sábado, 15 de noviembre de 2014

Por qué me quiero morir a los 75 años(para mi dentro de 7 meses)

Ezequiel Emanuel, un reconocido médico estadounidense, abrió una nueva polémica sobre la capacidad de la medicina para prolongar la vida, sin que esto signifique vivir mejor. Por eso propone un reto: definir cuándo morir
El oncólogo estadounidense Ezekiel Emanuel advierte que le medicina está ayudando a prolongar la vida de las personas, aunque no necesariamente sea una vida mejor. Foto: BBC Mundo
 
¿Cuántos años deberíamos vivir hasta que la pérdida de facultades físicas o mentales amenacen con convertirnos en una carga para los demás?
¿Cuál es el punto de no retorno en el natural proceso de envejecer?
"Trabajaste duro cuando joven, hiciste una carrera profesional y tuviste una familia. A mí me parece una buena vida. Entonces, ¿por qué correr el riesgo de terminar senil, babeando, siendo una responsabilidad para los demás?"
Así explica Ezequiel Emanuel, de 57 años de edad y médico oncólogo, su decisión de ponerle fin a su vida a los 75 años.
Para más señas, Emanuel es el director del Departamento de Bioética Clínica, del Instituto Nacional de Salud de Estados Unidos.
Es decir, es alguien que conoce lo que la medicina moderna puede hacer para alargar las expectativas de vida de una persona.
Más allá del tabú sobre la muerte, o las implicaciones éticas y religiosas que conlleva, para Emanuel es un asunto de escoger un punto ideal para morir.
"Morir nos quita la posibilidad de tener nuevas experiencias, de pasar más tiempo con mi esposa e hijos. Pero vivir mucho también es una pérdida", expresa.
En su opinión, aún cuando la persona esté en condiciones físicas aceptables, se encuentra en franco deterioro porque pierde capacidad para ser creativo y para trabajar.
También cambia la manera como las personas se relacionan con el individuo.

Cuando un médico lo dice.

Quizás lo que más llama la atención sobre la posición de Emanuel es que sea un médico quien lo plantee.
El doctor Ezekiel Emanuel, a la derecha en la foto, no apoya la eutanasia. Su punto es retar a las personas a hacer algo con sus vidas antes que la vejez lo impida. Foto: BBC Mundo
Un doctor que en vez de dar esperanzas frente a la enfermedad o la muerte, nos confronta con otra realidad sobre las verdaderas capacidades de la medicina.
Más allá de supersticiones o creencias religiosas sobre vida después de la mu, la mayoría de las personas confía en que la medicina puede - y debe- extender los años de vida hasta donde sea posible.
El punto crucial, en palabras de Emanuel, es que aun cuando muchas terapias puedan prolongar nuestra existencia, no necesariamente prolongan la calidad de nuestro funcionamiento.
Lo que el individuo entendía como vida plena o activa se ve limitada por discapacidades, enfermedades crónicas.
Según Emanuel, el porcentaje de personas que sobreviven un ataque ha crecido 20% en comparación con el pasado.
Sin embargo, muchos de estos sobrevivientes quedan seriamente discapacitados.
"Por un lado es un triunfo de la medicina. Por el otro lado, no lo es tanto", comenta el oncólogo.
Aquí es importante notar que Emanuel no está planteando que las personas deban tomar acciones deliberadas para acelerar su muerte.
Su posición es que al llegar a los 75 años, se negará a recibir cuidados médicos como quimioterapias, marcapasos o antibióticos que pretendan prolongar su existencia.
"No quiero ser llevado por el estamento médico a tomar remedios", dice.

¿A favor de la eutanasia?

Se ha hablado mucho de eutanasia y el derecho de cada uno a terminar su vida antes de que se vuelva indigna, y la senilidad sea demasiada para soportarla.
Brittany Maynard, la joven estadounidense con un cáncer terminal, decidió recurrir al suicidio asistido el 3 de noviembre pasado. Foto: BBC Mundo
 
Recientemente fue muy difundido el caso de Brittany Maynard, la joven estadounidense a quien los médicos le diagnosticaron un cáncer terminal y le dieron seis meses de vida.
Maynard tomó la decisión de recurrir al suicidio asistido el 3 de noviembre pasado, luego de pasar sus últimos meses cumpliendo una lista de deseos y cosas por hacer antes de partir.
A pesar de esto, para el doctor Emanuel es difícil conciliar su posición personal con su negativa a la legalización de la eutanasia para los pacientes con enfermedad terminal.
Él insiste en que es su posición personal, y no desea influenciar en ninguna política de estado al respecto.
Para Emanuel, cambiar la ley para permitir suicidios asistidos genera muchos más problemas legales y morales que son más complicados de resolver, y pueden dar espacio al abuso de estas medidas.

No todos envejecemos igual

Emanuel también está al tanto de que cada persona envejece de una manera distinta.
Una persona le comentó una vez que su padre estaba en sus 80, tocaba el saxofón en la mañana, luego corría un kilómetro y medio, y terminaba el día jugando tenis con sus amigos.
"Puedes hacer varias cosas para vivir una vida vigorosa, intelectualmente vibrante: el ejercicio es muy importante, mantener una vida social muy activa, y seguir trabajando, porque te obliga a interactuar socialmente, a tener rutinas, a tener un plan y lograr objetivos", dice Emanuel.
Todas esas actividades te permiten mantenerte activos, pero también es cierto que no todos pueden mantenerse así.
Otras personas le han comentado que al arribar a los 70, muchas veces se muestran más despreocupadas y felices, con menos presiones.
Muchas personas llegan a envejecer manteniendo una vida activa. Sin embargo, no todos tienen la misma posibilidad. Foto: BBC Mundo
 
"Claro, pero muchas personas al llegar a esa edad se adaptan a sus limitaciones y bajan sus expectativas. ¿Esa es la manera de alcanzar la felicidad?", responde Emanuel.
Además agrega lo que él considera una pequeña muestra de lo que va a ser su experiencia con más años.
"Hablo por Skype con mis hijas, y cada vez me dicen que estoy más olvidadizo. Pero yo no lo noto. Ellas sí".
Es cuando el pensamiento de deslizarse felizmente hacia la senilidad mientras se convierte en un peso para su familia le parece una manera muy poco atractiva de envejecer.
Al final, admite que el límite de 75 años es algo arbitrario.
Emanuel lo justifica diciendo que poner ese límite te hace pensar qué es lo que estás haciendo con tu vida.
Emanuel no busca seguidores, solo plantea un reto a que las personas piensen en su propia filosofía de vida.
"Creo que uno de los problemas es que si no estableces una fecha, no confrontas el problema del deterioro. Para mi es mejor enfocarse en que tienes 75 años de vida. ¿Qué es lo que vas a hacer con ese tiempo?".
Ese es el reto que nos plantea Emanuel.
LA CIENCIA INVESTIGA EL PLACER sexual de la mujer

El estudio que explica para qué sirve el orgasmo femenino (y sus consecuencias)

    La ciencia lleva décadas planteándose el origen y existencia del orgasmo femenino. Qué es y para que sirve es una de las grandes dudas de los investigadores sexuales a la que tratan de dar respuesta a través de multitud de estudios.  
    De un lado están las teorías evolucionistas que giran en torno a relacionar el orgasmo la reproducción, y por otro, las que los relacionan, como explicamos en ACyV, con una reacción inconsciente de nuestro cuerpo ante un estímulo derivada del “incremento del flujo sanguíneo en los tejidos eréctiles” .
    Un nuevo estudio sugiere que los orgasmos ayudan a las mujeres a elegir mejores parejas. Además de la satisfacción de ellas, los resultados de este análisis en clave evolucionista, explican que tras conseguir el orgasmo femenino ellos se sentían más confiados en sí mismos y más atractivos.
    Denominan al orgasmo femenino como un subproducto del masculinoEs decir, al alcanzar el orgasmo se consigue una especie de conexión entre ambos que puede ser determinante para terminar por escogerse como pareja (especialmente de cara a formar una familia).
    Pese a que los investigadores advierten que estos resultados preliminares de su estudio no dan una explicación “de ninguna manera definitiva”, Tracy Clark-Flory plantea en Salon algunas de las consecuencias de los orgasmos femeninos que pueden relacionarse con esta teoría sobre que existen para que las hembras seleccionen a sus parejas ideales, aunque sea en la cama.
    • Incrementan las ganas practicar más sexo: conocido como el “éxito reproductivo”, comenta Clark-Flory que al alcanzar el orgasmo ambas partes se sienten mejor y querrán volver a compartir esta sensación con la otra persona.  
    • Ayuda a conciliar el sueño: tras un orgasmo el cuerpo entra en un estado de relax y adormilado. Este descanso, conocido como “siesta post-coital”, es un momento en el que además se incrementan las opciones de los espermatozoides para encontrar un óvulo que fecundar. De ahí que los investigadores lo relacionen con el hecho de considerar haber encontrado una pareja: tras el orgasmo, te recuestas a su lado.
    • El esperma coge impulso gracias al orgasmo: es decir, con las contracciones vaginales derivadas del orgasmo se produce lo que denominan “tragarse o absorber el esperma”, de tal forma que el semen entra con mayor facilidad y rapidez en el útero y se aumentan las probabilidades de embarazo.
    • Genera sentimientos de conexión e intimidad “especial”: al tener un orgasmo se libera una mayor cantidad de oxitocina en el cuerpo y, claro, esto tiene sus consecuencias en las mujeres. La conocida como “hormona del amor” corre a sus anchas por la mujer que se siente atraída –en exceso– por la otra persona y se estimula la unión.  
    • Ayuda a escoger una buena pareja: como explica Clark-Flory, este nuevo estudio que surge de la hipótesis de la selección de pareja en base al orgasmo femenino, parte de la idea de que éste ayuda a incrementar las posibilidades de fertilización. De ahí que planteen que si las mujeres tienen un orgasmo sientan que esa persona podría ser la adecuada para formar una familia.   
    • Es un “regalo de la evolución”: basándose en los principios embriológicos comunes entre hombres y mujeres, el estudio plantea que si “los hombres tienen orgasmos con el objetivo de difundir su semilla y promover la especie”, las mujeres lo harán con el mismo fin. De ahí que denominen al orgasmo femenino como un subproducto del masculino.  
    Como dice Clark-Flory, mientras se plantean teorías que plantean “el orgasmo femenino como sobras biológicas de los hombres”, las mujeres continúan disfrutando de menos orgasmos que ellos durante las relaciones sexuales. De hecho, sólo el 25% manifiesta alcanzarlos y alrededor de un 5% jamás llega a tener uno.
    Quizás los resultados de este estudio hagan que los hombres se preocupen –aquellos que lo obvien– por conocer cuál será el ingrediente necesario para provocarlo para que les escojan como pareja. Seguro que más de uno se anima a esforzarse más aunque sea por ser el elegido.