jueves, 3 de julio de 2014

Las patologías urológicas son las segundas que más afectan a mujeres tras las psiquiátricas

La relación de esta especialidad con los hombres hace que algunos problemas como el dolor pélvico tarden en tratarse

Las patologías urológicas son el segundo grupo de enfermedades que afectan la calidad de vida de la mujer, por detrás de las patologías psiquiátricas, según ha revelado este jueves el miembro de la Junta Directiva de la Asociación Española de Urología (AEU), Manuel Esteban.
En un desayuno informativo organizado en Barcelona por la AEU y los laboratorios Gebro Pharma, Esteban ha destacado que un 30% de las visitas de Urología en los hospitales están protagonizadas por mujeres, algo comúnmente desconocido porque esta especialidad se relaciona más con los hombres.
Ha dicho que todavía existe un desconocimiento entorno a las patologías urológicas que afectan a mujeres, lo que provoca que estén confundidas, mal diagnosticadas y tarden años en tratarse adecuadamente.
Las pacientes que sufren estas patologías "no pueden llevar a cabo una vida normal en todas sus dimensiones", desde la cotidiana a la laboral pasando por la afectiva, social y sexual, y además suele coexistir un trastorno depresivo como consecuencia de la sensación de fracaso
Entre las patologías femeninas destaca el Síndrome Dolor Vesical (SDV), que agrupa muchos síntomas, como la frecuencia y la urgencia miccional, con el denominador común del dolor pélvico.
También destaca el síndrome de vejiga hiperactiva (SVH) o incontinencia urinaria, que afecta a un 12% de la población española y consiste en urgencia miccional con o sin incontinencia urinaria de urgencia, normalmente con frecuencia y nocturia, y se caracteriza por la presencia de contracciones involuntarias del músculo detrusor durante la fase de llenado vesical.
Otra patología urológica muy común en las mujeres es la infección del tracto urinario (ITU) y su probabilidad de recurrencia es alta: se calcula que casi un 50% de las mujeres adultas tendrán al menos una infección del tracto urinario en algún momento de su vida, y de éstas,
Entre un 20-30% sufrirá infecciones recurrentes, la mayoría en los 3 o 6 meses siguientes a la infección inicial.
LA CLAVE PARA REPELERLOS

La causa real de que los mosquitos piquen a unas personas y no a otras

    Sudar por la noche, como suele ser frecuente en las calurosas noches de verano, es la principal razón por la que nos pican los mosquitos. Independientemente de la especie, todos ellos se ven atraídos por el olor corporal, que se potencia mediante la transpiración de la piel. Cuanto más olor desprendamos, más posibilidades tenemos de convertirnos en víctimas de estos desagradables insectos.
    Tanto es así, que el olor de pies es otro de los que más engatusa a los mosquitos, principalmente a los de la familia Anopheles gambiae, a quienes les agrada el olor de un queso llamado Limburguer cheese, cuya bacteria implicada en su producción está emparentada con otra que habita en las extremidades inferiores. Tener la sangre dulce, como suele afirmarse comúnmente, no influye para nada.
    Las embarazadas sufren casi el doble de picaduras en la fase final de la gestaciónEl dióxido de carbono que desprendemos al respirar, el calor y la humedad son otros de los radares que utilizan estos insectos para localizar a las víctimas e insertar con rapidez sus afiladas piezas bucales en la piel. Su sentido del olfato es tremendamente sofisticado, pero sólo comprendiéndolo bien podremos desarrollar métodos o estrategias más eficaces para evitar sus picaduras. Una tarea casi titánica, pues según este estudio, de los 346 componentes químicos que pueden producir olor en las manos, 277 de ellos son susceptibles de atraer a unos u otros mosquitos.
    Los compuestos químicos de nuestro cuerpo
    Entre los componentes químicos que con más frecuencia actúan de radar se encuentran el ácido láctico, el amoníaco y  los ácidos carboxílicos. Especialmente peligroso es el ácido láctico, pues es el principal compuesto que atrae a los mosquitos Aedes aegypti, una especie que puede ser portador del virus del dengue y el de la fiebre amarilla, como han concluido diferentes estudios. En definitiva, el propio metabolismo y la química del cuerpo juegan un papel protagonista a la hora de que una persona atraiga más o menos a los mosquitos.
    El dióxido de carbono que desprendemos al respirar, el calor y la humedad son otros de los radares que utilizan estos insectos para localizar a las víctimasEl mosquito de la malaria (Anopheles gambiae), otro sobre los que más se ha investigado para frenar el desarrollo de esta enfermedad, es uno de los que más atraído se siente por el olor. Sin embargo, no suele picar a las personas que tengan un sudor fresco, es decir, que comenzasen a transpirar hace pocas horas, sino a aquellas que acumulen el sudor de uno o más días, como concluye este estudio. Por eso, ducharse por las noches antes de dormir es fundamental para prevenir las picaduras de estos mosquitos, además del uso de mosquiteros, sobre todo en las zonas tropicales y subtropicales, su hábitat natural.
    Por último, otro estudio más reciente ha señalado que las embarazadas sufren casi el doble de picaduras. Un extremo que podría deberse a que las mujeres que se encuentran en la última etapa de su embarazo exhalan un 21% más de dióxido de carbono, lo que atrae más a los mosquitos. Es por este mismo motivo, junto a la humedad del sudor, que los ciclistas y runners sufren más picaduras cuando están realizando ejercicio físico al aire libre.
    Cómo mantener alejados a los olores (y a los mosquitos)
    Al igual que muchos de los compuestos químicos que desprende nuestro cuerpo, y que son prácticamente imperceptibles para el sistema olfativo de los humanos, atraen a estos insectos, existen otros que los repelen. Una especie de escudo natural que dependen íntegramente de la genética de cada uno. Sin embargo, para aquellos que no tengan esta suerte, estas son las mejores opciones para repelerlos.
    En primer lugar, es imprescindible mantener la higiene, procurando ducharse por las noches justo antes de irse a la cama. Una estrategia que se debe complementar con otras distintas, pues sólo mantendrá alejados a los mosquitos durante unas pocas horas, hasta que se vuelva a traspirar lo más mínimo. Entre los métodos complementarios destacan las plantas antimicrobianas, como la salvia, que actúan como repelente.
    Otras plantas que disuaden a los mosquitos si las frotamos contra nuestra piel son el eucalipto, el comino, el tomillo y la canela. El aceite de eucalipto también es un buen compañero de viaje, sobre todo cuando se hacen actividades de montaña, porque si se mezcla con el champú o la crema hidratante mantendrá alejados a los mosquitos de nuestro cuerpo.

    EN ESPAÑA MUEREN CON MAS DIGNIDAD LOS TOROS

    ¿POR QUÉ DEJAMOS ESTE MUNDO CON DOLOR?

    Morir en España: “la mitad de los enfermos terminales no reciben cuidados paliativos”

      A Asunción no le quedaban muchos días de vida, quince o veinte a lo sumo, pero el cáncer avanzaba sin remisión, y sus dolores cada vez eran más insoportables. Su cuñado, Pedro, se informó a través de la asociación Derecho a Morir Dignamente (DMD), que dirige el doctor Luis Montes, de la posibilidad de pedir a los médicos que le aplicaran una sedación paliativa en la agonía: un procedimiento que, tal como lo define la Organización Médica Colegial “se utiliza cuando el enfermo se encuentra en sus últimos días u horas de vida para aliviar un sufrimiento intenso”, y “es continua y  tan profunda como sea necesario para aliviar dicho sufrimiento”.
      Pero cuando Asunción pidió a los oncólogos de cuidados paliativos que le aplicaran este tratamiento, se negaron. “Le dijeron que podían darle orfidal, y si quería levantarse, anfetaminas, pero no iban a sedarla”, explica Pedro. “Lo único que le ofrecieron fue un psicólogo”.
      La familia de Asunción pidió entonces ayuda a la asociación del doctor Montes. Un doctor acudió a su casa, habló con ella, y le dijo que no se preocupara de nada. “Le preguntó si estaba segura y lo que hizo fue darle una sedación, para dormirla”, cuenta Pedro. “Le puso un émbolo que, por vena intravenosa, te va suministrando poco a poco una dosis que hace que te duermas y que tu vida se vaya apagando poco a poco y sosegadamente. Es un proceso que dura unas 11 o 12 horas. No nos cobró nada, ni nos pidió nada. Conocimos a una buena persona”.
      Un derecho que pocos conocen
      Aunque la sedación paliativa es un tratamiento reconocido como tal por la Organización Médica Colegial, y la ley obliga a que esta se ofrezca siempre que sea necesario, en España gran parte de la población sigue sin poder acceder a ella y muchas personas acaban muriendo con un dolor tremendo y una agonía de semanas.
      Como reconoce el doctor Marcos Gómez, presidente de la Comisión Central de Deontología de la OMC, el caso de Asunción no es excepcional. Según ha explicado el médico a El Confidencial, “por lo menos la mitad de los enfermos avanzados o terminales no tiene disponible un servicio de cuidados paliativos que le preste una atención adecuada”.
      La disciplina de cuidados paliativos no está considerada una especialización ni un área de capacitación específica y ni siquiera se enseña en muchas universidadesSegún Gómez hay varias deficiencias del sistema sanitario español que llevan a esta “gravísima” situación. En primer lugar, faltan profesionales con la capacitación para ofrecer cuidados paliativos, ya que la disciplina no está considerada una especialización ni un área de capacitación específica (algo que la OMC está reclamado con insistencia al Gobierno) y ni siquiera se enseña en muchas universidades.
      “Ahora mismo un gerente de un hospital que quiera poner en marcha una unidad de cuidados paliativos no sabe a quién contratar, porque no existe ninguna titulación que demuestre que un profesional está bien capacitado”, explica Gómez. “Lo que sucede siempre es que acaban contratando al primer médico amable cuyo jefe tenga mucho poder en el hospital o directamente a un enchufado de la dirección”.
      Pero hay otra dificultad, quizás más grave y aún más complicada de resolver. “Todavía hay médicos que, fundamentalmente por ignorancia, confunden una cosa que es un tratamiento médico, la sedación paliativa, con algo que no tiene nada que ver, que es la eutanasia, que aparte de ser inmoral es ilegal, y va contra la deontología médica”, explica Gómez.
      El médico frances Nicolas Bonnemaison (izq.) fue acusado de acelerar la muerte de siete enfermos. (Efe)El médico frances Nicolas Bonnemaison (izq.) fue acusado de acelerar la muerte de siete enfermos. (Efe)La delgada línea que separa una buena práctica de un homicidio
      La separación entre eutanasia y sedación paliativa sigue siendo un asunto controvertido. La pasada semana, el Tribunal de lo Criminal de Pau, en el suroeste de Francia, absolvió al médico Nicolas Bonnemaison, acusado de haber acelerado la muerte de siete enfermos terminales en el hospital vascofrancés de Bayona. Los jueces consideraron que el médico, que trabaja en el servicio de urgencias y se enfrentaba a la cadena perpetua, aplicó de forma correcta la ley francesa sobre el final de vida cuando administraba potentes calmantes a pacientes terminales, que aceleraban su muerte.
      El doctor Luis Montes. (Efe)El doctor Luis Montes. (Efe)El caso recuerda, casi punto por punto, a lo sucedido en 2005 en nuestro país, cuando el por entonces coordinador del servicio de urgencias del Hospital Severo Ochoa de Leganés, Luis Montes, fue acusado de haber cometido más de 400 homicidios. La justicia le dio la razón pero, nueve años después, el médico ha asegurado a El Confidencial que la situación no ha cambiado demasiado. “Ya no hablarían de sedaciones excesivas”, reconoce, pero la dialéctica del discurso de ciertos sectores de la jerarquía médica, explica, sigue siendo la misma: “El ciudadano no es libre de decidir su muerte y el estado tiene que tutelar para que viva lo máximo posible aunque esté sufriendo”.
      El médico cree que los cuidados paliativos siguen sin llegar a la mayoría de ciudadanos por cuestiones puramente ideológicas, que impiden su desarrollo: “La mayoría de los cuidados paliativos de este país están en manos de organizaciones confesionales sin ánimo de lucro –entrecomillado, porque es la Iglesia Católica– donde no se da el medio y el fermento para un ejercicio libre por parte de los ciudadanos de su derecho a acabar con el sufrimiento. Hay ahí un conflicto grave que se suele resolver muy mal. Depende del servicio, de la sensibilidad del médico y su atrevimiento, actuar conforme a las buenas prácticas médicas y dormir al enfermo para que su tránsito al Más Allá, bueno, a la nada, sea lo más pacífico posible”.
      “No debería haber ningún tipo de conflicto”
      Para los defensores del derecho a morir, la sedación paliativa “terminal” (una terminología que sólo utilizan ellos en contraposición a los detractores de la eutanasia, que evitan siempre esta palabra) no es más que una forma de eutanasia indirecta, pero legal. Para sus detractores, sin embargo, es esencial y básico diferenciar ambas prácticas.
      La sedación paliativa, cuando está bien indicada y está bien ejecutada, no proporciona ningún tipo de problema moral a ningún paliativistaEn opinión del doctor Javier Rocafort, uno de los más reconocidos especialistas en cuidados paliativos de nuestro país, y director médico de uno de esas “organizaciones confesionales” que critica Montes, la fundación Vianorte-Laguna, asegura que la sedación paliativa en la agonía es una herramienta tan buena como cualquier otra, que necesitan entre un 20 y un 30% de los pacientes en el momento del fallecimiento para estar dormidos y no tener síntomas. Y no se debe confundir con la eutanasia.
      “No debería haber ningún tipo de conflicto”, explica Rocafort, que es un enemigo acérrimo de la eutanasia. La sedación paliativa, cuando está bien indicada y está bien ejecutada, no proporciona ningún tipo de problema moral a ningún paliativista. El enfermo muere cuando tiene que morir. Muere dormido, pero la sedación no influye en la fecha de la muerte”.
      Esto, explica el médico, es algo muy importante para que desaparezcan las reticencias ideológicas hacia la práctica. Es cierto que los efectos secundarios de la sedación pueden llegar a acortar la vida de un paciente al que, en cualquier caso, le quedan pocos días de vida. Pero, según el médico, “aunque un medicamento se llame igual la intención es lo que marca la diferencia entre una sedación o una eutanasia: ¿quiero disminuir la conciencia del paciente o quiero matarle?”.
      Dos oncólogos de cuidados paliativos atienden a un enfermo de cáncer. (Efe)Dos oncólogos de cuidados paliativos atienden a un enfermo de cáncer. (Efe)Es urgente que se apruebe una nueva ley
      La mayoría de médicos que trabajan con enfermos terminales, incluidos Montes, Rocafort y Gómez, que tienen una opinión tan distinta sobre los cuidados paliativos y la eutanasia, coinciden en algo: España necesita una nueva ley que garantice una muerte digna a todos los pacientes.
      Aunque el ordenamiento jurídico actual obliga a que los médicos ofrezcan cuidados paliativos, la formulación de esta obligación es tremendamente ambigua. De facto estos servicios están regulados a través de las diversas leyes autonómicas, muchas de las cuales apenas contemplan este tipo de prestaciones. El último gobierno del PSOE preparó un borrador de Ley de Muerte Digna, impulsado por el entonces ministro del Interior Alfredo Pérez Rubalcaba, que consideraba que su madre había muerto en condiciones de excesivo sufrimiento. Pero, tras la victoria del PP, acabó en un cajón, y no se ha vuelto a retomar el tema.
      Hoy, con las tremendas y terribles deficiencias que hay en cuidados paliativos en España, abordar la legislación de la eutanasia sería una indecenciaGómez explica que desde la OMC han pedido insistentemente al Gobierno actual que desarrolle una ley nacional de cuidados paliativos que dé respuesta a las necesidades de los enfermos de todo el territorio español “y no sólo a los de un sitio”. Pero, tal como asegura el médico, “la respuesta del gobierno está siendo muy pobre, por no decir escandalosamente nula. No nos han hecho ni caso”.
      El doctor Montes va más allá, y pide que se despenalice la eutanasia en ciertos casos, “algo que garantizaría una muerte digna a todos los ciudadanos y una cooperación mucho más clara de los profesionales sanitarios”. En su opinión, además, son los países que han legislado la muerte a petición en los que más se han desarrollado los cuidados paliativos.
      El debate sobre la despenalización de ciertos tipos de eutanasia está en la mesa de muchos parlamentos europeos, como Francia, donde François Hollande ha prometido aprobar una ley que facilite la práctica médica sobre el tratamiento de los enfermos terminales. Y en algunos países como Bélgica u Holanda la muerte a petición para enfermos avanzados es una realidad.
      El parlamento belga aprobó en febrero la eutanasia infantil en ciertos supuestos. (Efe)El parlamento belga aprobó en febrero la eutanasia infantil en ciertos supuestos. (Efe)Pese a los movimientos de los países de nuestro entorno, para el doctor Gómez abrir el debate en este momento en España sería una insensatez. “Cuando un enfermo llega con un historial de un dolor intenso de hace diez días que no le deja dormir pidiendo que lo matemos, y yo también lo pediría, lo que hay que hacer es quitarles el dolor: en cuanto se le aplica la morfina con las dosis necesarias, es decir, generosamente, se les quita el dolor y no vuelven a solicitarlo”, explica el galeno.
      “Bien es verdad que yo no soy tan ingenuo para decir que los cuidados paliativos van a suprimir de un plumazo todas las demandas de eutanasia”, puntualiza Gómez. “Quedarán algunos casos concretos en los que los cuidados paliativos no terminan de llegar y puede haber demandas puntuales, pero la discusión de esos casos habrá que hacerla desapasionadamente en su momento. Pero hoy, con las terribles deficiencias que hay en cuidados paliativos en España, abordar la legislación de la eutanasia sería una indecencia”.
      El debate llegará sin duda en algún momento, pero de momento se solucionarían bastantes problemas cumpliendo las leyes actuales. Algo que está muy lejos de lograrse. Mientras, la mitad de la ciudadanía sigue muriendo con un sufrimiento intenso que sería fácil