martes, 5 de octubre de 2010

Dicen los libros de Medicina…


Por Óscar Sánchez-Rey (República Centroafricana)

La historia de Louise y de su pequeña nieta, Micheline, no es una historia ni más excepcional ni más difícil que el resto de historias de los muchos pacientes que a diario vemos en los centros donde trabajamos. Pero es la historia personal, y por tanto única, de dos personas. Una pequeña paciente de apenas tres meses de vida, que nunca tendrá recuerdos de estos días, y de su abuela, que seguro que no olvidará su paso por nuestro centro nutricional de Boda.

Micheline es una paciente con una situación un tanto atípica entre los pacientes desnutridos. De hecho, técnicamente, ella no está desnutrida. Forma parte de los pacientes menores de seis meses que debe recibir un tratamiento especial e intensivo. A Micheline hay que buscarle una forma de alimentación adecuada para su edad y sostenible para al menos los próximos seis meses. La leche materna no está disponible, y los médicos de nuestro centro están usando una técnica para devolver la leche a su abuela, que hace más de 30 años que amamanta.

Dicen los libros de Medicina que mediante la estimulación del seno se produce la hormona responsable de regular el flujo lácteo, y que es posible que una mujer que alguna vez haya dado el pecho lo vuelva a dar sin necesidad de estar embarazada. En Boda es la primera vez que veo el caso real en el terreno. Aproveché para hablar con Louise y que me contara la historia de cómo llegó a nuestro CNI, el centro nutricional intensivo.

La mamá biológica de Micheline está enferma y no puede hacerse cargo de la niña. El padre despareció. Abuela, madre y ahora nieta viven juntas en la misma casa. Son agricultoras y subsisten con lo poco que les da la cosecha. Ellas son de Bossui, un pueblo al que vamos una vez cada dos semanas con nuestro centro nutricional ambulatorio.

Louise sabía que la única posibilidad de ayudar a su nieta era caminar los 30 kilómetros de distancia entre Bossui y Boda para llegar al hospital. Tardo toda una jornada en recorrerlos. No fue fácil porque, en plena época de lluvias, los aguaceros no dan tregua.

Louise me contó que la técnica de succión consiste en administrarle leche a la niña por una pequeña sonda pegada a su seno. Con la succión que realiza para beber la leche artificial, la niña estimula el pecho y, al cabo de varias semanas, la leche comienza a subir. Me dijo Louise que la última vez que dio de mamar fue en 1972, cuando nació su única hija. Y que, aunque la cosa parecía un poco rara, ella creyó en todo momento a los doctores. “Si ellos decían que podría volver a dar el pecho, sería verdad”. Está bien en el centro y no tiene prisa por irse, la prioridad es la pequeña. “Me iré cuando me den el alta los médicos, no antes”, me dijo con gran confianza en sí misma.

Hablé con Louise hace algunas semanas. Pensé que tal vez estaba bien dejar pasar un tiempo para ver cómo había ido todo. Mes y medio después, la niña está fuerte y sana. Los médicos han comenzado a retirar progresivamente la leche artificial, porque Louise ya tiene buena capacidad para dar de mamar a su nieta. Hemos encontrado una manera sostenible, segura y barata de alimentar a la bebé durante al menos su primer año de vida.

Seguro que, a lo largo de su vida, Micheline tendrá que enfrentarse a muchas más dificultades, pero la primera batalla ya está ganada.

Desde Boda,
Óscar

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Foto: Louise y Micheline en el centro nutricional (© Óscar Sánchez-Rey)

La ciencia argentina vivió un "boom"


Ciencia

Todos los campos de la ciencia

Para muchos, 2009 fue un año marcado por una de las peores crisis económicas en la historia. Pero para una industria en Argentina el año que está por terminar marcó un verdadero hito en su crecimiento. El mundo de la ciencia argentina vivió un "boom" en 2009, con un récord de inversión que se vio reflejado en un gran número de logros.

El impulso surgió desde el Estado a través del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet), el organismo que fomenta el desarrollo científico.

Este año el Conicet no sólo tuvo el presupuesto más alto en su historia, sino que además creó el mayor número de puestos de trabajo.

El gerente de Desarrollo Científico y Tecnológico del organismo, Jorge Tezón, dijo a BBC Mundo que la inversión significó un aumento del 500% respecto a las cifras de 2003.

"Lo más importante que hicimos fue ampliar el personal, algo fundamental ya que los temas de investigación se siguen multiplicando", afirmó.

Los más beneficiados por las nuevas políticas fueron los jóvenes, el grupo que más se había visto excluido por el tradicional sistema de llenado de vacantes.

Repatriación

Según el biólogo molecular Alberto Kornblihtt de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la Universidad de Buenos Aires, el efecto de estas políticas fue notorio.

Kornblihtt, quien ejerce la ciencia hace más de tres décadas, dijo a BBC Mundo que muchos de sus colegas más jóvenes habían decidido quedarse en el país debido a la apertura de nuevos puestos laborales.

Pero además de frenar la fuga de cerebros –un problema típico del mundo de la ciencia en Argentina- el Conicet también ha buscado revertir la tendencia.

Tezón explicó a BBC Mundo que el organismo implementó en los últimos tres años un programa de repatriación llamado "Raíces" que logró atraer nuevamente al país a unos 600 investigadores argentinos que residían en el exterior.

Objetivos

Según el funcionario, el objetivo de este impulso tecnológico es sentar las bases para que Argentina pueda convertirse, en el mediano o largo plazo, en un importante polo científico y tecnológico.

"Creemos que el principal desarrollo que se va a dar en el mundo es en las industrias de alto conocimiento", afirmó Tezón.

La presidenta argentina, Cristina Fernández de Kirchner, también ha apostado al desarrollo del país como productor de medicamentos.

Durante la grave crisis de gripe porcina que afectó duramente a Argentina, la mandataria evitó hacer acuerdos con las principales potencias para abastecerse de una vacuna, asegurando que el país estará en condiciones de crear su antivirus propio.

El Ministerio de Salud argentino también anunció recientemente un acuerdo con Brasil para fabricar una vacuna contra la fiebre amarilla.

Logros

Pero, además de los objetivos a mediano y largo plazo, ya pueden verse algunos efectos de este "boom".

Según Tezón, ha habido un fuerte aumento en el número de investigaciones argentinas publicadas en medios científicos internacionales.

"En promedio cada investigador argentino tuvo en el último año 1,8 publicaciones, una cifra bastante alta para el estándar internacional", señaló el gerente del Conicet.

Entre las investigaciones más exitosas del año, se cuentan avances relacionados al sistema inmunológico, a la memoria y a enfermedades como el dengue, el Parkinson y el Alzheimer.

También se logró clonar por primera vez a una vaca campeona a partir de un animal muerto y se produjo una papa resistente a un gran número de plagas.

Cuentas pendientes

Entre las investigaciones más exitosas del año, se cuentan avances relacionados al sistema inmunológico, a la memoria y a enfermedades como el dengue, el Parkinson y el Alzheimer.

A pesar de los grandes avances, Tezón acepta que aún hay mucho por hacer.

Una de las cuentas pendientes tiene que ver con la infraestructura, ya que aún no hay espacio suficiente para acompañar el crecimiento de personal científico.

Sin embargo 2010 podría resultar prometedor en ese sentido, ya que se planea el mayor crecimiento estructural de los últimos 30 años.

Lo que aún queda por mejorar, según coinciden el jefe del Conicet y Kornblihtt, es el salario inicial de los científicos, que aún es bajo en comparación a otros países de la región como Brasil, Chile y México.

Veronica Smink


BBC Mundo, Argentina