jueves, 25 de noviembre de 2010

LA PRIVATIZACION DE LA SANIDAD

Michael Moore y el ejecutivo arrepentido


Por Juan Gelman

El lunes 22, la televisora MSNBC proyectó en hora punta el documental Sicko que Michael Moore filmó en 2003/2006, una denuncia filosa de la industria farmacéutica estadounidense. Bajo su eterna gorra beisbolera conversó con Wendell Potter, ex vicepresidente de CIGNA, compañía que proporciona a las empresas seguros de salud para su personal. Un encuentro nada azaroso: cuando Moore daba los últimos toques a su documental, Potter fue encargado de espiarlo para reunir elementos que permitieran asestarle una campaña de difamación.

Sicko se desarrolla en cuatro capítulos que denuncian la actitud de las aseguradoras y su negativa a brindar cobertura médica a quienes tienen derecho a recibirla. También se interna en la perversión de los servicios de salud pública, que compara con los superiores de Canadá o Francia, describe las actividades del poderoso lobby de la industria farmacéutica y menciona a más de diez empresas del ramo. Sólo Moore y su equipo conocían en qué estaban trabajando, pero el espionaje de cualquier tipo no escasea en EE.UU. y varios directivos de grandes productoras de medicamentos “montaron un plan para combatir el documental, incluyendo la circulación de instrucciones a sus empleados en las que se advertía que no cooperaran con Moore”, es decir, que no hablaran con él (www.scop.co.nz, 23-11-10).

Un informe interno de CIGNA elogió el desempeño de su ex vicepresidente: “Con el funcionario médico principal y con su equipo, Potter desarrolló mecanismos de rápida respuesta para manejar las preguntas de los medios sobre quejas (de los asegurados). Ha sido muy exitoso en impedir que la mayoría de esas averiguaciones se convirtieran en artículos en momentos en que abundaban historias espantosas acerca de la atención médica”. Potter mismo detalló la maquinación contra Moore en una entrevista que realizara Bill Moyers, el notorio periodista y ex secretario de prensa de la Casa Blanca bajo Lyndon B. Johnson (www.rightnow.com, 10-7-09). Sus declaraciones fueron impactantes.

“Yo pensé que había dado en el clavo con su película. Pero la industria farmacéutica, desde el momento en que supo que Michael Moore la estaba indagando, se preocupó mucho –comentó para empezar–, tenía miedo de que la gente le creyera.” Potter explicó que la America’s Health Insurance Plans (AHIP, por sus siglas en inglés), que representa a unas 1300 aseguradoras del ramo, elaboró una estrategia para que “los estadounidenses pensaran que los sistemas de salud administrados por el gobierno son lo peor que les podía pasar, que el solo hecho de analizar esa afirmación significaba deslizarse por la cuesta que lleva al socialismo. De manera que sembró el miedo durante años y años y años para evitar que eso ocurriera. Una ampliación de Medicare (el programa de salud pública) podría reducir las ganancias de esas grandes compañías. Es su mayor preocupación”. Había que desacreditar a Moore.

Una parte de ese esfuerzo consistió en cabildear en el Congreso, difundir comerciales en los distritos donde había elecciones, contribuir a las finanzas de los candidatos “amigos” o a las del competidor si no lo eran, llegar incluso al consejo directivo del Partido Demócrata presentando a Moore como “un radical”, calificación que en EE.UU. equivale a comunista o algo peor. “En los memos internos de la industria –acotó Po-tter– nunca se mencionaba a Moore por su nombre porque no queríamos escribir algo que por inadvertencia llegara a sus manos.. En los e-mails decíamos ‘Hollywood’ para referirnos a él. Y en los entrenamientos para saber cómo hablar a los medios se lo llamaba el cineasta o el animador de Hollywood, Michael Moore... porque la gente escucha Hollywood y piensa que se trata de una ficción, no de un documental con algo de verdad.” Rachel Bloom, directora ejecutiva de la empresa farmacéutica AstraZeneca, fue más directa: las películas de Moore, dijo a Los Angeles Times (22-10-04), “más que documentales, parecen docudramas”.

“Me llamo Wendell Potter y durante 20 años trabajé como ejecutivo de aseguradoras de la salud. Vi cómo confunden a sus clientes y abandonan a los enfermos para satisfacer a los inversores de Wall Street”, testimonió en junio de 2009 ante un panel del Senado sobre la reforma del sistema de salud, reforma que Obama propuso y se aprobó después de ser convenientemente mutilada. En Deadly Spin, su libro más reciente (Bloombury Press, Londres, 2010), Potter explicita minuciosamente ese desaguisado.

Michel Moore vio a Potter por primera vez en la audición del lunes pasado. Para Potter era la segunda. Explicó en su blog el mismo día: “Cuando todavía trabajaba en las aseguradoras, viajé como espía de éstas para asistir al estreno oficial de Sicko el 16 de junio del 2007” (www.prwatch.org, 22-11-10). Agregó: “Necesito pedir disculpas a Moore por el papel que desempeñé en la campaña de relaciones públicas contra él y contra Sicko’”. Disculpas aceptadas.


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Hallazgo que identifica riesgo de infarto

Científicos británicos descubrieron un compuesto que hace que una persona tenga más riesgo de desarrollar coágulos en la sangre que pueden conducir a un infarto.

Glóbulos y plaquetas

Las plaquetas (rosa) se encargan de la formación de coágulos.

El hallazgo, afirman los investigadores en Blood, la revista de la Sociedad Estadounidense de Hematología, podría conducir a nuevas formas de detectar y tratar la enfermedad coronaria, el trastorno cardíaco más común y una de las principales causas de muerte prematura en muchos países del mundo.

Se calcula que uno de cada cinco hombres y una de cada siete mujeres mueren actualmente a causa de esta enfermedad en el mundo.

La enfermedad coronaria ocurre cuando los vasos sanguíneos no logran llevar al corazón un abastecimiento adecuado de sangre, y por lo tanto oxigeno.

Los vasos sanguíneos están recubiertos por una capa, llamada endotelio, que regula la circulación de la sangre. Pero cuando el endotelio se ve lesionado ocurren una serie de mecanismos, llamados hemostasia, que pueden conducir a la coagulación.

Se sabe que las plaquetas, unas pequeñas células que circulan por la sangre, juegan un papel fundamental en la hemostasia, ya que pueden unirse para provocar la formación de coágulos.

Ahora, los científicos de las universidades de Leicester y Cambridge, en Inglaterra, lograron identificar una molécula que juega un papel importante en la regulación de las plaquetas.

El hallazgo, dicen, ayudará a identificar a las personas que tienen más riesgo de formación de coágulos.

Depósitos de plaquetas

Este estudio nos ayudará a desvelar la compleja pregunta de porqué algunas personas tienen más riesgo de un infarto que otras

Prof. Willem Ouwehand

"Durante mucho tiempo hemos sabido que la actividad de las plaquetas y la formación de coágulos varían entre diferentes personas" explica la profesora Alison Goodall, del Departamento de Ciencias Cardiovasculares de la Universidad de Leicester, quien dirigió el estudio.

"Y ahora logramos identificar algunas de las razones genéticas de este mecanismo", agrega.

En el estudio, que involucró a pacientes del Servicio Nacional de Salud del Reino Unido que habían sufrido un infarto, se encontró que los que habían sufrido el trastorno mostraban ciertos marcadores genéticos en esta proteína.

Estas diferencias, dicen los investigadores, parecen incrementar el riesgo de que las plaquetas se vuelvan más "pegajosas" y se acumulen en depósitos para formar coágulos.

Según los científicos, el hallazgo podría conducir al desarrollo de nuevos medicamentos que reduzcan el riesgo de coágulos y el número de muertes que provoca este trastorno.

"Este estudio nos ayudará a desvelar la compleja pregunta de porqué algunas personas tienen más riesgo de un infarto que otras" afirma el profesor Willem Ouwehand, que también participó en el estudio.

"Algún día esto podría conducir a una nueva generación de fármacos que puedan ser utilizados para reducir el riesgo de esta devastadora enfermedad", agrega el investigador.

El estudio formó parte del proyecto Bloodomics, una de las investigaciones más grandes que se llevan a cabo en Europa sobre las causas de las enfermedades del corazón.