Miguel Jara .
Un psiquiatra de mi confianza y colaborador habitual del blog ha estado este verano juntando toda la información que poosee sobre la peligrosidad e inutilidad de los medicamentos antipsicóticos y me ha enviado un texto largo sobre ello que os resumo:
1- Los antipsicóticos son responsable de una pérdida media de más 15 años de vida en pacientes esquizofrénicos. Puesto que esto es una medida estadística, podríamos decir que matan a bastantes de sus usuarios, algunos jóvenes. En los ancianos con demencia se podría hablar de un gerontocidio lucrativo.
2- El pronóstico de la esquizofrenia es significativamente mejor en Nigeria o India que en los países desarrollados. El menor uso de antipsicóticos y la existencia de redes sociales naturales más tolerantes e inclusivas parecen ser las variables importantes. Como preventivos de recaidas en la esquizofrenia, los antipsicóticos no solo dejan de ser eficaces hacia el final del primer año después del brote agudo, sino que en algunos casos las causan y peores que el brote original (psicosis de rebote o supersensibilidad dopamínica).
3- Aparte de los efectos sobre la salud en general, producen efectos y reacciones adversas de tipo neurológico y cognitivo discapacitantes y/o muy desagradables en un alto porcentaje de casos.
4- Las diferencias como grupo entre los “convencionales” y los “atípicos” o de nueva generación, son mayormente un cínico cuento de marketing para expandir y encarecer su uso.
5- Producen una pérdida paulatina de masa cerebral o atrofia, que acompaña a todo lo dicho anteriormente. Esto pone patas arriba el dogma de los últimos 30 a 40 años de que la esquizofrenia no era un trastorno funcional (los “cables que se cruzaban”, las hormonas normales haciendo “trastadas”, en la adolescencia o juventud) sino lesional o tóxico (un gen producía esa toxina o una proteina “mala”, anormal) y que era esa toxicidad la que producía la lenta desestructuración y pérdida de masa de la corteza cerebral. Después de 20 o 30 años de tratamiento neuroléptico, si sobrevive, al paciente le podría haber desaparecido una cuarta parte del cortex frontal !!! Tóxicos son los antipsicóticos y los psiquiatras se han trasformado en verdaderos “shrinks” (quiere decir literalmente “encoger” o “encogedor”, es decir este calificativo ha tornado a ser literalmente verdad, los antipsicóticos encogen el cerebro) como ya se nos llamaba cuando yo moceaba.
Todo esto está obtenido de revistas convencionales, del establishment y prestigiosas. No estamos tratando de antipsiquiatría ni siquiera de psiquiatría crítica. Los datos se refieren a la esquizofrenia puesto que es en esta entidad donde hay un corpus importante de investigación independiente, al menos en parte, pero serían aplicables a otras situaciones. Mientras que en los altos niveles de la psiquiatría hay una especie de crisis con respecto a la esquizofrenia y llamadas a la prudencia con respecto al uso de antipsicóticos en otras entidades clínicas, a niveles reales las prácticas prescriptivas siguen igual y de hecho continúa la expansión del uso de antipsicóticos en grupos como ancianos, discapacitados, y niños con problemas de aprendizaje y conducta.
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