lunes, 15 de enero de 2018

NA GUARDIA TERRIBLE"

“Quiero ser médico con dignidad”, la carta que critica las condiciones de urgencias

Lorena trabaja en urgencias hospitalarias desde hace 17 años y ha compartido una carta en la que explica las complicaciones y falta de recursos a las que tienen que enfrentarse cada día

Foto: La médica ha compartido en un post que muchos pacientes en urgencias se quedan sin cama.
La médica ha compartido en un post que muchos pacientes en urgencias se quedan sin cama.
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“Tengo 42 años, soy médico desde hace 19 y trabajo en urgencias hospitalarias desde hace 17”. Quien se describe así es Lorena Bembibre, médico de familia en el Hospital Arquitecto Marcide de Ferrol. Hace unos días decidió compartir su experiencia como médica en su blog. “Adoro mi trabajo, me encanta curar, me gusta la gente, no me imagino dedicándome a otra cosa. Ayer fue lunes y tuve guardia. Hoy me duelen las piernas pero sobre todo me duele el alma y por momentos creo que no voy a poder más”.
Lorena cuenta a El Confidencial que decidió escribirlo después de una “guardia terrible” con récords de asistencias. “Tenía la necesidad de compartir cuáles eran mis sentimientos después de trabajar dejándome la piel junto a mis compañeros”. La viralidad de su carta (compartida en portales como Menéame) le asombra, pero asegura que su intención “nunca fue destructiva”. “Me encantaría que todos, profesionales y usuarios, hiciésemos autocrítica y nos uniésemos para ayudar a solucionar el problema.”
A las ocho de la mañana, Lorena terminó su guardia firmando un certificado de defunción. “No estoy triste por mi última paciente; tenía 98 años y murió tranquila, acompañada por su familia. Habría sido mejor que pudiera haber muerto en su cama, pero estoy satisfecha con la atención que le dimos”, escribe. “Yo en realidad estoy triste por los casi 30 pacientes que se quedaban en urgencias pendientes de cama y por todos los que se les habrán ido añadiendo a lo largo del día de hoy.”
En su carta, Lorena relata el día a día y las preocupaciones a las que debe enfrentarse un médico de atención primaria, como las guardias infinitas o la falta de recursos, aunque asegura que no es nada nuevo. “La falta de recursos en la sanidad es algo que se padece desde hace muchos años pero que se ha intensificado con la crisis económica”, explica. “Estoy triste por todos esos pacientes que me recibieron ayer con una sonrisa y un gracias después de esperar siete horas a ser atendidos. También por todos aquellos que necesitaban una camilla y no podíamos dársela”. Aquellos que sí tenían, asegura, pasaron las siguientes 24 horas sobre diez centímetros de espuma. “Estoy triste porque me siento como un hámster corriendo en una rueda sin fin, sin llegar nunca a un destino”.
"Funcionamos como el teléfono de la esperanza: cuando a uno no se le da respuesta en otro sitio, acaba en urgencias"
La médica entra entonces a comentar algunos de los problemas que necesitan de atención. “Hay cosas impredecibles pero hay otras que no, y la gripe entra dentro de este último grupo. Puede llegar antes o después, pero siempre llega. Así que alguien debería haber pensado qué podíamos hacer para minimizar sus efectos”, sentencia. “Hace años que viene advirtiéndose de este problema así que tal vez alguien debería pensar qué modelo asistencial necesitamos.”
Lorena asegura que es muy frecuente que en urgencias deban atender a pacientes con sintomatologías de meses de evolución. “Este tipo de pacientes nunca debería llegar a nosotros pero funcionamos como el teléfono de la esperanza: cuando a uno no se le da respuesta en otro sitio, acaba en urgencias”.

Cinco minutos por paciente

“La atención primaria sigue siendo la hermana pobre”, lamenta. “Se programan agendas que son completamente inasumibles, pacientes citados cada minuto, consultas forzadas urgentes y si alguien se pone enfermo, pues el compañero hace trabajo doble”. Lorena cuenta que en atención primaria solo se dispone de cinco minutos por paciente. “Este tiempo incluye que el paciente entre en la consulta, explique lo que le pase, se desnude para que pueda explorársele, se le realice un diagnóstico y se le paute un tratamiento. Este tiempo que ya de por sí es ajustado y claramente insuficiente para atender la mayoría de consultas, se ve aún más reducido en casos de aumento de la demanda, como la epidemia de gripe que estamos viviendo en la actualidad”.
Los tiempos también se ven reducidos cuando no se cubren las bajas o ausencias de otros compañeros, según explica Lorena. En su carta también insiste en que ahora es difícil encontrar sustitutos. Por un lado, por quienes se han ido fuera de España a trabajar “en busca de mejores condiciones laborales”, y por otro, porque “alguien no calculó bien cuántos médicos se necesitarían en un futuro”.

“Alguien no ha hecho bien su trabajo”

“Alguien no ha hecho bien su trabajo, alguien a quien votamos cada cuatro años pero que solo piensa en renovar otros cuatro. Ir pasando el tiempo sin grandes escándalos y en la siguiente campaña electoral les volvemos a contar lo de las dos resonancias y a correr”, critica. “Y nosotros somos tan tontos que tragamos y nos dedicamos a gritar a la enfermera que nos está atendiendo como puede en urgencias en medio de un mar de camillas”.
Incide también en la acciones políticas tomadas respecto a esta situación. “Es poco popular electoralmente decir que se va a invertir en hospitales de enfermos crónicos y en reforzar la atención primaria. Vende muchísimo más decir que se van a comprar dos máquinas de resonancia magnética que decir que se va a dignificar la labor del médico de familia”. Lorena considera que tanto profesionales como usuarios han sido “cómplices” al aceptar la situación. “Pese a que lo venimos denunciando desde hace tiempo, no deberíamos tolerarlo”.
Al final del post, recuerda la situación en la que se encuentran. “Aceptamos sustituir al compañero enfermo sin rechistar, seguimos corriendo sin parar y llorando cuando llegamos a casa después de una guardia infernal. Como el hámster en su noria. Pero yo no quiero ser un hámster, a mí me encanta ser médico. Sólo quiero poder hacerlo con dignidad.”

YO ME MORIRE SIN CURA


El parásito de la malaria se hace supermutante para resistir al arsenal de fármacos


Numerosas mutaciones genéticas son la clave para que el parásito causante de la malaria se vuelva resistente a los distintos tratamientos. Investigadores de un consorcio internacional, en el que participa GSK Tres Cantos (Madrid), han analizado el genoma de 262 parásitos resistentes a 37 grupos de fármacos y, sorprendentemente, hay un gen de resistencia para cada compuesto.
ANA HERNANDO
<p>Un investigador mantiene la colonia de mosquitos del insectario del Centro de Investigación de Enfermedades de Países en Desarrollo de Tres Cantos. / GSK</p>
Un investigador mantiene la colonia de mosquitos del insectario del Centro de Investigación de Enfermedades de Países en Desarrollo de Tres Cantos. / GSK
Un equipo mundial de científicos de universidades, centros académicos y empresas, entre ellas la filial de GSK en Tres Cantos, ha identificado numerosas mutaciones que permiten que el parásito causante de la malaria: Plasmodium falciparum, transmitido por el mosquito Anopheles, se vuelva resistente al arsenal de tratamientos que se van desarrollando. Los resultados del estudio se han publicado en el último número de la revista Science.

Según explica a Sinc Javier Gamo, director de la unidad de malaria de GSK en Tres Cantos, “el material genético de los mutantes resistentes se ha secuenciado mediante las más avanzadas técnicas de para obtener el mapa genético de cada una de las cepas resistentes”.
En el trabajo, liderado por la Universidad de California, los investigadores han llevado a cabo un análisis del genoma de 262 parásitos P. falciparumresistentes a 37 grupos de compuestos. En 83 genes clave que están asociados con la resistencia a los medicamentos, los científicos identificaron cientos de cambios que podrían estar causando este efecto, incluida la codificación genética repetida o mutaciones que resultan en proteínas alteradas.
Tras la secuenciación, el equipo utilizó clones de parásitos de P. falciparumbien estudiados y los expuso a los distintos compuestos a lo largo del tiempo, controlando los cambios genéticos que ocurrieron a medida que se desarrolló la resistencia.
Pistas para nuevos tratamientos
Sorprendentemente, los investigadores fueron capaces de identificar un gen de resistencia para cada compuesto. Algunas de las mutaciones ocurrían con la exposición individual a varios de los fármacos, lo que sugiere que los cambios genéticos son capaces de resistir a los numerosos tratamientos existentes, indica el estudio.
En opinión de Gamo, con esta investigación se ha logrado avanzar en dos aspectos: “Por un lado, un mayor conocimiento de la biología del parásito y de los mecanismos que utiliza para evadir la acción de los fármacos antimaláricos y, por otro, se han descubierto y validado nuevos genes en P. falciparum que pueden ser utilizados para el descubrimiento de nuevos tratamientos contra la malaria”.
Los investigadores de GSK Tres Cantos “se han encargado de la obtención de mutantes resistentes a un buen número de compuestos, así como de su caracterización funcional”.

Financiación de la Fundación Bill y Melinda Gates
Además, en colaboración con otros integrantes del consorcio, “el material genético de los mutantes fue aislado y caracterizado por secuenciación para identificar las modificaciones a nivel del genoma. Concretamente, dos de las dianas más relevantes que aparecen en el trabajo han sido caracterizadas gracias a los mutantes aislados en nuestros laboratorios”, destaca Gamo.
El director de la unidad de malaria señala que es la primera vez que se ha organizado un consorcio mundial para este tipo de tarea. El proyecto ha sido financiado por la Fundación Bill y Melinda Gates.
La Organización Mundial de la Salud estima que en 2016 hubo 216 millones de casos de malaria en todo el mundo y que se produjeron 445.000 muertes por esta causa. Los expertos creen que esto se debe en parte a la destreza de los parásitos para cambiar los genomas con el objetivo de resistir al tratamiento farmacológico y al sistema inmunológico humano.
Por ello, conocer la identidad de los genes que imparten resistencia a múltiples compuestos es importante para el diseño de nuevos fármacos y para comprender cómo las terapias existentes pueden perder su eficacia en entornos clínicos, subrayan los autores del estudio.