sábado, 17 de diciembre de 2011

A las españolas ya no les duele la cabeza

Las que tienen pareja estable están bastante o muy satisfechas con su vida sexual, aunque les gustaría hacerlo con más frecuencia

Las mujeres españolas quieren más. Están satisfechas con su vida sexual pero les gustaría que los encuentros con su pareja fueran más frecuentes. La recurrente frase: «Me duele la cabeza» que nuestras abuelas utilizaban para evitar relaciones sexuales que solían dejarlas en un «ni frío ni calor» ha quedado desterrado.

«Hace cuatro décadas las mujeres en el sexo tenían unas expectativas que luego no se correspondían con la realidad por la falta de conocimiento, pero hemos avanzado muy rápidamente hasta ponernos a niveles europeos», explica Vicente Bataller, doctor en Medicina, sexólogo director del Instituto Valenciano de Sexología.

Las españolas han dejado el rol de sujeto pasivo y han interiorizado que «su felicidad sexual es responsabilidad suya. Cada uno somos responsables de nuestro placer. Hay que desterrar eso de "este hombre no me ha dado un orgasmo"», afirma Miren Larrazaal, presidenta de la Federación Española de Sociedad de Sexología.

Satisfechas

La mayoría de las mujeres de nuestro país le dan una gran importancia al sexo. El 70% confiesa que mantiene relaciones sexuales al menos una vez por semana y casi 8 de cada 10 españolas asegura que está muy o bastante satisfecha, según refleja el Informe Europeo sobre Hábitos Sexuales «¿Qué quieren las mujeres?», que recopila datos sobre la sexualidad de 2.500 mujeres con pareja estable en cinco países europeos (Alemania, Austria, España, Portugal y Suecia).

Comparadas con las vecinas, no sólo es que las españolas estén igualándose a las europeas en materia sexual, sino que las adelantan y se colocan en el segundo puesto en satisfacción y frecuencia sexual, solo superadas por las portuguesas.

Las mujeres de la piel de toro sólo ponen un pero: les gustaría tener relaciones sexuales con mayor regularidad. Así mientras 6 de cada 10 afirman que les gustaría practicar sexo diariamente o varias veces a la semana, sólo la mitad lo lleva a cabo.

Lo que les quita las ganas

Que las españolas se muestren más activas sexualmente no quiere decir que se conformen con cualquier cosa. El egocentrismo, la pereza, la arrogancia y la falta de autoestima en los hombres son cualidades que, sexualmente hablando, echan para atrás a las mujeres, según el informe.

Obviamente el físico juega un papel muy importante en la atracción sexual, pero el gran inhibidor del deseo de las mujeres no tiene que ver con la simple apariencia sino con algo mucho más «profundo»: el mal aliento. A tres de cada diez españolas, la halitosis les quita las ganas, seguida de los problemas de erección, la eyaculación precoz, las flatulencias o el sobrepeso.

De hecho, el 30 por ciento de las encuestadas cree que su pareja ha pasado alguna vez por un episodio de impotencia, aunque a la mayoría todavía les cuesta acudir a las consultas médicas. «Sólo el 18% de los hombres con problemas de erección acuden al médico y suelen tardar una media de cinco años. Siente vergüenza porque ven amenazada su masculinidad», señala Miren Larrazabal. Tanto ella como el doctor Bataller coinciden en la importancia de acudir al especialista porque con la combinación de fármacos y terapia sexual con la pareja se soluciona el problema.

Pero, en palabras del sexólogo, también es importante «una educación sexual que deje de centrar todo en el pene. Hay otras juegos que dan placer. La sexualidad no empieza y acaba con la erección».


EN ESO NO HAY RECORTES...


Tan inutil son los ultrasonidos,como esta ministra....

El uso de los ultrasonidos para tratar el dolor lumbar carece de fundamento científico

Una revisión sistemática recientemente publicada por investigadores españoles en la principal revista científica internacional en el campo de la columna vertebral, The Spine Journal, pone de manifiesto que el uso de los ultrasonidos para el tratamiento del dolor lumbar carece de fundamento científico.

De acuerdo con la información facilitada por la Fundación Kovacs, los ultrasonidos se usan frecuentemente para el tratamiento de las afecciones musculoesqueléticas y, especialmente, el dolor lumbar; de hecho, el 55% de los médicos de atención primaria norteamericanos los recomiendan para su tratamiento, y los utilizan el 50% de los fisioterapeutas en el Reino Unido, el 65% en los USA y el 94% en Canadá. En el Sistema Nacional de Salud español se aplican de manera rutinaria, aunque no existen datos que cuantifiquen su uso.

Datos del estudio

La revisión publicada se centró en el uso de los "ultrasonidos" y las "ondas de choque" para el tratamiento del dolor lumbar, y concluye que no existe fundamento científico sobre la eficacia de ninguna de las dos tecnologías. La elaboración del estudio fue realizada por investigadores de la Fundación Kovacs, la Universidad de León y el Centro Cochrane Iberoamericano, todos ellos pertenecientes a la Red Española de Investigadores en Dolencias de la Espalda. Los autores carecían de conflictos de interés y la revisión fue financiada por entidades sin ánimo de lucro ni relación con la industria sanitaria; el 4% fue aportado por el Fondo de Investigación Sanitaria, del Instituto de Salud Carlos III, y el resto por la Fundación Kovacs, una entidad privada sin ánimo de lucro que es responsable del 90,5% de la inversión española en investigación científica sobre dolencias del cuello y la espalda.

Siguiendo los métodos más rigurosos establecidos por la comunidad científica internacional, los autores analizaron pormenorizadamente todos los estudios realizados hasta la fecha para evaluar los ultrasonidos y las ondas de choque para el tratamiento del dolor lumbar, y compendiaron sus resultados. En conclusión, demuestran que no existen pruebas científicas de que estas técnicas sean mejores que el placebo, y que su efecto es incluso menor que el de otros tratamientos que tampoco han demostrado ser eficaces.

Derroche económico

Según se insiste desde la Fundación Kovacs, las pruebas científicas demostraron que los recursos públicos actualmente destinados a financiar este tratamiento en el Sistema Nacional de Salud están siendo dilapidados, y no están justificados los inconvenientes que se causa a los pacientes (visitas médicas, tiempo perdido, desplazamientos, costes, etc.).

Por eso, los autores recomiendan que el Sistema Nacional de Salud deje de cubrir de manera inmediata los ultrasonidos para el tratamiento del dolor lumbar, y asigne los recursos así liberados a aplicar otras tecnologías que sí han demostrado ser eficaces, efectivas y eficientes. Eso mejorará la efectividad del tratamiento aplicado en el Sistema Nacional de Salud, y la eficiencia de los recursos públicos destinados a sufragarlos. Como indica el Dr. Francisco Kovacs, coautor de la revisión sistemática y director de la Red Española de Investigadores en Dolencias de la Espalda, "en tiempos de crisis, es inaceptable que se derrochen recursos públicos en tecnologías inútiles y, antes de amenazar con fórmulas como el copago, deben dejar de dilapidarse recursos sanitarios en procedimientos ineficaces. Los ultrasonidos para el dolor lumbar son un ejemplo perfecto de esta situación".

Tratamientos disponibles de eficacia dudosa

Actualmente, y de acuerdo con la información facilitada, se aplican más de 200 tipos distintos de tratamiento a los pacientes con dolor lumbar, incluyendo muchas tecnologías no farmacológicas. Pero la mayoría de esos tratamientos nunca han demostrado ser eficaces, seguros, efectivos ni coste-efectivos, sino que su uso carece de fundamento científico y se basa en estrategias comerciales destinadas al público general o a los médicos, lo que plantea problemas éticos, clínicos y económicos. Como señala el Dr. D. Gerard Urrútia, coautor del estudio y miembro del Centro Cochrane Iberoamericano, "se calcula que hasta el 30% del gasto sanitario se dilapida en tecnologías ineficaces o en el uso inapropiado de tecnologías sanitarias, aplicándolas en casos en los que no están indicadas. Esto resulta peligroso para los pacientes y económicamente insostenible".