› EL EXCESO DE PESO AUMENTO MAS DEL 15 POR CIENTO EN LOS ULTIMOS 4 AÑOS EN LA ARGENTINA
La obesidad, un mal que sigue en alza
Dos de cada diez personas son obesas y seis de diez
tienen sobrepeso, según la Tercera Encuesta Nacional sobre Enfermedades
No Transmisibles. También creció el sedentarismo. Entre los aspectos
positivos, bajó el consumo de sal y la exposición al humo de tabaco
ajeno.

Por Pedro Lipcovich
La
cantidad de obesos en la Argentina aumentó más del 15 por ciento en los
últimos cuatro años, y más del 42 por ciento en los últimos ocho: en la
actualidad, más del 20 por ciento de la población es obesa y cerca del
60 por ciento tiene sobrepeso. Este es uno de los datos más destacados, y
sin duda el más preocupante, de la Tercera Encuesta Nacional de
Factores de Riesgo para Enfermedades No Transmisibles (ENFR), que se dio
a conocer ayer. También creció el sedentarismo: 55 de cada 100
habitantes no hacen actividad física. Se registran también aspectos
positivos, como la reducción en el consumo de sal: sólo el 17 por ciento
agrega sal a la comida en la mesa, cuando, hace sólo cuatro años, lo
hacía el 25 por ciento. Bajó el consumo de tabaco y sobre todo cayó la
exposición a humo de tabaco ajeno en el trabajo y en bares. También
mejoró el uso de cinturones de seguridad. Hubo avances en el acceso al
sistema de salud: más mujeres se hacen mamografías, y más gente controla
su presión arterial. Pero la hipertensión se mantiene elevada,
afectando al 33 por ciento de la población.
La investigación se realizó entre octubre y diciembre de 2013, por
convenio entre el Ministerio de Salud de la Nación, el Indec y las
direcciones provinciales de estadística. Según confirmaron a este diario
expertos independientes, el trabajo preservó los estándares
metodológicos de las dos ENFR anteriores, efectuadas en 2005 y 2009. Se
obtuvieron respuestas de 32.365 personas, desde 18 años en adelante, de
las 24 jurisdicciones y los distintos sectores sociales del país.
El exceso de peso afecta al 57,9 por ciento de la población; en 2009
era el 53,4 y en 2005, el 49 por ciento. La obesidad llega al 20,8 por
ciento; trepó desde el 18 por ciento en 2009 y el 14,6 por ciento en
2005. Quiere decir que la obesidad aumentó un 23,3 por ciento entre 2005
y 2009 y un 15,6 por ciento entre 2009 y 2013: un 42,5 por ciento de
aumento en ocho años. Para obtener estos datos se estableció el índice
de masa corporal a partir del peso y la altura del entrevistado.
La obesidad es mayor entre varones, donde llega al 22,9 por ciento;
entre las mujeres es de 17,9 por ciento. La franja etaria con más obesos
es la que va de 50 a 64 años, con 29,6 por ciento: casi una de cada
tres personas. Y la prevalencia va pareja con el nivel de instrucción:
el 28,4 por ciento de los que tienen primaria incompleta es obeso,
contra sólo el 15,6 por ciento de los recibidos en universidad o
terciario.
El sobrepeso –que no llega a constituir obesidad– se registra en el
37,1 por ciento de la población; en 2009 era el 35,4 y en 2005, el 34,4
por ciento.
No sorprende que la actividad física haya disminuido: el 55,1 por
ciento de la población incurre en “actividad física baja”; era el 54,9
por ciento en 2009, y el 46,21 en 2005. El sedentarismo afecta más a las
mujeres (el 57,9 por ciento) que a los hombres (el 52,1 por ciento). Y
también hay diferencias significativas según nivel de ingresos: el 55
por ciento de los que ganan menos de 4500 pesos por mes es sedentario,
contra el 49 por ciento de los que ganan más de 10 mil.
El consumo de fruta y verdura sigue siendo bajo: 1,9 porción por
día, muy por debajo de las 5 porciones recomendadas. Es similar al de
2009 y no hay diferencias significativas por condición económica u otras
variables.
En cambio, la proporción de gente que le agrega sal a la comida
después de la cocción bajó significativamente en los últimos cuatro
años: del 25 por ciento en 2009 al 17 por ciento en 2013. Había sido del
23 por ciento en 2005. El descenso más notable se registró en la ciudad
de Buenos Aires, que en 2009 lideraba la estadística con un 33 por
ciento de adictos a la sal, y bajó al 22 por ciento en 2013. En cambio,
Catamarca, donde el 27 por ciento le echaba sal al plato, sólo bajó al
24 por ciento, quedando como la más salera.
“Prácticas preventivas”
El consumo de tabaco bajó significativamente: del 29,7 por ciento de
la población en 2005 al 27,1 en 2009 y el 25,1 en 2013. La exposición
al humo de tabaco ajeno en bares o restaurantes bajó del 47,2 al 23,5
por ciento; en el trabajo, del 34 por ciento al 25 por ciento; en el
hogar, también bajó, pero no tanto: del 33,9 en 2009 al 27,6 por ciento
en 2013.
En cuanto al ítem “prácticas preventivas”, la proporción de mujeres
de 50 a 70 años que se hicieron mamografía en los últimos dos años subió
del 46,2 por ciento en 2005 al 59 por ciento en 2009 y al 65,6 por
ciento en 2013. Los que dijeron haberse controlado la presión arterial
en los últimos dos años llegaron al 92,7 por ciento en 2013, contra el
78,7 en 2005. Pero de los que se controlaron, el 34,1 por ciento resultó
tener hipertensión, proporción similar a la registrada en encuestas
anteriores.
También aumentó significativamente la proporción de los que dicen
utilizar siempre cinturón de seguridad cuando circulan en auto: del 48
por ciento en 2005 subió al 63,8 en 2009 y al 69 por ciento en 2013.
En cuanto a la percepción general sobre la propia salud, el 21,2 por
ciento de la muestra siente que su salud general es mala o regular; no
hay diferencias estadísticamente significativas con encuestas
anteriores. Lo que sí es significativo es que, de entre los que ganan
más de 10 mil pesos por mes, sólo el 9,3 por ciento define su salud como
regular o mala; en cambio, de los que ganan menos de 4500, el 28,8 se
siente enfermo.
Pero no se ha perdido el buen humor. Como respuesta a la pregunta
“¿Está ansioso o deprimido?”, sólo el 16,3 dijo que sí en 2013; en 2009,
el 19,3 por ciento estaba bajoneado, y el 22,8 por ciento se deprimía
en 2005.