jueves, 3 de julio de 2014

LA CLAVE PARA REPELERLOS

La causa real de que los mosquitos piquen a unas personas y no a otras

    Sudar por la noche, como suele ser frecuente en las calurosas noches de verano, es la principal razón por la que nos pican los mosquitos. Independientemente de la especie, todos ellos se ven atraídos por el olor corporal, que se potencia mediante la transpiración de la piel. Cuanto más olor desprendamos, más posibilidades tenemos de convertirnos en víctimas de estos desagradables insectos.
    Tanto es así, que el olor de pies es otro de los que más engatusa a los mosquitos, principalmente a los de la familia Anopheles gambiae, a quienes les agrada el olor de un queso llamado Limburguer cheese, cuya bacteria implicada en su producción está emparentada con otra que habita en las extremidades inferiores. Tener la sangre dulce, como suele afirmarse comúnmente, no influye para nada.
    Las embarazadas sufren casi el doble de picaduras en la fase final de la gestaciónEl dióxido de carbono que desprendemos al respirar, el calor y la humedad son otros de los radares que utilizan estos insectos para localizar a las víctimas e insertar con rapidez sus afiladas piezas bucales en la piel. Su sentido del olfato es tremendamente sofisticado, pero sólo comprendiéndolo bien podremos desarrollar métodos o estrategias más eficaces para evitar sus picaduras. Una tarea casi titánica, pues según este estudio, de los 346 componentes químicos que pueden producir olor en las manos, 277 de ellos son susceptibles de atraer a unos u otros mosquitos.
    Los compuestos químicos de nuestro cuerpo
    Entre los componentes químicos que con más frecuencia actúan de radar se encuentran el ácido láctico, el amoníaco y  los ácidos carboxílicos. Especialmente peligroso es el ácido láctico, pues es el principal compuesto que atrae a los mosquitos Aedes aegypti, una especie que puede ser portador del virus del dengue y el de la fiebre amarilla, como han concluido diferentes estudios. En definitiva, el propio metabolismo y la química del cuerpo juegan un papel protagonista a la hora de que una persona atraiga más o menos a los mosquitos.
    El dióxido de carbono que desprendemos al respirar, el calor y la humedad son otros de los radares que utilizan estos insectos para localizar a las víctimasEl mosquito de la malaria (Anopheles gambiae), otro sobre los que más se ha investigado para frenar el desarrollo de esta enfermedad, es uno de los que más atraído se siente por el olor. Sin embargo, no suele picar a las personas que tengan un sudor fresco, es decir, que comenzasen a transpirar hace pocas horas, sino a aquellas que acumulen el sudor de uno o más días, como concluye este estudio. Por eso, ducharse por las noches antes de dormir es fundamental para prevenir las picaduras de estos mosquitos, además del uso de mosquiteros, sobre todo en las zonas tropicales y subtropicales, su hábitat natural.
    Por último, otro estudio más reciente ha señalado que las embarazadas sufren casi el doble de picaduras. Un extremo que podría deberse a que las mujeres que se encuentran en la última etapa de su embarazo exhalan un 21% más de dióxido de carbono, lo que atrae más a los mosquitos. Es por este mismo motivo, junto a la humedad del sudor, que los ciclistas y runners sufren más picaduras cuando están realizando ejercicio físico al aire libre.
    Cómo mantener alejados a los olores (y a los mosquitos)
    Al igual que muchos de los compuestos químicos que desprende nuestro cuerpo, y que son prácticamente imperceptibles para el sistema olfativo de los humanos, atraen a estos insectos, existen otros que los repelen. Una especie de escudo natural que dependen íntegramente de la genética de cada uno. Sin embargo, para aquellos que no tengan esta suerte, estas son las mejores opciones para repelerlos.
    En primer lugar, es imprescindible mantener la higiene, procurando ducharse por las noches justo antes de irse a la cama. Una estrategia que se debe complementar con otras distintas, pues sólo mantendrá alejados a los mosquitos durante unas pocas horas, hasta que se vuelva a traspirar lo más mínimo. Entre los métodos complementarios destacan las plantas antimicrobianas, como la salvia, que actúan como repelente.
    Otras plantas que disuaden a los mosquitos si las frotamos contra nuestra piel son el eucalipto, el comino, el tomillo y la canela. El aceite de eucalipto también es un buen compañero de viaje, sobre todo cuando se hacen actividades de montaña, porque si se mezcla con el champú o la crema hidratante mantendrá alejados a los mosquitos de nuestro cuerpo.

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