Las erecciones retornan antes con parejas nuevas
por Pere Estupinyà
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Evolutivamente hablando, en muchas
especies no tiene sentido que los machos quieran volver a copular con
una hembra inmediatamente después de haberla inseminado. Repetir es un
gasto de energía y de esperma frente a la posibilidad de que aparezca en
escena una nueva hembra en celo.
Por eso la selección natural ha diseñado el “período refractario”:
un tiempo tras la eyaculación en que la apetencia sexual disminuye
drásticamente, y no hay manera de volver a tener una erección. Salvo
excepciones (que las hay), en humanos el período refractario puede durar
desde minutos en un joven, a varias horas en un adulto.
Pero el período refractario no depende
sólo de la edad y del estado de salud. La evolución es más inteligente
de lo que pensamos, y de la misma manera que ha diseñado el maldito
período refractario para que no tengamos erecciones y perdamos recursos
con una hembra ya inseminada, también ha diseñado un fenómeno curioso:
El Efecto Coolidge. El Efecto Coolidge se refiere a que el
tiempo refractario necesario para tener una nueva erección se acorta si
aparece una pareja nueva.
La lógica biológica es aplastante: la
selección natural quiere que pierdas la erección y apetencia sexual para
que no copules seguido con la misma hembra, pero que las recuperes de
inmediato si aparece una nueva.
La mayoría de humanos no notan el efecto
coolidge porque no van enrollándose con varias parejas el mismo día
(amantes y swingers aparte). Pero las ratas (cuyos mecanismos
neurofisiológicos de la función sexual no son tan diferentes a los
nuestros) vaya si lo notan… si encierras a un macho en una jaula con 4
hembras en celo, se las cepillará a todas hasta quedar exhausto. Aunque
ellas se le continuarán insinuando, el macho ya no mostrará ningún
interés por sus sensuales lordosis (origen evolutivo del twerking). Pero
si de repente en la celda pones una rata nueva, el agotado macho cogerá
fuerzas de donde sea y se tirará de golpe a perseguirla. Efecto
coolidge en acción.
De hecho las bases neurológicas del
Efecto Coolidge es lo que está estudiando Jorge Rojas en la Universidad
de Guadalajara, a quien conocí cuando presentaba su trabajo en el
congreso de la Society for Neuroscience en Washington DC.
Jorge sospecha que el mecanismo por el
que la apetencia y erección vuelven más rápido ante una nueva pareja es
que el estímulo novedoso aumenta los niveles de dopamina. Para comprobar
si esa hipótesis es cierta, diseñaron un fármaco que incrementa los
niveles de dopamina tras la eyaculación… y oh milagro!: las ratas macho
que tomaban el fármaco repetían más coitos con la misma hembra que los
que no lo tomaron. Realmente el período refractario se acortaba. Cierto
que para mantener erecciones y extender relaciones puedes recurrir a
técnicas más naturales, como por ejemplo los orgasmos sin eyaculación
propios del tantra. Pero… ayudarnos a echar varios seguidos, podría
ser bien útil!
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