cobertura vegetal del entorno de las cuevas podría haberse debilitado, favoreciendo la erosión y la apertura de las cuevas, lo que explicaría por qué en esas temporadas las cuevas se llenaron de capas de sedimentos que hoy pueden verse en los cortes estratigráficos, y que son el ingrediente que conservó los fósiles.
Si se ha averiguado todo esto ha sido gracias a una técnica de datación basada en análisis de uranio y plomo, que han permitido datar 28 capas de coladas, situadas justo en estratos donde no hay restos humanos (recordemos, porque se formaron en épocas húmedas que no favorecieron la formación de fósiles).

La importancia del estudio

El trabajo despachado aquí en unas pocas líneas es resultado de 13 años de trabajo y de la colaboración de 10 científicos de Sudáfrica, Australia y Estados Unidos. Según ha dicho en un comunicado Bernard Wood, investigador en el Centro de Estudios Avanzados de Palebiología Humana de la Universidad George Washington, y no implicado en este estudio: «Robyn y su equipo han hecho una gran contribución a nuestra comprensión de la evolución humana. Este es el avance más importante desde que los propios fósiles se descubrieron. Poder datar los fósiles importa mucho. El valor de las pruebas de África del Sur se ha incrementado muchas veces gracias a este estudio».

Pero la curiosidad por saber de dónde viene el hombre no acaba aquí. Robyn Pickering ha dicho que ahora irá detrás de una gran cantidad de yacimientos situados en Sudáfrica y que no están en cuevas si no en campo abierto. «Lo que encuentro fascinante de datar cuevas es que todo el mundo me dijo que era imposible, pero ahora estoy lista para un nuevo reto. (...) Estoy convencida de que podemos datar los sitios arqueológicos de campo abierto». ¿Qué descubriremos sobre los orígenes del hombre a partir de ahora?

No hay comentarios: