
Ondas gravitatorias: el comienzo de una nueva era en la astronomía
Ahora
 podemos detectar vibraciones del propio cosmos, obtener información de 
las partes oscuras del universo y los objetos más misteriosos como los 
agujeros negros, declaró a Sputnik el profesor italiano Eugenio Coccia 
al dar una conferencia sobre ondas gravitatorias en el planetario de San
 Petersburgo el 9 de febrero.

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                    AP Photo/ Andrew Harnik
: Astrónomos realizan un descubrimiento revolucionario Según el científico, hasta ahora, toda la información sobre el universo que teníamos, la conseguimos a través de las ondas electromagnéticas: la luz y los fotones que llegan a la Tierra tras pasar por galaxias y estrellas. Ahora podemos detectar vibraciones del propio cosmos.
"Estas vibraciones son producidas por fuentes 
que no emiten luz: agujeros negros o estrellas de neutrones, por 
ejemplo. Es decir, junto con la vista, ahora tenemos el oído. Al 
detectar estas vibraciones, podemos obtener información de las partes 
oscuras del universo y de los objetos más misteriosos como los agujeros 
negros", explicó.
Coccia
 observó que Italia fue uno de los primeros países que se involucró en 
el estudio de las ondas gravitatorias desde 1970. Primero, en Roma se 
estableció un grupo para estudiar las ondas gravitatorias con el uso de 
detectores con una barra de resonancia.
Más tarde, en Pisa se creó un grupo científico que incluía a unos 
investigadores franceses. En este grupo, se utilizó un interferómetro 
láser Virgo, que se convirtió en un detector avanzado de ondas 
gravitatorias junto con el LIGO estadounidense. Durante muchos años, 
estos estudios se realizaron en un formato de cooperación internacional..

El siguiente misterio por solucionar, según Coccia, es la materia oscura.
"Todavía no hemos entendido cómo se forma. Puede haber partículas que aún no se han descubierto y están presentes en todas las galaxias", afirmó.
Los estudios de la materia oscura se llevan a cabo en los laboratorios subterráneos, incluyendo el de Gran Sasso del Instituto Nacional de Física Nuclear. De acuerdo con el profesor italiano, es uno de los laboratorios más avanzados y coopera con el GSSI encabezado por Coccia.
