Recomiendan el contacto piel con piel en las dos primeras horas tras el parto
Ayuda a la lactancia materna
La doctora Isabel Izquierdo, jefa de servicio de Pediatría del hopsital La Fe, recomendó «el contacto piel con piel precoz entre la madre y su hijo en las dos primeras horas postparto» ya que, tras el nacimiento, «el recién nacido presenta un estado de alerta tranquila, gracias al cual puede interactuar con su madre e iniciar el amamantamiento de forma espontánea». «Es
en este transcurso cuando el contacto piel con piel inmediato y sin
interrupciones permite completar la primera toma y finalizar el período
de alerta tranquila», señaló Izquierdo.
Cuándo hacerlo
Se trata de un método que consiste en colocar sobre el
pecho al descubierto o en el abdomen de la madre al recién nacido,
supervisados por personal sanitario en todo momento, para prevenir posibles complicaciones.
Según esta especialista y la doctora Pilar Sáenz, médica adjunta del
servicio de Neonatología, el contacto piel con piel es «beneficioso para
la estabilización del recién nacido, la vinculación madre-hijo y la
lactancia materna».
Mediante esta práctica, se obtienen beneficios tanto a corto plazo al permitir mantener la temperatura y disminuir el llanto del neonato,
como a largo plazo, porque se alarga el tiempo de lactancia materna.
Para ello se debe tener en cuenta que la «situación idónea» para esta
acción es la posterior a un parto natural o cesárea programada,
en la que tanto la madre como el bebé se encuentren bien. Por su parte,
el bebé tiene que ser un recién nacido a término sano que respire sin
dificultad y presente buen tono muscular.
En partos de riesgo, es el pediatra presente quien valorará
esta práctica. Cuando la madre por su estado de salud no puede estar en
contacto piel con piel con su hijo, se ha comprobado que el contacto
inmediatamente tras el parto con el padre «puede ser beneficioso para ambos».
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