martes, 14 de marzo de 2017

PORFA,DEJENME ACABAR CON LA SANIDAD ANDALUZA

M&D-13-Marzo2017e

FELICITACIONES PAPA


Ser padre puede hacer que vivas más

    La esperanza de vida de las personas con hijos puede ser mayor que la de los individuos sin descendencia, según un reciente estudio realizado en Suecia. Los resultados de este trabajo observacional apuntan que la paternidad desciende el riesgo de muerte durante la tercera edad en comparación con la de las personas que no han sido padres.
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    <p>Los padres pueden tener una esperanza de vida mayor al llegar a la tercera edad / <a href="http://www.publicdomainpictures.net/browse-author.php?page=0&hleda=&seradit=popularita&a=87" target="_blank">Vera Kratochvil</a></p>
    Los padres pueden tener una esperanza de vida mayor al llegar a la tercera edad / Vera Kratochvil
    Tener un hijo es una experiencia que cambia la vida, de eso no hay duda. Ahora, un estudio realizado por científicos del Instituto Karolinska en Estocolmo (Suecia) sugiere que, además, es capaz de aumentarla.
    Según el trabajo, publicado esta semana en el Journal of Epidemiology & Community Healt, las personas mayores que han tenido hijos pueden vivir más que los que no han tenido descendencia.
    Los resultados apuntan que, a partir de los 60 años, cuando la salud y la capacidad para valerse por sí mismos comienzan a descender, la esperanza de vida puede ser de dos años más respecto a los que no han sido padres.
    Para realizar esta investigación, que duró hasta finales de 2014, el equipo ha controlado la esperanza de vida en hombres (704.481) y mujeres (725.290) de 60 años en adelante, nacidos entre 1911 y 1925, que viviesen en Suecia. También se recogieron datos como el estado marital de los sujetos, número de hijos y sexo de los mismos.
    El estudio es un trabajo observacional, es decir, no se puede sacar ningún tipo de conclusión en firme sobre la causa y efecto de estas conexiones. Para los autores, “los resultados apuntan que esa conexión es mayor cuando los padres envejecen, en consonancia con otros artículos que sugieren que la gente sin hijos se enfrenta a más carencias en el apoyo hacia el final de su vida”.
    La esperanza de vida puede ser de dos años más respecto a los que no han sido padres
    Menor riesgo de mortalidad
    Los autores calcularon el riesgo de mortalidad de forma específica para cada franja de edad y controlaron dicho valor, año tras año, tanto en las personas que tenían al menos un hijo como en las que no. Obviamente, ese riesgo crecía a medida que aumentaba la edad de los sujetos, independientemente de que fuesen padres o no.
    No obstante, tras tomar en cuenta otros factores como el nivel de educación de los sujetos, los científicos detectaron que el riesgo de muerte era menor en aquellas personas que tenían al menos un hijo. Por ejemplo, el riesgo para un hombre de 80 años con al menos un hijo era del 7,4%, comparado con el 8,3% de un hombre de la misma edad, sin hijos.
    La brecha entre ambos grupos crecía a medida que aumentaba la edad de los sujetos y era prácticamente igual para hombres y mujeres hasta llegar a edades muy avanzadas. En el caso de las mujeres, el riesgo de mortalidad es menor en ellas. Además, el hecho de ser madres no supone una diferencia tan grande con respecto a las que no tienen hijos. Sin embargo, en edades mucho mayores, sí se detecta una diferencia importante entre los hombres que han sido padres y los que no.
    "Para las mujeres el efecto protector de los niños es similar estando solteras o casadas, mientras que esta asociación es mucho mayor en el caso de los hombres solteros", explica a Sinc una de las autoras, Karin Modig. Así, a los 60 años, la diferencia en el riesgo de muerte a un año vista era del 0,06% para hombres y del 0,16% en mujeres. Esa diferencia aumentaba a los 90 años hasta el 1,47% en los hombres y un 1,10% en mujeres.
    La protección del matrimonio
    También se encontró esa conexión entre aquellos sujetos que estaban casados y los que no, aunque parecía ser mayor en las personas solteras, especialmente entre los hombres. La diferencia en el riesgo de muerte era del 1,2% para los hombres solteros y del 0,6% para los casados.
    El estudio es un trabajo observacional por lo que no se pueden sacar conclusiones en firme
    "No sabemos exactamente porqué se da esta situación pero puede ser que los hombres estén más protegidos que las mujeres al casarse, quizás porque la mujer suele ser más joven que el hombre en estas generaciones. Otro factor puede ser que las mujeres solteras suelen tener una educación superior a la de las mujeres casadas, y, en el caso de los hombres, ocurre lo contrario", apunta Modig.
    El sexo de los hijos no influye
    Algunos trabajos previos ya apuntaban a una posible relación entre la paternidad y el aumento de la esperanza de vida. Sin embargo, estos no especificaban si el sexo de los hijos tenía algún tipo de influencia al respecto, aunque algunos sí que valoraban esa posibilidad.
    Los resultados destacan que el sexo de los hijos no influye en ningún caso para que vivamos más. Para los investigadores, existen factores más importantes para evitar la muerte como el apoyo o desenvolverse en el sistema de salud, que pueden ser desempeñados de igual forma por hombres y mujeres.
    Referencia bibliográfica:
    Modig, Karin. "Payback time? Influence of having children on mortality in older age". Journal of Epidemiology & Community Healt, 2017 http://jech.bmj.com/lookup/doi/10.1136/jech-2016-207857

    EL GAYEGO RAJOY¿TODAVIA SE HARA PIS EN LA CAMA?


    Mojar la cama puede ser más serio de lo que los padres imaginan

    Según datos del Ministerio de Salud de la Nación(Argentina), alrededor del 15% de la población infantil mayor de 5-6 años tiene enuresis primaria

    Por Edurne Ormaechea

    La enuresis nocturna se define como la micción involuntaria e inconsciente durante el sueño, que los chicos no pueden controlar. Se considera a un niño enurético cuando moja la cama durante la noche, a una edad en la que el control nocturno ya debería estar presente, a partir de los 5 a 6 años. 

    Durante el día, la vejiga, pequeña bolsa que se expande para poder contener el líquido, se llena gradualmente de orina que proviene de los riñones. Cuando alcanza su máxima capacidad, empieza a contraerse y envía mensajes al cerebro diciéndole que necesita vaciarse. Los niños empiezan a ser conscientes de esta sensación de vaciar su vejiga alrededor de los 2-3 años y gradualmente comienzan a controlar esa urgencia. 

    La vejiga y el cerebro se comunican de manera tal, que el niño se despierta cuando la vejiga necesita vaciarse. Sin embargo, en algunos casos, no se emite la señal de tener la sensación de ir al baño. No obstante, si bien es común y esperado que aún a los 4 años tengan accidentes ocasionales y mojen la cama, cuando esto se repite durante la semana empieza a ser un indicador. El desequilibrio durante la noche, entre el tiempo de producción de orina y de la capacidad de la vejiga es la causa de la enuresis. 

    Según datos del Ministerio de Salud de la Nación, alrededor del 15% de la población infantil mayor de 5-6 años tiene enuresis primaria. Los casos de enuresis nocturna primaria consisten en que el niño nunca pudo contener la orina de forma consistente y esto podría deberse a diferentes causas, que deben ser determinadas a través de un diagnóstico realizado por un médico especialista. La condición puede ser debido a la alteración del mecanismo de despertar; alteraciones en la maduración; una vejiga hiperactiva; sobreproducción de orina en la noche (Poliuria); deficiencias en la producción normal de hormona antidiurética; enfermedades que pueden estar acompañadas de enuresis. Se trata de una condición heredada genéticamente o bien acontecida por causas psicológicas. 

    Esta condición repercute tanto en la calidad de vida del niño como en la de toda la familia. Pues la enuresis conlleva consecuencias físicas y emocionales tanto para el niño como para los padres, hermanos y abuelos, que tienden a ser más severas mientras el niño crece sin solucionar el problema.

    Por estos motivos es importante que los padres consulten con un médico especialista, el urólogo infantil, para un correcto diagnóstico y un tratamiento adecuado para controlar el síntoma. 

    Cabe mencionar que también existen opciones válidas de tratamiento cuando el síntoma persiste en la edad escolar, tales como medicación para reducir la producción excesiva de orina durante la noche (desmopresina), medicación para aumentar la capacidad vesical y reducir la contractilidad excesiva (oxibutinina) y alarmas de enuresis que solas, o en combinación con medicación, enseñan al niño a reconocer el momento en que se moja y a inhibir la micción.

    En todos los casos, es importante que se inicie y complete el tratamiento de acuerdo a las indicaciones del médico para lograr controlar el síntoma.


    (*) Uróloga infantil del Hospital Italiano a cargo del CIUFI (Centro de Incontinencia Urinaria y Fecal infantil). Asesora de Basta de pis en la cama.