1) Los orgasmos vaginales son los más comunes: creer que hay una manera “adecuada” y normal de llegar al clímax es una tontería. Muchas mujeres creen que por no lograr una orgasmo a partir de la penetración, son frígidas o les falta algo. No es verdad, dice Marina Castro: “El 80% de las mujeres no tiene orgasmos sólo con eso. Es necesaria la estimulación de alguna otra zona erógena como el clítoris, los pechos… para poder llegar a un nivel de placer elevado”, explica. Un orgasmo es un orgasmo, independientemente de por dónde llegue.
2) Todo es cuestión de piel: mentira. La fantasía es fundamental. La estimulación psicológica cumple un papel central en la excitación femenina. Y, también, en el varón: es un combustible erótico clave.
3) El clítoris es un botón: la definición más adecuada sería decir que es una especie de raíz. Sus terminaciones nerviosas llegan hasta la entrada de la vagina.
4) Si no sos multiorgásmica, no existís: hay mujeres que pueden tener dos, tres o cuatro orgasmos seguidos, pero también hay muchas que después de experimentar placer no desean ni soportan que les estimulen de nuevo, porque la sensibilidad en la zona es muy alta. Por tanto, ni se aprende a tener un multiorgasmo ni el multiorgasmo es una propiedad inherente a la naturaleza femenina. Si las pasás bomba con uno, alcanza. Nada de maratones ni de competencias: se trata de pasarla bien, y encontrar la manera propia de hacerlo es sinónimo de felicidad. Si te interesa explorar la posibilidad de tener orgasmos múltiples, Alessandra Rampolla comparte algunos tips con Entremujeres.
5) Si no gritás, no sentís: el cine y la tele venden un modelo de orgasmo de alto voltaje. Ni hablar de las películas porno, plagadas de gritos absolutamente inverosímiles. En la vida real, las formas de expresión del placer pueden ser tan diversas como tipos de orgasmos existen. Si te esmerás en exagerar para complacer a tu pareja, te perderás la posibilidad de contactarte con lo que vos estás sintiendo. No amplifiques.
6) Una relación sexual buena es una relación sexual larga: si las pasás bien en diez minutos, es genial. El sexo no tiene una medida standard. Lo que dura, dura. Para algunos entre 20 segundos y un minuto y medio, basta. Si te gusta el placer lento, escuchate, y recordá que hay días y días: si no hay tiempo o estás cansada, unos minutos de conexión con el cuerpo están más que bien.
7) A un hombre lo hechiza una mujer vestida con lencería sexy: no a todos. Hay varones que mueren por ver a su mujer de entrecasa. Y no hay nada que enloquezca más a un hombre que ser recibido por una mujer completamente desnuda. Si sos fan de la lencería, recordá que el color delata tus intenciones y (¿por qué no?) movete con estrategia.
8) Si en tus fantasías hay personas del mismo sexo, sos gay: nada que ver. Puede que sí, o puede que no. La fantasía es un plano que permite enajenarse y disfrutar; allí, todo vale. Mucha gente fantasea con cosas que jamás quisiera concretar. Y es válido. Que te imagines con varias personas tampoco implica que la pasarías bomba en una orgía. La fantasía es eso: fantasía. Y, en tu cabeza, podés invitar a la cama a todas las personas que resulten estimulantes. Es tu decisión.
9) Los hombres tienen más ganas siempre: falso. La predisposición al sexo tiene que ver con varias cosas y está asociada a las variaciones en la libido. La dieta, el sueño, la salud, el estrés, las condiciones médicas, la autoestima, muchas cosas afectan el deseo sexual en hombres y mujeres.
10) La satisfacción femenina depende del tamaño del pene: es falso. El desempeño del varón en general tiene poco que ver con las dimensiones de su miembro y mucho más con la sensibilidad y capacidad de conectarse con su pareja. Si los hombres les preguntaran a las mujeres qué opinan del tamaño del pene, se enterarían de que hay mujeres a las que un pene grande las aterra, y que a la mayoría el tema no les importa.
11) Si necesitás lubricantes es porque te falta deseo: recontra falso. Por cuestiones hormonales, por estrés o por las particularidades de tu cuerpo puede ser que tu lubricación no sea la suficiente para disfrutar una penetración. Hay excelentes opciones en el mercado y, al relajarte por no depender de ese momento en que todo se facilita, seguramente tu cuerpo responda mejor.
12) Si necesitás juguetes eróticos es porque a tu pareja le falta deseo: ese pensamiento atrasa varias décadas. El erotismo necesita cambios y nuevos estimulantes para encenderse. Los juguetes eróticos son geniales para romper la rutina y divertirse de a dos. Jugar en pareja puede regalarte una noche de alto voltaje.
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