Los psicópatas son incapaces de aprender del castigo
Una investigación encuentra anomalías en la parte del cerebro de estos delincuentes relacionada con la empatía, la vergüenza y el razonamiento moral
Son muchas las ocasiones en las que la sociedad no entiende por qué algunos malhechores son incapaces de rehabilitarse tras pasar por la cárcel.
Sin embargo, un nuevo estudio realizado por la Universidad de Montreal
(en Canadá) puede haber dado, finalmente, con la respuesta. Y es que,
según afirman Sheilagh Hodgins y Nigel Blackwood (los autores de la
investigación) la red cerebral de los delincuentes que son además psicópatas y violentos cuenta con una organización que les impide aprender de los castigos.
«Uno de cada cinco delincuentes violentos es un psicópata. Tienen mayores tasas de reincidencia y no se benefician de los programas de rehabilitación. Nuestra investigación revela por qué es y se espera que puedan mejorar las intervenciones de la infancia para prevenir la violencia y las terapias de comportamiento para reducir la reincidencia», explica la profesora Hodgins (de la Universidad de Montreal y el Instituto Universitario en Salud Mental de Montreal).
«Hemos encontrado anormalidades estructurales tanto en la materia gris como en tramos de fibras de la sustancia blanca específicos
entre los delincuentes violentos con la psicopatía», explica Hodgins.
La materia gris está principalmente involucrada en el procesamiento de información y la cognición, mientras que la materia blanca coordina el flujo de información entre las diferentes partes del cerebro.
«Sólo pueden considerar las posibles consecuencias positivas y no las negativas»
En este sentido, el estudio de resonancia magnética también
afirma que esta anomalía ha sido encontrada de momento en aquellos
delincuentes que presentan un comportamiento violento y son, a su vez,
psicópatas. Con todo, los investigadores están recabando información
para saber si se puede extender a los criminales habituales y determinar a qué edad puede ser perceptible.
«Los delincuentes psicopáticos son diferentes de los delincuentes habituales de muchas maneras. Los criminales regulares son hipersensibles a la amenaza, irascibles y agresivos, mientras que los psicópatas tienen una respuesta muy baja a las amenazas, son fríos y su agresividad es premeditada», detalla Nigel Blackwood, afiliado al 'Kings College London', en Reino Unido.
El estudio
Para llevar a cabo este estudio, los investigadores analizaron las reacciones de 12 delincuentes violentos con trastorno antisocial de la personalidad y psicopatía. 20 delincuentes violentos con trastorno de personalidad antisocial, pero no psicopatía, y 18 no delincuentes sanos. Entre otros delitos, habían sido condenados por asesinato, violación, intento de homicidio y lesiones.
El experimento consistió en introducir a estas personas en un escáner cerebral y
hacer que completaran una tarea que evaluara su capacidad para ajustar
su comportamiento cuando las consecuencias de sus respuestas cambiaran
de positivas a negativas. Esta era, concretamente, un juego de combinación de imágenes en el que, dependiendo de si se completaba de forma errónea o de forma acertada, percibían un castigo.
Las conclusiones fueron impresionantes. Y es que, cuando los delincuentes violentos realizaron las tareas, no pudieron aprender de las señales de castigo para cambiar su comportamiento y tomaron decisiones de menor calidad a
pesar de contar con periodos de deliberación más largos. Dicha
cracterística tenía explicación a nivel cerebral. «Hemos observado reducciones en los volúmenes de materia gris bilateral en la corteza prefrontal rostral anterior», detalla Hodgins. Estas regiones del cerebro están involucradas en la empatía, el procesamiento de las emociones prosociales como la culpa y la vergüenza y el razonamiento moral.
«También se detectaron anomalías en tractos de fibras de la
materia blanca en el cíngulo dorsal, que une la corteza cingulada
posterior a la corteza prefrontal medial que se asocia específicamente
con la falta de empatía que es típica de la psicopatía», agrega Blackwood. Estas mismas regiones participan en el aprendizaje de recompensas y castigos.
No entienden el castigo
Los investigadores también examinaron la actividad en el cerebro durante
la realización de la tarea. «Encontramos que los delincuentes violentos
con psicopatía, en comparación con los delincuentes violentos sin
psicopatía y los no delincuentes, exhiben una respuesta anormal al castigo dentro de la corteza cingulada posterior y la ínsula cuando una respuesta previamente recompensada fue castigada», añade.
En este sentido, este experto resume que estos resultados
sugieren que los delincuentes violentos la psicopatía se caracterizan
por una organización distintiva de la red cerebral que se utiliza para
aprender de los castigos y las recompensas. «Los delincuentes con
psicopatía sólo podrán considerar las posibles consecuencias positivas
y no tener en cuenta las posibles consecuencias negativas. En
consecuencia, su comportamiento, a menudo, conduce a un castigo en lugar
de recompensa como habían esperado», añade Hodgins.
«El castigo señala la necesidad de cambiar el
comportamiento. Claramente, en ciertas situaciones, los delincuentes
tienen dificultades para aprender del castigo impuesto para cambiar su comportamiento»,
advierte. «Los resultados de nuestros estudios están proporcionando
conocimientos sobre los mecanismos neuronales que caracterizan a los
delincuentes violentos adultos que pueden utilizarse, junto con otros
hallazgos, en el diseño de programas para reducir la reincidencia.
También proporcionan hipótesis sobre el desarrollo anormal de los
delincuentes violentos que se probarán en estudios de niños», añade.
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