miércoles, 5 de diciembre de 2018

LA CIENCIA-FICCIÓN TENIA RAZÓN Y LA RELIGIÓN NO


Representación de varios de los sistemas solares detectados en esta ocasión
Representación de varios de los sistemas solares detectados en esta ocasión - J. Livingston

Confirman la existencia de 100 nuevos mundos

Investigadores han constatado la existencia de 104 exoplanetas. Hay objetos pequeños como la Tierra y grandes como Júpiter. Algunos estarían tan calientes como la lava, pero otro serían más agradables






Precisamente esta semana, un equipo de internacional de astrónomos
 ha confirmado la existencia de 104 exoplanetas, de los cuales 60 han sido descubiertos en esta ocasión. En un par de artículos que han publicado en The Astronomical Journal ( 1 y 2), y que han sido dirigido por John Livingston, han presentado la considerable diversidad de estos mundos y la importancia del papel que tendrán tanto en la ciencia de los exoplanetas como en la búsqueda de vida (la astrobiología). «Hemos batido nuestro viejo record con este último artículo», ha dicho un orgulloso Livingston.Hoy sabemos que en la Vía Láctea hay cientos de miles de millones de exoplanetas, mundos que giran en torno a estrellas distantes igual que la Tierra lo hace alrededor del Sol. Por el momento, se han detectado 3.848 de ellos en un total de 642 sistemas solares. La ingente tarea de cartografiar la galaxia, que se seguirá abordando durante décadas, se basa en la detección indirecta de estos mundos, lo que se traduce en el hallazgo de «exoplanetas candidatos». No es hasta que llegan más observaciones, a través de distintas técnicas y observatorios, cuando se puede confirmar la existencia de dichos candidatos, para convertirlos en «exoplanetas confirmados».


Las detecciones fueron realizadas por científicos de la Universidad de Tokio (Japón) y del Centro de Astrobiología del Insituto Nacional de Ciencias Naturales (también en Japón). partieron de la tarea de examinar un total de 155 candidatos a exoplanetas hallados por eltelescopio espacial Kepler, ya fuera de servicio, durante la campaña K2, que comenzó en 2013. También han recurrido a los datos de la misión Gaia, de la Agencia Espacial Europea (ESA).


¿Cómo se cazan los exoplanetas?

Por una parte, Kepler les dio datos sobre la luz estelar (fotometría), con los que pudieron averiguar si había mundos pasando delante de ellas, gracias a los pequeños eclipses que generan y que se conocen con el nombre de tránsitos. Por otra parte, Gaia les dio información muy precisa sobre la posición de las estrellas (astrometría), para saber si estos soles se movían a causa del tirón gravitacional mundos a su alrededor.
En realidad, los hallazgos han sido posibles gracias a una tecnología muy sofisticada, que implica óptica adaptativa e interferometría de gran precisión, capaz de analizar la escueta señal lumínica procedente de mundos lejanos incluso a través de la atmósfera terrestre, un filtro natural que distorsiona la radiación.

Decenas de nuevos mundos

Entre los mundos detectados, hay planetas del tamaño de Mercurio y otros tan grandes como Júpiter. Algunos podrían estar a la temperatura de la Tierra (si tuvieran una atmósfera que lo permitiera), mientras que otros tendrían temperaturas similares a Venus o incluso a las de la lava. Cuatro de ellos constituyen un sistema solar en torno a la estrella K2-187.

Reprsentación artística del sistema solar hallado en la estrella K2-187
Reprsentación artística del sistema solar hallado en la estrella K2-187 - NASA/JPL-Caltech/R. Hurt, T. Pyle (IPAC), UTokyo/J. Livingston

Siete de los 104 exoplanetas hallados se caracterizan por tener periodos ultracortos, de menos de 24 horas, que indican que están extremadamente cerca de sus estrellas y que sus años son más cortos que los días terrestres. Lo interesante es que este hecho supone un reto para las teorías que tratan de explicar la formación de exoplanetas, puesto que contemplan escenarios donde los mundo están mucho más cerca de sus soles. Por tanto, estos hallazgos serán relevantes para impulsar avances en estas teorías.
Además, la investigación dirigida por John Livingston ha confirmado la existencia de 18 planetas rocosos con una masa menor al doble de la terrestre y algunos sistemas solares con varios exoplanetas. Por el momento, de hecho, se han encontrado sistema planetarios de hasta ocho exoplanetas.


Además de descubrimientos, también han hallado falsos positivos. De los 155 analizados, 18 resultaron no ser exoplanetas, sino señales procedentes de estrellas binarias durante sus eclipses.

Un futuro prometedor

La campaña K2 comenzó en 2013 y finalizó hace una semanas, cuando la NASA tuvo que poner fin al servicio del telescopio espacial Kepler cuando se quedó sin combustible para maniobrar y apuntar. Sus últimas observaciones y muchas de las anteriores aún están siendo analizadas. Recientemente han permitido hallar alrededor de 360 nuevos exoplanetas candidatos. «Extrapolando nuestro análisis –ha dicho Livingston, recordando que han confirmado 104 exoplanetas en una lista de 155 candidatos– estimamos que existen cientos de planetas por confirmar en estos datos de K2».
La mayoría de los casi 3.900 exoplanetas conocidos han sido descubiertos por Kepler, un cazador de mundos especializado en observar estrellas brillantes y exoplanetas grandes de periodo corto. Aunque este ya está fuera de servicio, la nueva misión TESS, de «Transiting Exoplanet Survey», hará un amplio barrido para analizar estrellas más cercanas y también exoplanetas de periodo corto. En la próxima década o un poco más allá, entrarán en servicio nuevos observatorios terrestres y espaciales (como el telescopio espacial James Webb o los europeos PLATO y CHEOPs) que revolucionarán por completo lo que se sabe sobre los exoplanetas. El catálogo de mundos lejanos aumentará en decenas de miles y se comenzará a analizar con precisión la atmósfera de muchos de estos lugares, lo que será crucial para entender cuál es su naturaleza y su historia y si podrían albergar vida.

Varios años después, la tecnología permitirá detectar y quizás observar una «Tierra 2.0», un mundo pequeño y rocoso, a una distancia apropiada para albergar agua de una estrella amarilla, como el Sol. Por entonces podremos deducir si la vida es o no abundante en nuestra galaxia.

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