martes, 17 de marzo de 2015

MEDIO FANTASMA

CHRISTOPHER WILD, DIRECTOR DE LA AGENCIA INTERNACIONAL DEL CÁNCER

"Yo puedo decirle cómo evitar la mitad de los cánceres"

EDICIÓN IMPRESA  LA CONTRA | 17/03/2014 - 00:00h | Última actualización: 17/03/2015 - 15:33h
LLUÍS AMIGUET
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Tengo 55 años y llevo 30 investigando el 80 por ciento de cánceres que se deben a causas ambientales y a malos hábitos. Nací en Manchester: allí y aquí el cáncer mata por igual a pobres y ricos. Colaboro con el Centro de Investigaciones Epidemiológicas de Barcelona (Creal)
Christopher Wild
Siestecita preventiva El doctor Wild come con sus colegas chinos, pero sin charla de café, porque, tras el postre, se tumban sobre el mantel y duermen. Wild va por el mundo tomando notas que relacionan hábitos como la siesta china de mantel con datos de laboratorio y estadísticas para diseñar políticas contra el cáncer. Sabe que las bebidas ardiendo causan cáncer de garganta en Chile; que el sol mata en Australia y que las monjas sufren menos cáncer de cuello de útero, porque el virus del papiloma se contagia por vía sexual, pero más de mama, porque la maternidad temprana lo previene. Y nos receta fidelidad a la siesta antiestrés, aunque hoy sea cortita y disimulada ante el ordenador.
Cuando, hace 30 años, empecé a investigar el cáncer en el laboratorio, pensaba que su curación sería un fármaco...

¿No es así?

Pronto me di cuenta de que el laboratorio no era la vanguardia de la investigación, sino sólo un frente más de la lucha.

¿Dónde se libra la batalla decisiva?

Aplicando lo que sabemos de prevención a políticas de Estado -no basta con las conductas individuales- para cambiar actitudes en nuestra vida cotidiana. Por eso yo puedo decirle cómo evitar la mitad de los cánceres.

Pues empiece ya, doctor.

Cada cultura y estilo de vida genera sus propios factores de riesgo: beber el mate demasiado caliente en Uruguay aumenta los casos de cáncer de garganta; en Australia, los anglosajones expuestos a un sol despiadado sufren un alto porcentaje de cáncer de piel.

Tan blanquitos ellos.

En África Occidental, la hepatitis B aumenta los cáncer de hígado junto a la aflatoxina: hongo que parasita maíz y cacahuetes.

¿Y la vacuna del virus del papiloma?

Hay vacunas cuyo impacto tardará años en apreciarse, pero son necesarias. Ahora mismo vamos a empezar a recomendar otras.

Las monjas no contraían ese virus.

Porque la vía de transmisión era el intercambio sexual, pero fíjese que, en cambio, sufren una tasa más alta de cáncer de mama, porque la maternidad temprana y dar de mamar son protecciones efectivas.

Veo que cada uno tiene sus riesgos.

Pero esas africanas cada vez tardan más en tener menos hijos, por eso aumenta su tasa de cáncer de mama. Analizamos qué cáncer es dominante en cada país y, con ayuda del laboratorio, lo asociamos a estilos de vida y proponemos políticas para modificarlos.









¿En España?

Ustedes sufren más cáncer colorrectal y de pulmón asociados al tabaquismo, Y, cada vez más en todo el mundo, los datos y estadísticas confirman que la falta de ejercicio y la obesidad también son factores de riesgo.

No es nuevo.

Pero no basta con que yo lo diga y algún lector decida por fin ir andando a trabajar...

Ya sería algo.

...Debemos transformar en política lo que apunta el laboratorio y las estadísticas.

¿Por qué no puedo prevenir yo solo?

Porque usted solo no puede cambiar su modo de vivir. Por ejemplo, las ciudades deben planificarse para invitar a andar y hacer ejercicio. En Houston me miraban como un marciano cuando iba andando al hospital.

Allí es que no hay ni aceras.

Por eso son más obesos. Y le daré la mala noticia: en los próximos 20 años habrá un 80 por ciento más de cánceres en el mundo.

¿Por qué?

Porque los países emergentes alargan sus vidas y con el progreso suman los factores de riesgo de los países ricos a los que ya tenían.

¿Qué factores?

Los países pobres padecen muchos cánceres causados por infecciones por virus. Hoy, además de los suyos, sufren los nuestros al adoptar nuestra dieta y estilo de vida.

¿Sus genes no les protegen?

Los japoneses que se mudan a EE.UU. en pocos años sufren los mismos cánceres que los estadounidenses y, sin embargo, sus genes aún son los que tenían en Japón.

Por tanto...

Sabemos que factores del entorno o de nuestros estilos de vida influyen en el 80 por ciento de cánceres; el 20 por ciento restantes son atribuibles a la herencia genética.

¿Y los países ricos enfermaremos más?

Al prolongar nuestras vidas, también sufriremos más cánceres.

Malas noticias traídas por las buenas.

Déjeme insistir en la estupenda: si le dijera que un nuevo tratamiento cura la mitad de los cánceres, sería la gran noticia, pues bien: repito que ya sabemos cómo evitar la mitad de casos con políticas adecuadas.

Veamos.

Fíjese en el tabaco: tras décadas de lucha hemos logrado ahora un gran descenso de cáncer de pulmón en los países que la iniciaron antes. Pero no todos los políticos son capaces de tomar decisiones impopulares, cuyas ventajas se verán dentro de 20 años.

Dígame un país que los haya tenido.

Finlandia hace 40 años sufría un porcentaje de cáncer de cuello uterino al de África Occidental hoy. Empezó a realizar exploraciones preventivas entonces -eran caras- y hoy se ven por fin los resultados en datos.

Si Finlandia pudo, ¿por qué no otros?

Debemos presionar a los políticos para que piensen y actúen a largo plazo y no sólo al ministro de Sanidad sino a todo el gobierno. ¿Qué hay más importante que la salud?

¿Qué nuevos factores detectan?

Uno de cada cinco cánceres se debe a virus; otros a radiaciones, especialmente de la luz solar; al alcohol; a agentes químicos; y ahora también encontramos factores psicológicos, como el estrés, cuyo impacto deshilacha los telómeros de los cromosomas.

No sé si esos factores son nuevos...

Lo nuevo es que hoy podemos ver en el laboratorio qué factores han alterado el ADN dando lugar a cada tipo de cáncer.
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ASI ENGAÑAN Y TE COMEN EL COCO DESDE ESTUDIANTE

El marketing farmacéutico influye en la práctica de los futuros médicos

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Los estudiantes de Medicina suelen recibir cursos de formación de la industria farmacéutica. Una investigación de la Universidad de Zaragoza muestra que al menos tres de cada cuatro alumnos se han beneficiado de un regalo de estas compañías, y piensan que sus charlas están frecuentemente sesgadas en favor de sus intereses. 
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Según el estudio, el 78,6% de los participantes recibió en algún momento un regalo promocional, como muestras de medicamentos, libros, viajes o comidas. / e-Magine Art
Las actividades promocionales de la industria farmacéutica en las facultades de Medicina son frecuentes mediante actividades de formación. Algunos investigadores ya han descrito con anterioridad que esta relación entre estudiantes e industria puede determinar las pautas de prescripción médicas.
Ahora, un estudio llevado a cabo con alumnos de la facultad de Medicina de la Universidad de Zaragoza analiza cómo afecta la exposición de los estudiantes al marketing farmacéutico. Los estudiantes y profesionales cuya relación con la industria es más estrecha “tienden a valorar positivamente sus productos y los prescriben más, sin que exista evidencia científica que lo justifique”, explica a Sinc Sara Calderón, investigadora del Centro de Salud Universitario Cartuja, en Granada. Junto con María José Rabanaque Hernández, de la Universidad de Zaragoza, es una de las autoras del artículo, publicado en la revista Atención Primaria.
Tres de cada cuatro alumnos piensan que las charlas están sesgadas a favor de la compañía
La investigación se llevó a cabo con un total de 396 encuestas realizadas a alumnos de la facultad de Medicina de la Universidad de Zaragoza. Según el estudio, el 78,6% de los participantes había recibido un regalo no relacionado con la formación –muestras de medicamentos, libros, viajes o comidas–, sobre todo los asistentes a los últimos cursos, durante la etapa clínica. “Los estudiantes reconocen que esto puede provocar sesgos en su actividad profesional” señalan las autoras.
La formación es la actividad más frecuente de la industria farmacéutica en las facultades de Medicina, y también la más aceptada. Según el trabajo de Calderón, tres de cada cuatro alumnos piensan que las charlas suelen estar sesgadas a favor de los productos de la compañía, aunque más del 60% las consideran útiles. Un 22% estaría de acuerdo con prohibir los encuentros entre representantes farmacéuticos y estudiantes. “En este terreno son frecuentes las actitudes no definidas e incluso contradictorias”, apunta Calderón.
A mí no me afecta, a los demás sí
Como ejemplo de esta ambigüedad, un 39,8% de los estudiantes considera peligrosa la promoción farmacéutica para sus compañeros, pero solo un 30,4% cree que pueda afectarle a sí mismo. Se extrae del artículo que los estudiantes que han asistido alguna vez a una charla financiada por un laboratorio o han recibido una muestra valoran mejor su utilidad.
“El regalo tiende a crear un sentimiento de reciprocidad independiente de su cuantía, pero los profesionales suelen verse a sí mismos como inmunes a tales efectos”, dicen las investigadoras.
Sin embargo, las actitudes ante las invitaciones y regalos varían según su naturaleza y contenido. Mientras que los encuestados se muestran críticos ante el pago de vacaciones, regalos caros o comidas, se aceptan con facilidad libros, inscripciones y viajes a congresos.
El trabajo muestra una menor conformidad por parte de las mujeres hacia las estrategias de la industria
Esta influencia parece traspasar la frontera de la formación. “Estos comportamientos parecen reproducirse entre médicos residentes, lo que se puede atribuir, en parte, a carencias formativas tanto en pregrado como a lo largo de la formación MIR” apunta Calderón. 
Los familiares de médicos, más influenciados
El 24,9% de los encuestados tiene parientes que ejercen la medicina. Estos estudiantes, según la investigación, reciben más obsequios y muestran una percepción más positiva de las charlas financiadas por la industria. Son menos los que reconocen la posible influencia de las promociones en su futura prescripción y la de sus compañeros.
Por otro lado, en cuestión de sexos, el trabajo muestra una menor conformidad por parte de las mujeres hacia las estrategias de la industria, 14%  frente al  23,4% de los hombres.
Más conciencia en las aulas
Para evitar las posibles influencias negativas, para Calderón sería necesario el refuerzo de asignaturas “que fomenten la reflexión y la medicina basada en la evidencia, el uso racional del medicamento o lectura crítica de la literatura”.
También hay estudiantes que, por su parte, crean iniciativas para luchar contra lo que entienden como un atentado contra la ética médica. Como ejemplo, las investigadoras nombran al colectivo Farmacríticxs, formado por alumnos de sexto curso, cuyo objetivo es promover una relación ética y transparente con la industria farmacéutica.
“Precisamente por su condición de estudiantes, las actividades y los contenidos formativos deberían ser siempre accesibles y rigurosos” concluye la investigadora.                      
Referencia bibliográfica:
Calderón Larrañaga, Sara y Rabanaque Hernández, María José: “Estudiantes de medicina y marketing farmacéutico”. Atención Primaria.