Por qué Nicaragua es y no es el sexto mejor país del mundo para ser mujer
No hay mejor lugar en el mundo para ser mujer que los llamados países nórdicos, y después de ellos, viene Nicaragua.
O
al menos eso sugiere la última versión del Informe Global de la Brecha
de Género del Foro Económico Mundial, que coloca al pequeño país
centroamericano en el sexto puesto de este ranking.El estudio analiza el nivel de igualdad entre hombres y mujeres en materia de salud, educación y participación en la vida política y económica de un total de 142 países.
Y según el Foro Económico Mundial, en lo que se refiere a paridad de oportunidades educativas, indicadores de salud o la posibilidad de estar al frente de algún ministerio de gobierno nadie supera a las nicaragüenses.
"Nicaragua (también) ha recorrido un largo camino para cerrar la brecha en participación en la economía, habiendo registrado una de las mejorías más significativas desde 2006", explica además el Foro.
Aunque la destacada posición del país centroamericano en el informe –por detrás solo de Islandia, Finlandia, Noruega, Suecia y Dinamarca– sigue levantando las mismas cejas que su entrada al Top 10 hace ya tres años.
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Brechas, no oportunidades
La sorpresa –y en muchos casos el escepticismo– se explica por varias razones.En primer lugar hay un malentendido común: el índice no compara directamente la situación de las mujeres del mundo entre sí.
Y eso limita su capacidad para servir como una clasificación de los mejores lugares del mundo para ser mujer, como perezosamente acostumbra sugerir la prensa.
"Lo que medimos fundamentalmente es la brecha entre hombres y mujeres, no los recursos y oportunidades a disposición de las mujeres", le dice a BBC Mundo Saadia Zahidi, la directora del programa de Paridad de Género del Foro Económico Mundial.
Y eso permite, por ejemplo, que en materia de acceso a educación universitaria Nicaragua ocupe el primer lugar de todo el ranking, a pesar de que sólo 19 de cada 100.000 mujeres en edad de asistir a la universidad intentan hacerlo.
En contraste Japón, con una tasa de matrícula femenina de 58 por 100.000, ocupa el puesto 105 en esta categoría del ranking. La razón: la tasa de matrícula de los hombres en Nicaragua es 17 por 100.000 mientras que en el país asiático es de 65.
Lo que quiere decir que ahí hay muchos más hombres que mujeres asistiendo a la universidad, mientras que en el país centroamericano sucede todo lo contrario.
Luego también está el caso de los indicadores de salud, donde Nicaragua también sale muy bien situada: número uno de todo el mundo por expectativa de vida saludable.
El puesto es resultado de una expectativa de 66 años para las mujeres por 61 para los hombres, una diferencia a favor de las primeras de cinco años.
Pero la vecina Costa Rica, donde la expectativa de vida saludable para las mujeres es cinco años mayor que en Nicaragua (71), ocupa el puesto número 76 en esta categoría.
La razón: en Costa Rica la expectativa de vida de los hombres es 68. También menor que la de las mujeres, pero solo en tres años.
Números vs. realidad
En la propia Nicaragua, sin embargo, la principal razón para el escepticismo es que los números considerados por el Foro sólo pintan parte del panorama.Los esfuerzos de las autoridades nicaragüenses en materia de atención salud, por ejemplo, son ciertamente encomiables.
Pero a los movimientos feministas de Nicaragua y el mundo les cuesta aceptar que el país que supuestamente ocupa primer lugar en equidad de género en lo que refiere a salud sea también uno de sólo cinco en todo el mundo que no permiten el aborto bajo ninguna circunstancia.
Y algo parecido ocurre con el tema de participación en política.
Nicaragua es uno de los países con mayor porcentaje de mujeres en el parlamento y ninguna nación del mundo tienen más ministras de gobierno que el más grande de los países centroamericanos.
Pero las feministas locales –que en la práctica se han convertido en una de las principales fuerzas de oposición al gobierno de Daniel Ortega, quien fue acusado de abuso sexual por su hija adoptiva en 1998– sostienen que la mayoría le es más leal al partido de gobierno que a la causa de las mujeres.
Y hace solo unos pocos meses la decisión de restringir el delito de feminicidio al ámbito privado y forzar la mediación de "consejerías familiares" para las víctimas de violencia de género –un problema particularmente grave en un país que presume ser uno de los más seguros de toda Centro América– también abrió un nuevo frente de batalla.
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"Los números obviamente sólo cuentan una parte de la historia", reconoce Zahidi.
"Son agregados de cifras que significan cosas diferentes en diferentes países y detrás de ellos las vidas de las mujeres también pueden ser muy diferentes entre sí, especialmente en los países con mayores desigualdades", le dice a BBC Mundo.
La encargada del programa de paridad de género del FEM destaca además que, a pesar de sus avances en el tema de participación y oportunidades económicas, Nicaragua todavía tiene mucho que hacer en materia de equidad, ya que en ese tema ocupa el lugar 95 en el ranking.
Si se suma todo, también queda claro que lo que el reporte dice es que en Nicaragua las mujeres, al menos, no están mucho peor que los hombres.
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