sábado, 23 de marzo de 2013

OTRA ESTAFA PARAMEDICA MAS

Kinesio taping, las vendas de colores que sirven para casi todo sin demostrar casi nada

Los vendajes neuromusculares que se popularizaron en los Juegos Olímpicos de 2008 siguen triunfando aunque no cuentan con respaldo científico
Un nuevo estudio realizado en España con futbolistas de élite vuelve a negar sus capacidades
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Una jugadora de voley playa luce en su hombro uno de estos vendajes neuromusculares / Foto: London 2012
Una jugadora de voley playa luce en su hombro uno de estos vendajes neuromusculares / Foto: London 2012
Pocos momentos son más propicios para lanzar un producto que durante los Juegos Olímpicos. Con cientos de millones de personas delante del televisor, cualquier cosa que resalte puede propiciar el chispazo del éxito. Sin embargo, colarse en las pantallas de más de medio mundo no es tan sencillo. Hace falta un esfuerzo económico descomunal, como el que realizan los patrocinadores oficiales, y apoyo de los atletas. Al fin y al cabo, la foto de una estrella del deporte luciendo una prenda o consumiendo cualquier invento puede marcar la diferencia. Para conseguirlo, en los juegos de 2008 la empresa Kinesio Holding Corporation regaló a los deportistas de 58 delegaciones 50.000 rollos de venda elástica de colores.
Los espectaculares cuerpos de las jugadoras de voley playa, los venerados gemelos de Cristiano Ronaldo, ese escaparate humano llamado David Beckham. Un trabajo de marketing deportivo de primera clase consiguió colocar estas vendas, con todo tipo de supuestas propiedades beneficiosas, en todos los campos, canchas e incluso piscinas del planeta. Un éxito comercial con pies de barro, si acaso el volumen de ventas dependiera de la verdad científica que respalda los reclamos. “Alivia el dolor. Efecto antiinflamatorio, tónico y relajante. Normalización de la función del músculo. Mejora la circulación de la sangre y de la linfa. Recupera los desajustes de las articulaciones y mejora la propiocepción“, asegura en la versión más comedida y oficial.
Se trata de un vendaje elástico, que se estira hasta un 140% de su longitud original, que funciona al elevar la piel. Básicamente, habría que pegarlo a la piel con el músculo estirado para que al relajarlo la venda genere unos pliegues cutáneos que “aumentan el espacio celular subcutáneo”, “disminuyendo la presión sobre la dermis”, “abriendo los vasos sanguíneos y mejorando la evacuación linfática”, todo según los conceptos usados en los estudios que respaldan sus propiedades. Los primeros, a finales de la década de 1990, y firmados por su inventor: Kenzo Kase, el gurú de los vendajes de colores. Aunque su propia leyenda cuenta que los inventó en la década de 1970, lo cierto es que se puso las pilas con su hallazgo a finales del siglo pasado, blindando en la oficina de patentes de EEUU las características de su venda.
Ha sido después del estallido de popularidad, entre 2008 y 2012, cuando han surgido mayor número de estudios para comprobar si es cierto que mejora el rendimiento deportivo y hace desaparecer dolores en las articulaciones. Como explican en la mayoría de ellos, por ver si merece la pena o si conviene dejar de hacerle perder el tiempo a los fisioterapeutas. La mayoría son poco concluyentes y, aunque algunos reseñan determinadas ventajas puntuales o mínimos beneficios, lo cierto es que cuanto más severo es el estudio más lejos está de probarse un provecho real de su uso. Y es realmente complicado de hacer un diagnóstico global, porque se trata de unas vendas que podrían servir en cualquier músculo, inflamación, tendón o ligamento del cuerpo humano.

Con futbolistas tampoco funciona

El último trabajo que desacredita su utilidad tiene firma española, como gran parte de la literatura médica que se ha interesado por estas vendas, y se ha realizado con deportistas de élite: el equipo de juveniles del Sevilla FC, campeón de España de su categoría. “No tiene sentido usarlo, lo probamos con los jugadores y no sirve, no mejoraban en nada a pesar de que probamos muchas facetas distintas del rendimiento”, resume Moisés de Hoyo, profesor de la Universidad de Sevilla y fisio del equipo andaluz. “Echo de menos conocer el mecanismo fisiológico subyacente que explicaría sus propiedades”, afirma De Hoyo, al recordar que no cuenta ni con evidencia ni con una explicación convincente.
Un repaso sencillo por cualquier buscador de estudios médicos devuelve frases como estas:
“No se ha podido demostrar que incremente la flexión del tronco”, “ni disminuye ni aumenta la fuerza muscular en atletas no lesionados”, “no vale la pena su uso para pacientes con dolor de espalda crónico, en el mejor de los casos estaba por debajo del efecto mínimo clínicamente válido”, “ nuestros datos muestran una reducción en la respuesta refleja ante los desequilibrios”, “no se recomienda su uso en patologías del hombro”, “Kinesio taping puede tener un efecto placebo sobre el dolor”.
En los últimos meses se han realizado un par de metaestudios, un repaso serio sobre todo lo publicado. Uno, publicado en Sports Medicine, concluye que hay “pruebas de poca calidad para apoyar su uso sobre otros tipos de vendaje elástico en el tratamiento o la prevención de las lesiones deportivas”. Otro, realizado por investigadores de la Universidad de Extremadura, resuelve que ”en la práctica clínica se han obtenido efectos beneficiosos, pero desde el punto de vista de la evidencia científica, no existen estudios de revisión concluyentes”.
Aunque su eficacia es dudosa, no son un timo evidente como aquellas pulseras milagro que llegaron a ser perseguidas por las autoridades de medio mundo, incluida España. Al fin y al cabo, las cintas de kinesio taping son vendas. Y las vendas sí son útiles para múltiples funciones en medicina deportiva. Y no hay que olvidar un factor importante: el efecto placebo es especialmente notable en el ámbito deportivo, con atletas hiperexigidos dispuestos a agarrar cualquier pluma con su trompa, como Dumbo, para convencerse de que son capaces de volar. Lo mismo se ponen las medias del revés, entran a la cancha con el pie derecho, besan una medallita o se ponen un esparadrapo chillón: a ellos les sirve.

Hasta con animales

El doctor Kenzo Kase coloca una de sus vendas en un caballo / Foto: Kinesiotaping.com
El doctor Kenzo Kase coloca una de sus vendas en un caballo / Foto: Kinesiotaping.com
Por algo Kenzo Kase (y sus imitadores) cobran por sus vendas hasta diez veces más que una venda elástica convencional. Además, los distintos colores de las tiras se inspiran en la cromoterapia o colorterapia, y según la tonalidad ayuda con un enfoque curativo distinto. Y no sólo se gana dinero con las vendas: también con los manuales y vídeos para aprender a usarlas. También con los cursos homologados que dan profesores acreditados por la propia compañía, entre los que está un fisio del Real Madrid. Así se puede argumentar que no se está usando correctamente cuando aparecen resultados negativos más allá de los muros de la compañía.
El problema se agrava cuando, además de no probarse, se exageran sus capacidades, reivindicando que cura desde el  dolor de cabeza hasta fascitis plantar. Y no sólo sana a humanos, también cura animales. “En 1987, mi chihuahua fue atacado por un perro más grande. Fue horrible, pero le puse la venda y en tres o cuatro días ya estaba dando saltos por ahí”, contaba el doctor Kase al prestigioso rotativo británico The Observer en 2011. En esa plácida entrevista también contaba que habían usado sus vendas con un flamenco y que, como son resistentes al agua, también servirían en peces: “El único animal al que no ayudaré es a una cucaracha”. La entrevista fue duramente afeada por el defensor del lector debido al escaso espíritu crítico de su autor pero Kase comercializa ahora vendajes para caballos sin el menor pudor.

Las tiritas nasales que también triunfaron sin base científica

Antes de las vendas de kinesio taping y las ridículas Power Balance, triunfó otro producto que mezclaba marketing y supuestas propiedades beneficiosas para el rendimiento deportivo. Eran las tiritas nasales, que afirmaban ayudar a respirar mejor y a recuperar más oxígeno sin esfuerzo. Su primer éxito fue en la SuperBowl de 1994 pero estalló globalmente, y no por casualidad, en 1996: coincidían la Eurocopa de Inglaterra y los Juegos Olímpicos de Atlanta. Todos los deportistas, de todas las disciplinas, las usaban. Se agotaron en todas las farmacias y tiendas autorizadas. CNS, la compañía que lanzó el producto original, una tirita con alambres que abre las aletas nasales, facturó 86 millones de dólares ese año.
Varios estudios señalaron que, si servían para algo, desde luego no era para mejorar el rendimiento de deportistas de élite que, en muchos casos, respiran por la boca. “Los resultados a los que llegan la mayoría de las investigaciones pueden haber estado influenciados por el efecto placebo”, concluía un estudio español, que negaba su valor para los atletas y acaso lo recomendaba para  personas asmáticas. Parecidas conclusiones se obtuvieron en todo el mundo. Aun así, importantes deportistas, como Neymar, siguen luciéndolas. En 2006, la farmaceútica GlaxoSmithKline pagó 566 millones de dólares por CNS y sus tiritas Breathe Right.

Kirchner: "La diabetes es una enfermedad de ricos"

La presidenta de Argentina justifica de esta manera los recortes presupuestarios para el tratamiento de la enfermedad

 

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Mientras los científicos pugnan por encontrar la manera de curar a los enfermos de diabetes, algunos políticos buscan la manera de restar inversiones de donde sea. El último dirigente en causar polémica sobre tan delicado asunto ha sido la presidenta argentina, Cristina Fernández de Kirchner. Ante un auditorio preparado para escuchar los planes de Argentina para el 2020 escucharon como la presidenta justificó el recorte de inversiones para el tratamiento del exceso de azúcar en sangre en que "la diabetes es una enfermedad de ricos". En el vídeo es posible reconocer que la propia Kirchner se da cuenta de que algo de lo que ha dicho no es correcto, pero rectificar es solo para los sabios.
Mientras los científicos intentan conseguir una solución quirúrgica para la diabetes --este viernes se ha conocido que el 80% de los obesos con diabetes podría prescindir de la insulina tras la cirugía-- esta enfermedad sigue cobrándose cada vez más enfermos y no precisamente entre las clases más pudientes.
Mientras los científicos constatan que la diabetes se ha convertido en la causa del 65% de las amputaciones y que el 85% de los pacientes sufren dolor de los miembros fantasma --esos que ya no tienen pero que sienten todavía--, la presidenta habla de los enfermos como merecedores de su enfermedad por haber estado demasiado sentados en el sofá de casa. Lo cierto es que la diabetes puede dañar los nervios y causar lo que se conoce como la neuropatía diabética, y es que los altos niveles de azúcar en sangre provocan el envío de señales que hacen que el sistema se debilite y tenga lugar un adormecimiento de las extremidades, por lo que las dificultades de movilidad pueden llegar a ser más una consecuencia de la enfermedad que su causa.

La enfermedad

Aunque la presidenta argentina parece no saber nada de la enfermedad, debería saber que la insulina es una hormona producida por el páncreas para controlar el azúcar en la sangre y que la diabetes puede ser causada por muy poca producción de insulina, resistencia a ésta o ambas situaciones combinadas.
La ingesta de cualquier alimento implica que la glucosa (azúcar), que es fuente de energía para el cuerpo, entre en el torrente sanguíneo. El páncreas produce la insulina, cuyo papel es transportar la glucosa del torrente sanguíneo hasta los músculos, la grasa y las células hepáticas, donde puede utilizarse como energía. Las personas con diabetes presentan hiperglucemia, debido a que su cuerpo no puede movilizar o trasladar el azúcar hasta los adipocitos, hepatocitos y células musculares para que sea almacenado como energía. O también porque el páncreas no produce suficiente insulina o las células no responden de manera normal a la insulina.

Tipos de diabetes

Mientras la presidenta argentina dice que los gordos y ricos tienden a contraer la diabetes, sería conveniente recordar es que hay dos tipos principales de diabetes y que las causas y los factores de riesgo son diferentes para cada tipo:
La denominada diabetes 1 puede contraerse a cualquier edad, pero se diagnostica con mayor frecuencia en niños, adolescentes o adultos jóvenes. Esos que todavía no han tenido ocasión de vivir demasiado tiempo de manera acomodada, como presume Cristina Fernández de Kirchner por el mero hecho de tener la enfermedad. El cuerpo de los enfermos no produce o produce poca insulina y se necesitan inyecciones diarias de esta hormona. La causa exacta se desconoce. Pero los costes para los sistemas públicos de salud son elevados.
La denominada diabetes tipo 2 corresponde a la mayoría de los casos de diabetes. Generalmente se presenta en la edad adulta, pero cada vez se diagnostica más en adolescentes y adultos jóvenes debido a las altas tasas de obesidad. Lo cierto es que la obesidad, han constatado los últimos estudios, es menos habitual en las clases pudientes. Quizá porque eligen mejor las viandas de su mesa. Muchas personas con este tipo de diabetes no saben que padecen esta enfermedad. Sin un Estado del bienestar potente, la detección de la enfermedad es tardía y sus demoledores efectos en la salud más irreversibles.
La diabetes gestacional es el azúcar alto en la sangre que se presenta en cualquier momento durante el embarazo en una mujer que no tiene diabetes. Quizá la criatura vaya a tener una cuna alta, pero ser de alta cuna no predispone a padecer diabetes, dicen los expertos.
Cris acierta muchas veces,pero se equivoca como todo el mundo y esta metida de pata es gigantesca.
¿Habrá querido decir otra cosa?
Me temo que este desliz es el primero de su desbarrar o su soberbia la llevó a este terreno de la medicina.Se puede hablar de todo siendo presidente,pero no de temas de salud que desconoce o que tiene malos asesores.El ministro de Salud,un tal Manzur parece que salvo distribuir comisiones con los sindicalistas peronistas no sabe otra cosa.