martes, 16 de octubre de 2018

LA LEY PERMITE ENCARCELARLOS POR ESTAFA...QUE ESPERA SANIDAD?

Mujeres con cáncer instan a poner fin a la impunidad de las seudoterapias

La federación de afectadas por tumores de mama teme que se conviertan en una moda


«Los pacientes con cáncer somos más vulnerables y fáciles de convencer». La frase parece una obviedad, pero dicha en boca de Antonia Gimón, vicepresidenta de la Federación Española de Cáncer de Mama (Fecma) es la constatación de una realidad. La desesperación es lo que lleva a los pacientes y a sus familias a caer en las falsas terapias de curanderos y seudoprofesionales, un fenómeno que, aunque minoritario, preocupa cada vez más. «Tenemos que decir basta ya y advertir con mayor insistencia que, ¡ojo!, que esto no funciona, que no tiene base científica», advierte la propia Gimón, que ayer presentó, junto varias asociaciones profesionales de oncólogos, un manifiesto que refleja las inquietudes de las 45 asociaciones que conforman la Federación Española de Cáncer de Mama. Y las seudociencias son una de ellas. «Estamos preocupados de que esto vaya a más y que llegue a convertirse en una moda», resalta Gimón.
Pero ni los pacientes ni sus familias son los culpables de la situación. «Si detrás hay un estafador, no puede salir impune, tiene que haber una legislación que lo regule, porque están estafando con la salud, y esto es muy peligroso», destaca Eva María Ciruelos, presidenta del Grupo de Investigación en Cáncer de Mama Solti. En el manifiesto, de hecho, se insta a acabar con la impunidad que existe con las seudociencias, con el limbo legal que permite que pacientes abandonen el tratamiento médico, que consiste en cirugía, radioterapia y quimioterapia, por métodos alternativos sin ninguna base científica ni eficacia. Fue lo que le ocurrió a una joven de Girona que murió el pasado mes de julio con el «seno putrefacto» por seguir los consejos de un curandero. No fue un caso único, como recordó recientemente en un congreso Vicente Guillem, presidente de la Fundación para la Excelencia y la Calidad en Oncología, quien destacó que a su consulta llegaron mujeres «con un tumor de 15 centímetros y la mama ulcerada después de tres años de recibir tratamiento con medicinas alternativas». «Es posible -reflexionó- que a lo largo de mi extensa carrera solo haya visto 20 casos, pero si sumamos esos a los 20 de otro oncólogo, a los de otro, y a los de otro...».
Estrategia contra las estafas
En la presentación del manifiesto de Fecma, el vicepresidente del Grupo Español de Cáncer de Mama, José Ángel García Sáenz reclamó una «estrategia específica contra estas estafas y timos que actúan de forma impune». «Se echa en falta que desde la Administración -alertó- se lidere de alguna forma la lucha contra las seudociencias».
Su mensaje encierra la misma filosofía que el duro comunicado contra las falsas terapias que divulgó hace unos días el Consejo General de Colegios Médicos, prácticas que también fueron condenadas por el Consejo General de Farmacéuticos. El propio Gobierno anunció la semana pasada que está trabajando en una estrategia para combatir las seudociencias, aunque aún no aclaró cómo lo hará.
Las mujeres con cáncer de mama son vulnerables a los tratamientos alternativos, aunque desde Galicia aún no se ha observado un incremento de estas peligrosas prácticas. «Nadie vino a preguntarnos nunca sobre medicinas alternativas para tratar su cáncer y nosotros siempre aconsejamos que hay que seguir los tratamientos de la medicina», explica Olga Sotelo, presidenta de Adicam, una de las asociaciones más activas de pacientes.

Ocho de cada diez gallegos, dispuesto a participar en un ensayo clínico

El Grupo Español de Investigación en Cáncer de Mama presentó ayer una encuesta, a pocos días de la celebración el viernes del Día Mundial del Cáncer de Mama, en la que se revela que ocho de cada diez gallegos se muestra dispuesto a participar en un ensayo clínico si el oncólogo así se lo recomienda. «Las personas que participan no solo pueden estar beneficiándose de un nuevo tratamiento innovador, sino que están ayudando a que otros pacientes puedan hacerlo en el futuro», explicó Miguel Martín, presidente del grupo. Sobre la enfermedad, de la que se diagnostican cada año más de 4.500 nuevos casos en Galicia, aún existe un gran desconocimiento, como prueba el hecho de que el 30 % de los gallegos cree que todos los pacientes la superará, por ser el tumor con más tasa de supervivencia. Pero es el que más fallecimientos causa entre las mujeres.

¿QUE MAS DA? TODOS ERAN SERES VIVOS



Aumenta la polémica sobre la antigüedad de pinturas rupestres en cuevas españolas

La nueva datación de pinturas de neandertales en tres cuevas españolas pone de manifiesto la existencia de dos bandos entre expertos, de alguna manera enfrentados entre sí por sus estudios.

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Panel 78 en la cueva La Pasiega (Cantabria) y dibujo del panel realizado en 1913 por el arqueólogo francés Henri Breuil./JOAO ZILHAO/BREUIL
A principios de año se publicó un estudio sobre las pinturas prehistóricas existentes en tres cuevas españolas que revolucionó el panorama del arte rupestre en Europa. La antigüedad que se les atribuía era tal que solo los neandertales podían haber sido sus autores, a pesar de que hasta entonces se pensaba que el arte parietal nació en Europa con la llegada del hombre moderno, el Homo sapiens. Quizás por lo mucho que está en juego en el mundo de la arqueología, el estudio ha dado lugar a una gran polémica que, en la parte más visible, se está manifestando de forma poco habitual en las páginas de la revista de referencia mundial que publicó muy destacado (y dio, por tanto, por bueno) el primer estudio, la revista Science.
Dado que se trata de cuevas situadas en territorio español la polémica está ya en la arena de la ciencia española, porque en ambos bandos, si se puede decir así, se manifiestan expertos españoles. Quizás lo más interesante de este tema, sin embargo, sea que se está poniendo en valor el rico patrimonio artístico de las cuevas españolas, con pinturas que complementan en el tiempo y en el espacio las de la famosísima cueva de Altamira y en las que todavía hay mucho que descubrir y que estudiar, en un marco de escasez de medios constante.
Los neandertales eran artistas, aseguraban los investigadores del primer estudio, porque las pinturas datadas por ellos arrojaron una antigüedad mínima de 65.000 años. En esa época todo indica que solo los neandertales habitaban Europa y que los humanos modernos llegaron hace entre 45.000 y 40.000 años. Este estudio se consideró la primera prueba clara de que los primos extintos de nuestra especie practicaban el arte rupestre parietal, aunque ya había indicios de que tenían sistemas de comunicación simbólica complejos, expresados, entre otros ejemplos, a través de conchas marinas teñidas y decoradas.
Estas conclusiones no han sido aceptadas por otros expertos, que consideran que el problema está en detalles relacionados con el método de datación utilizado (como la contaminación externa del carbonato) y las conclusiones extraídas por el amplio equipo liderado por Dirk Hoffmann, del prestigioso Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva. El método se basa en la datación de los pequeños depósitos de carbonatos sobre las pinturas, que contienen trazas de los elementos radiactivos uranio y torio y dan una edad mínima para lo que hay debajo.
Pasado este verano, cuatro expertos publicaron en la misma revista un contraestudio que indicaba una edad de solo 47.000 años para las pinturas, edad que consideran mucho más consistente con el contexto arqueológico conocido. Entre ellos está Roberto Ontañón, que es el director de las Cuevas Prehistóricas de Cantabria. Entre las tres cuevas estudiadas por Hoffmann y sus colegas está la cántabra La Pasiega.
Dirk Hoffman y un colega toman muestras de carbonato sobre el dibujo en forma de escalera en el panel 78 de La Pasiega./ C.D STANDISH, A.W.G. PIKE Y D.L. HOFFMANN
Las otras dos son Maltravieso (Extremadura) y Ardales (Andalucía). Ontañón, que es también director del Museo de Prehistoria y Arqueología (Mupac), ha comentado que el método de uranio-torio se usa en formaciones de calcita grandes, sobre todo estalagmitas y que es mucho menos fiable en capas finas o granitos de calcita, porque da lugar a un “envejecimiento” de las muestras. “Creemos que, a la luz de estos datos, es precipitado decir que las pinturas son tan antiguas como para ser obra de neandertales y proponemos poner en cuarentena las fechas a la espera de que estudios más profundos aclaren las dudas”, concluyó en declaraciones a Efe.
Pero la cosa no terminó ahí. La semana pasada los autores del primer estudio contraatacaron. Arguyen que uno de los argumentos utilizados para criticar su estudio, el de que si están en lo cierto ha habido un desierto de nada menos que 25.000 años en el arte rupestre (desde los 65.000 años hasta los 40.000 años de otras obras datadas) indica una falta de comprensión de cómo funciona la técnica de las edades mínimas en este tipo de datación. Para ellos, el panorama más probable es que en Europa el arte rupestre emergió antes de hace 65.000 años y continuó de forma más o menos continua durante el Paleolítico.
“No se puede evitar la conclusión de que estos patrones temporales implican que los neandertales son los autores del arte rupestre más antiguo de Europa”, afirman los investigadores, varios de los cuales son de instituciones españolas (de Andalucía, Extremadura, Cataluña y Madrid).
Uno de ellos, el portugués Joao Zilhao, de la Universidad de Barcelona, se ha mostrado muy tajante: “La crítica contiene errores garrafales, se equivoca de la primera a la última palabra y carece de base científica”, informa Efe. Palabras muy gruesas para una polémica científica que indican lo que está en juego, dos formas muy diferentes de estimar la capacidad de los neandertales en comparación con los humanos actuales.
Y a todo esto, ¿qué es lo que hicieron aquellos antiquísimos artistas que, movidos probablemente por razones rituales, nunca pensarían que fueran objeto de tantas discusiones en la posteridad? Pues hay representaciones claras de animales, así como rayas, puntos, escaleras y otros símbolos variados, además de manos en negativo. Estas últimas implican una voluntad clara de plasmar algo, puesto que se hacían esparciendo pigmento sobre una mano puesta sobre la roca.