Un jefe médico denuncia una operación innecesaria a una mujer en un simposio
El responsable de Cirugía Torácica pidió en marzo a la dirección del hospital de A Coruña que investigase los hechos pero el centro se niega a dar explicaciones sobre lo ocurrido en el curso
Sonia Vizoso
A Coruña.
“Últimas innovaciones”. “Técnicas revolucionarias”. “En vivo y en streaming”.
Con estos eslóganes en inglés y una banda sonora de película de acción
se anunció hace unos meses la celebración en A Coruña del primer
simposio internacional de videocirugía torácica a través de una única
incisión en el cuerpo. Aunque aquel video promocional no lo decía, el
congreso —patrocinado por una farmacéutica y en el que participaron
médicos que compaginan su puesto en el Sergas con una unidad privada que
sí se menciona— se desarrolló en el hospital público de A Coruña e
incluyó operaciones a pacientes de este centro que fueron retransmitidas
en directo. Días después, el jefe del Servicio de Cirugía Torácica del
complejo hospitalario, José María Borro, denunció ante sus superiores
graves irregularidades en la asistencia a los enfermos elegidos para el
evento. A una mujer, alertaba Borro, se le extirpó parte de un pulmón de
forma innecesaria, ya que el nódulo que tenía no fue diagnosticado
previamente y tras la intervención se comprobó que era “sugestivo de
tuberculosis”, es decir, curable a base de tratamiento.
Cirujanos de dentro y fuera de España, algunos de ellos ponentes del curso, han recibido una carta del doctor Borro en la que se relatan esta y otras supuestas irregularidades comunicadas a la dirección del hospital coruñés. El responsable de Cirugía Torácica del Complexo Hospitalario Universitario de A Coruña (CHUAC) afirma, en un escrito al que ha tenido acceso este periódico, que en las operaciones se utilizaron fármacos que no han sido autorizados en el centro para ser empleados en cirugía torácica. El jefe médico asegura además haber detectado que en el simposio, celebrado para demostrar las bondades de reseccionar pulmones a través de un solo orificio con el fin de acelerar la recuperación, se dieron altas hospitalarias precipitadas y se produjeron complicaciones postoperatorias que obligaron a uno de los afectados a pasar de nuevo por el quirófano.
Borro ha declinado comentar su denuncia pero sí ha accedido a confirmar la autenticidad de la carta. Fuentes hospitalarias, por su parte, señalan que la denuncia del responsable de Cirugía Torácica está sobre la mesa de la dirección del centro desde marzo. En ella Borro reclama una investigación para confirmar si se realizaron intervenciones no indicadas para la patología de los enfermos por estar previstas en el simposio y pide, añaden las mismas fuentes, que se informe a las personas que fueron operadas así como a los médicos que participaron en las sesiones.
El hospital de A Coruña, a través de un portavoz oficial, se ha negado a aclarar si ha investigado estas supuestas irregularidades. El centro se limita a desmentir que en el encuentro se utilizasen productos no autorizados y a subrayar que los pacientes que fueron objeto de lobectomías pulmonares en vivo firmaron un consentimiento informado tanto para las cirugías como para su retransmisión en directo. Según se informó en su momento, más de 90 médicos de EE UU, China, Colombia, Italia, Arabia Saudí, Chile o Kazajistán participaron presencialmente en el encuentro desarrollado en el CHUAC del 26 al 28 de febrero, mientras que otros mil siguieron las sesiones por Internet. El hospital subrayó que se trataba del primer simposio mundial en el que las operaciones fueron retransmitidas “en calidad HD y para los dispositivos móviles”.
El jefe de Cirugía Torácica sostiene que esta técnica no garantiza la seguridad de los pacientes —quienes la practican lo niegan y auguran que “en cinco o diez años” se extenderá “en todo el mundo”— y el pasado año, antes de que la justicia ordenase su vuelta a la dirección del servicio, acusaba a sus subordinados en declaraciones a este periódico de convertirla en un “espectáculo mediático” para explotarla “comercialmente” en la sanidad privada. Las acusaciones de Borro se refieren a que los tres cirujanos del servicio que defienden esta forma de abordar las lobectomías pulmonares poseen un equipo médico denominado Unidad de Cirugía Torácica Mínimamente Invasiva (Uctmi) que opera en hospitales privados de A Coruña. El director del simposio que Borro pide investigar es precisamente uno de esos doctores, Diego González Rivas, y su unidad privada es mencionada en el vídeo promocional del encuentro celebrado en el CHUAC como un “equipo pionero en el mundo”. Este periódico intentó sin éxito localizar al doctor González Rivas para aclarar la vinculación del Uctmi al congreso médico que acogió el hospital público. Según afirma el jefe del Servicio de Cirugía Torácica del CHUAC en su carta a cirujanos invitados al simposio, la farmacéutica que lo patrocinaba, Covidien, que también menciona el anuncio, financió becas de asistencia.
Cirujanos de dentro y fuera de España, algunos de ellos ponentes del curso, han recibido una carta del doctor Borro en la que se relatan esta y otras supuestas irregularidades comunicadas a la dirección del hospital coruñés. El responsable de Cirugía Torácica del Complexo Hospitalario Universitario de A Coruña (CHUAC) afirma, en un escrito al que ha tenido acceso este periódico, que en las operaciones se utilizaron fármacos que no han sido autorizados en el centro para ser empleados en cirugía torácica. El jefe médico asegura además haber detectado que en el simposio, celebrado para demostrar las bondades de reseccionar pulmones a través de un solo orificio con el fin de acelerar la recuperación, se dieron altas hospitalarias precipitadas y se produjeron complicaciones postoperatorias que obligaron a uno de los afectados a pasar de nuevo por el quirófano.
Borro ha declinado comentar su denuncia pero sí ha accedido a confirmar la autenticidad de la carta. Fuentes hospitalarias, por su parte, señalan que la denuncia del responsable de Cirugía Torácica está sobre la mesa de la dirección del centro desde marzo. En ella Borro reclama una investigación para confirmar si se realizaron intervenciones no indicadas para la patología de los enfermos por estar previstas en el simposio y pide, añaden las mismas fuentes, que se informe a las personas que fueron operadas así como a los médicos que participaron en las sesiones.
El hospital de A Coruña, a través de un portavoz oficial, se ha negado a aclarar si ha investigado estas supuestas irregularidades. El centro se limita a desmentir que en el encuentro se utilizasen productos no autorizados y a subrayar que los pacientes que fueron objeto de lobectomías pulmonares en vivo firmaron un consentimiento informado tanto para las cirugías como para su retransmisión en directo. Según se informó en su momento, más de 90 médicos de EE UU, China, Colombia, Italia, Arabia Saudí, Chile o Kazajistán participaron presencialmente en el encuentro desarrollado en el CHUAC del 26 al 28 de febrero, mientras que otros mil siguieron las sesiones por Internet. El hospital subrayó que se trataba del primer simposio mundial en el que las operaciones fueron retransmitidas “en calidad HD y para los dispositivos móviles”.
La técnica de la discordia
La técnica quirúrgica utilizada en las intervenciones en vivo del simposio celebrado el pasado febrero en el hospital de A Coruña, la denominada videocirugía por una única incisión, ha hecho estallar un profundo conflicto dentro del Servicio de Cirugía Torácica. El doctor José María Borro, un prestigioso cirujano fichado por la sanidad pública gallega en 1999 para implantar el trasplante de pulmón, fue destituido en octubre de 2012 como jefe del departamento tras criticar, entre otras cosas, las resecciones pulmonares que tres de sus médicos subordinados realizan desde 2010 a través de un único orificio. La justicia anuló el año pasado el cese y obligó al hospital a reponer a Borro en su cargo.El jefe de Cirugía Torácica sostiene que esta técnica no garantiza la seguridad de los pacientes —quienes la practican lo niegan y auguran que “en cinco o diez años” se extenderá “en todo el mundo”— y el pasado año, antes de que la justicia ordenase su vuelta a la dirección del servicio, acusaba a sus subordinados en declaraciones a este periódico de convertirla en un “espectáculo mediático” para explotarla “comercialmente” en la sanidad privada. Las acusaciones de Borro se refieren a que los tres cirujanos del servicio que defienden esta forma de abordar las lobectomías pulmonares poseen un equipo médico denominado Unidad de Cirugía Torácica Mínimamente Invasiva (Uctmi) que opera en hospitales privados de A Coruña. El director del simposio que Borro pide investigar es precisamente uno de esos doctores, Diego González Rivas, y su unidad privada es mencionada en el vídeo promocional del encuentro celebrado en el CHUAC como un “equipo pionero en el mundo”. Este periódico intentó sin éxito localizar al doctor González Rivas para aclarar la vinculación del Uctmi al congreso médico que acogió el hospital público. Según afirma el jefe del Servicio de Cirugía Torácica del CHUAC en su carta a cirujanos invitados al simposio, la farmacéutica que lo patrocinaba, Covidien, que también menciona el anuncio, financió becas de asistencia.
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